Una sociedad en paz no es una sociedad sin conflictos, sino una comunidad en la que los conflictos se resuelben pacificamente, al alero de la razón y de la justicia, sobre todo al amparo de está ultima, ya que cuando lss controversias se zanjan por vía de esta virtud moral, nadie puede sentirse disconforme ni agredido.
Vivir con los demas supone entonces, el arte hacerlo sin pasar a llevar al otro. Esto no implica no disentir de las afirmaciones o de las acciones de alguien, pero, si es el caso, demanda oponerse sin maltratarlo, sin herirlo, sin dañarlo. Mal que mal, una victima es siempre aquel que ha sido violentado en su dignidad y en sus derechos. Como todo abuso es por naturaleza injusto, lo injusto es de por si un abuso. Hacer lo justo no es mas que la respuesta correcta y exigible frente a una conducta que trasgrede , precisamente, el limite de lo debido.
Ningun grupo humano puede convivir auténticamente en paz sin que unos y otros se respeten. Dicha paz, por tanto, solo se alcanza en la medida en que la justivia- como virtud y como poder civico- asume su rol, es decir, cuando gobierna desde la razón y, si es necesario, desde la sanción, a todos los miembros de una determinada sociedad.
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