miércoles, 26 de agosto de 2015

¿ COMO SER HOMBRE ¿Un nuevo Ramo.?

Por Jessica Bennett, The New York Times.

iDistintas universidades le están prestando más atención a la situación de los hombres en el contexto de hoy. El impulso lo dan los cambios en los roles de género en los últimos 40 años, el hecho de que un número creciente de hombres sienta que hoy es más difícil ser de ese sexo que antes; y el deseo de algunos visionarios de analizar qué ocurre con esta mitad de la sociedad que, por su presencia predominante en distintos espacios, no ha sido tan estudiada como la mujer. Michael Kimmel se para frente a la clase vestido de jeans y chaqueta con un plumón de pizarra en la mano. -¿Qué significa ser un buen hombre? -le pregunta el profesor de Sociología de 64 años al grupo, en su mayoría estudiantes universitarios. Los jóvenes parecen desconcertados. -Por ejemplo, si en su funeral dicen: "Él fue un buen hombre" -explica el Dr. Kimmel-. ¿Qué significa eso para ustedes? -Que se preocupó de los demás -contesta un estudiante en la primera fila. -Que puso las necesidades de otros por delante de las suyas -dice otro. -Honesto -agrega un tercero. El Dr. Kimmel escribe cada término bajo el encabezado "Buen hombre" en la pizarra, luego se da vuelta hacia el grupo: -Ahora, díganme qué significa ser un hombre real. Esta vez, los estudiantes reaccionan más rápido. -Hacerse cargo, ser autoritario -señala James, alumno de segundo año. -Correr riesgos -indica Amanda, una estudiante en posgrado de Sociología. -Significa reprimir cualquier tipo de debilidad -dice otro. -Creo que para mí, ser un hombre real es hablar como hombre -dice un joven que se crió en Turquía-. Caminar como hombre. No llorar nunca. Mientras hablan, el Dr. Kimmel toma nota. -Ahora miren -dice entusiasmado y apunta hacia la lista de palabras para "buen hombre" a la izquierda del pizarrón, luego a la lista que escribió debajo de "hombre real", a la derecha. -Observen la disparidad -sigue-. Creo que los hombres estadounidenses están confundidos en cuanto a qué significa ser un hombre. Ha escuchado hablar de los centros de estudio de la mujer en la academia, ¿verdad? Bueno, esto es lo que corresponde a los estudios sobre los hombres: la búsqueda académica de qué significa ser hombre en el mundo de hoy. El Dr. Kimmel es el fundador y director del Centro para el Estudio de los Hombres y las Masculinidades de la Universidad Stony Brook, que es parte del sistema de la Universidad del Estado de Nueva York que pronto dará inicio al primer programa de máster en "Estudios de las masculinidades". El Dr. Kimmel bromea con que el título del departamento no es fácil de entender. Pero se llama "de masculinidades" (en plural) para reconocer que hay "más de una forma de ser hombre". Y él lo sabe. Durante casi 40 años, mucho antes de que alguien se interesara en saber del tema, el Dr. Kimmel promovía la idea de que había que entender mejor a los hombres y niños. -Al principio, la gente me miraba con cara de sorpresa y me decían "¿Ah?" -cuenta. El académico es autor de más de una docena de libros, entre ellos, "Angry white men" (Hombres blancos enojados), "Manhood in America: A cultural history" (La virilidad en América: una historia cultural), "Guyland: The Perilous world where boys become men" ("Gallosland": el peligroso mundo en que los niños se convierten en hombres) y "Cultural Encyclopedia of the Penis" (Enciclopedia cultural del pene), de la que fue co-editor. Es fundador de una publicación académica dedicada a los hombres y la virilidad. Ha estudiado la masculinidad en más de una docena de países. Y tiene un hijo de 16 años. Era un miércoles cualquiera en una sala de clases abierta. Un grupo de hombres y mujeres jóvenes se habían reunido de manera voluntaria en el lugar. Algunos de ellos estaban involucrados en el centro del Dr. Kimmel, que se creó gracias a una donación de la Fundación MacArthur. Otros solo querían saber qué diablos se supone que es un taller sobre "masculinidades". Uno de los asistentes, Jonathan Kalin, ni siquiera era estudiante de Stony Brook; poco antes se había titulado del Colby College, donde había conocido al Dr. Kimmel a través de un profesor. A él simplemente le gustaba el trabajo del académico. El taller era una especie de introducción a la primera Conferencia Internacional sobre Masculinidades que tuvo lugar el fin de semana siguiente (sí, es una conferencia real) y que convocó a cerca de 700 personas en el Roosevelt Hotel en Manhattan. Puesto que los temas del seminario eran "Suicidio y Salud de los Hombres", "Transformar la Paternidad" y "Romper el Código Masculino: Cómo las amistades íntimas masculinas pueden cambiar las vidas de los hombres", la reunión incluía académicos, estudiantes, activistas y algunas feministas destacadas, con el objetivo, según el Dr. Kimmel, de "involucrar a hombres y niños en favor de la igualdad de género". Desde el escenario, durante la gala de inauguración de la conferencia, Gloria Steinem señaló que "la expectativa de vida de los hombres aumenta tres a cuatro años" si se eliminan las causas de muerte atribuidas a la masculinidad, como la muerte por violencia, por exceso de velocidad y por enfermedades relacionadas con la tensión. -¿Qué otro movimiento puede ofrecerles a los hombres tres o cuatro años más de vida? -agregó. Hace tiempo que el argumento a favor de los estudios sobre la mujer es claro. Los primeros programas se crearon en la década del 70 durante el apogeo del movimiento feminista, y sirvieron como una especie de arma académica para la lucha política de la época, explica Barbara J. Berg, experta en historia y autora de "Sexism in America: Alive, well, and ruining our future" (Sexismo en América: vivo, en buena salud, y destruyendo nuestro futuro). Gracias a los estudios sobre las mujeres hubo investigación, teoría y activistas que trabajaron para que se escribiera sobre las mujeres en los libros de historia de los cuales habían estado principalmente ausentes. -No me equivoco al decir que sin esos estudios, no tendríamos muchos de los logros que las mujeres han conseguido durante los últimos 45 años -dice la Dra. Berg. Catharine R. Stimpson, una de las pioneras de los programas de estudios de la mujer y decana de la Escuela Superior de Estudios Literarios y Científicos de la Universidad de Nueva York, agrega: -Nuestra labor era dar a las personas nuevas ideas y convencerlas de que eran ciertas. Era probar que había una brecha salarial entre hombres y mujeres y mostrar la disparidad en el dinero que se gastaba en la salud de hombres y mujeres. El simple hecho de que tomemos en cuenta la cantidad de mujeres en las legislaturas de los estados, de que hagamos ese ejercicio, se debe a los estudios de la mujer. Hasta hace poco, los estudios sobre los hombres, en cambio, no parecían ser necesarios. La literatura era esencialmente un estudio de las cosas que escribían los hombres, la historia del arte era un ejercicio sobre qué pintaban los hombres. -El chiste era que los estudios sobre los hombres ya existían -señala la Dra. Berg-. Era simplemente la historia. Ese punto de vista ha ido cambiando, aunque en forma lenta. La American Men's Studies Association (Asociación Americana de Estudios sobre los Hombres) se formó en 1991. Con el correr de los años, una serie de universidades empezó a ofrecer cursos de estudios sobre los hombres: "La filosofía de ser un hombre", por ejemplo, en la Universidad Luterana de California; o, en Dartmouth College, "La mística masculina", un juego de palabras a partir del famoso libro de Betty Friedan. Pero el Dr. Kimmel precisa que un programa totalmente dedicado al estudio de la masculinidad incorporaría una variedad de disciplinas; desde la asistencia social hasta la salud, pasando por la literatura. Pondría en la mesa preguntas como: ¿qué hace a los hombres hombres? y ¿cómo les estamos enseñando a los niños a cumplir esos roles? Analizaría los efectos del origen étnico y la sexualidad en la identidad masculina y la influencia de los medios de comunicación y la cultura popular. También permitiría que los expertos tomen fenómenos aparentemente no relacionados -el suicidio masculino y el hecho de que es menos probable que los hombres hablen de sus sentimientos, por ejemplo, o el colapso financiero y la tendencia masculina a correr riesgos- y traten de conectar los puntos. -Nosotros lo estamos viendo como una ciencia -señala Daphne C. Watkins, presidenta de la American Men's Studies Association, la primera mujer en ocupar ese cargo. -Muchos hombres todavía definen la masculinidad como alguien que es proveedor de su familia, que puede luchar con un tigre y brindar protección -dice la Dra. Watkins-. Me encantaría que se ampliaran esas definiciones. Esa postura no está libre de polémica. Al igual que en otras nuevas áreas, los estudios sobre masculinidades traen consigo distintos grados de escepticismo. Algunos académicos han sugerido que están demasiado de moda como para llegar a constituir una investigación académica seria. Otros temen que pudiera desviar dinero de los estudios de las mujeres. Y un grupo pequeño pero resonante de defensores de los estudios masculinos (no confundir con los "estudios de las masculinidades") considera que el trabajo del Dr. Kimmel es insuficientemente pro hombres. -Él está librando una guerra contra lo que yo digo que es el hombre real -dice el Dr. Edward M. Stephens, psiquiatra de la ciudad de Nueva York y director de la institución sin fines de lucro Foundation for Male Studies. La audiencia del Dr. Kimmel, no obstante, está creciendo. En la conferencia de Manhattan, ONU Mujeres, la rama de Naciones Unidas dedicada a la igualdad de género, anunció que trabajaría con el Dr. Kimmel para desarrollar una serie de talleres para los hombres en campus universitarios a partir del último trimestre de este año. Los temas abarcarán desde la agresión sexual hasta la salud reproductiva masculina. Se proyectó el documental "The mask you live in" (la máscara en la que vives), que examina lo que su directora, Jennifer Siebel Newson, describió como las "consecuencias no intencionales" de nuestra definición limitada de la masculinidad, que van desde la enfermedad mental no diagnosticada hasta la violación. En mayo, por primera vez, la American Men's Studies Association organizó un taller de tres días llamado "Enseñando estudio de los hombres", simplemente porque la demanda por enseñar esa disciplina se ha vuelto tan alta, explica la organización. Según el Dr. Kimmel, esa urgencia es el producto de distintas cosas. Para los principiantes, la discusión sobre la igualdad de la mujer parece estar en todos lados (lo que incluye el debate familiar sobre si las mujeres pueden "tenerlo todo"), pero hoy se le está poniendo atención también al rol que los hombres juegan en ayudar a la mujer a alcanzar esa igualdad, y por qué es bueno para ellos también. Durante los últimos 40 años, ha habido un enorme cambio en los roles de géneros tanto para hombres como para mujeres y, sin embargo, gran parte del estudio académico se ha centrado exclusivamente en su impacto en la mujer. Una encuesta reciente, que llevó a cabo el informe Shriver, reveló que cuatro de cada nueve hombres dicen que es más difícil ser hombre hoy en día que en la época de sus padres; una mayoría lo atribuye al surgimiento económico de la mujer. Y luego está la triste realidad de que dónde sea que miremos, parece haber noticias sobre hombres en crisis: enfermedad mental, suicidio, terrorismo, violación, tiroteos masivos, accidentes de jet comerciales u hombres jóvenes negros asesinados por la policía. Si entendiéramos mejor a los hombres, se preguntan los académicos, ¿cuántos de los males del mundo podríamos resolver; o al menos intentarlo? -Esto está a nuestro alrededor -dice Kimmel, ahora sentado en su sala de estar. Es el día después de la conferencia sobre masculinidades y reunió en su casa de Brooklyn a un grupo de hombres para una conversación informal. -Tenemos a un tipo que le dispara a todo el mundo en EE.UU. cada tantas semanas. Y cada vez que pasa hablamos de las armas de fuego. Hablamos de la salud mental. Pero no de cómo todos estos francotiradores son hombres -dice. Hace una pausa, luego agrega. -Tenemos que entender cómo la masculinidad afectó su experiencia. Cliff Leek, uno de los estudiantes de posgrado de Kimmel, interviene: -Esto toca tantos aspectos de nuestras vidas que uno casi no lo nota. Tiene que ver con si como parejas y maridos, hacemos nuestra parte justa de labores domésticas y de cuidado de los niños. Con si optamos por pedir el permiso postnatal. (Incluso cuando las empresas ofrecen esta licencia, estudios han demostrado que muchos hombres son reacios a tomarla). Tiene que ver con nuestras relaciones con otros hombres. -Con la velocidad a la que conducimos -agrega Kalin, el estudiante titulado de Colby College. -Con la idea de que tienes que ser duro, que tienes que pelear -dice Dhakir Warren, de 35 años, alto ejecutivo de Hunt Alternatives, una fundación de justicia social en Cambridge, Massachusetts. -Esto se puede aplicar literalmente a cualquier cosa -precisa Leek-. Por ejemplo, las películas de Disney. Durante mucho tiempo hemos tenido esta conversación de cómo las películas de princesas son nefastas para las niñas. Pero ¿qué les están diciendo éstas a los hombres? -Los hombres arremeten e interrumpen la historia de la mujer -agrega-. Y luego nos sorprendemos cuando los hombres interrumpen a las mujeres en las salas de juntas. Los hombres alrededor se ríen. Leek ató los cabos. El Dr. Kimmel dice: -Hay un documento del Pentágono, en el que se cita a Lyndon B. Johnson, quien habría dicho que no quería retirarse de Vietnam porque quedaría como poco valiente. Eso es el Presidente de EE.UU. demostrando su masculinidad. ya "Muchos hombres todavía definen la masculinidad como alguien que es proveedor de su familia, que puede luchar con un tigre y brindar protección. Me encantaría que se ampliaran esas definiciones". Los estudios sobre los hombres no parecían ser necesarios. La literatura era esencialmente un estudio de las cosas que escribían los hombres, la historia del arte era un ejercicio sobre qué pintaban los hombres. Dónde sea que miremos, parece haber noticias sobre hombres en crisis: enfermedad mental, suicidio, terrorismo, violación, tiroteos masivos.

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