miércoles, 19 de agosto de 2015

CORTELA DON JORGE.

"Nunca ha sido tajante Sampaoli en las ocasiones en que se ha planteado la posibilidad de emigrar, lo que ha producido en la imaginación popular la idea de que él siempre ha querido irse, lo

Edgardo Marín El Bayer Leverkusen subió considerablemente la puntería para hacerse de los servicios de Charles Aránguiz. Subió más de lo que se bajó el Internacional de Porto Alegre para transar en 13 millones de euros.

Lógico, se trata de un muy buen jugador de nivel mundial, y recién se ha titulado de campeón de América. Todos los campeones adquieren un valor adicional.

Y los entrenadores también. Es el caso de Jorge Sampaoli. A su bien ganado prestigio agrega este título internacional al frente de un plantel al que ya clasificó a un Mundial para luego hacer un papel distinguido en él. Y ahora lo encabeza (o lo encabezaba) para enfrentar unas nuevas clasificatorias.

Su valoración lo hace obviamente apetecible para muchas selecciones nacionales. Y para muchos clubes. Es lo que Sampaoli está viviendo ahora. Lo que todos estamos viviendo.

¿Es la mexicana una de esas selecciones? ¿Es el Olympique de Marsella uno de esos clubes? Tal vez quieran los franceses repetir la fórmula chilena: reemplazar a Marcelo Bielsa con su discípulo más distinguido. Tal vez harían bien, como bien nos fue a nosotros. De todos modos, lo que parece más próximo es el interés de México y no se oculta el del Internacional de Porto Alegre.

La cláusula de salida del entrenador de Casilda no parece ser excesiva para México ni para clubes brasileños y europeos. ¿Dos millones de dólares? ¿Diez? ¿Quince? Una bicoca. Alejandro Burzaco pagó 20 millones de dólares de fianza a la justicia estadounidense mientras se apresta a declarar sobre la forma en que entregó los sobornos a los dirigentes sudamericanos. Bicocas todas.

Más allá del interés de los clubes y de las cláusulas, lo que subyace es la actuación del seleccionador nacional en el tema de hoy y en otros anteriores del mismo sello.

Nunca ha sido tajante Sampaoli en las ocasiones en que se ha planteado la posibilidad de emigrar, lo que ha producido en la imaginación popular la idea de que él siempre ha querido irse, lo que tal vez sea un exceso. O tal vez no. ¿Cómo saber lo cierto cuando sobran los silencios y las vaguedades y faltan las claridades?

No ha manejado bien sus declaraciones el entrenador o ha estado siempre sumido en una gran confusión. Pero lo único que a la gente le queda claro es que él no ha sido claro.

Ahora lo importante para el fútbol chileno no es lo que suceda interiormente con el técnico -aunque nos inquiete humanamente-, sino lo que implica su permanencia, su partida o su indeterminación para el desarrollo de la selección, que está a las puertas de una nueva clasificatoria mundialista. Para él también tiene importancia, pues deteriora su buena fama ante los posibles interesados. Un técnico que vacila en forma permanente puede no satisfacer a todo el mundo.

Esa arista de su carácter ya está muy perfilada y sería bueno, para él y para el fútbol, que se decida con claridad. Lo merecen el fútbol y el aficionado chileno. Y si lo vuelven a llamar, de México o de Brasil o de donde sea, que conteste: "Lo siento, tengo contrato vigente". Es lo mejor. Y así se evita y nos evita todo este episodio.

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