Todo era bello y encantador, pero una fiesta que superó en diez veces la cantidad de asistentes estimados no podía ser pura miel sobre hojuelas. El alcohol, el sexo y las drogas sobrepasaron el entusiasmo general...
Los hechos se iniciaron el 15 de agosto de 1969 en una granja de Woodstock, en donde numerosos jóvenes -se habla de 500 mil personas- se citaron para demostrar su hastío por las guerras -en especial por la de Vietnam- y para manifestar su adhesión a la paz y al amor. En este encuentro llegó a su plenitud el movimiento hippie (así les llamó la gente), que inició la Revolución de las Flores y pregonaba a los cuatro vientos el lema: "Haga el amor, no la guerra".
Todo era bello y encantador, pero una fiesta que superó en diez veces la cantidad de asistentes estimados no podía ser pura miel sobre hojuelas. El alcohol, el sexo y las drogas sobrepasaron el entusiasmo general. Un amigo que asistió al evento contó que había tanta gente que tuvo que quedarse a dos kilómetros de distancia. "Y hasta donde yo estaba -dijo- llegaba la nube de marihuana". Lo insólito es que solo se registró una muerte por sobredosis. En torno a la música, muchos fueron los artistas invitados, entre otros Janis Joplin, Joan Baez (embarazada) y Jimi Hendrix, quien cerró el espectáculo con una grande y polémica interpretación en guitarra del Himno Nacional de Estados Unidos. Hendrix murió al año siguiente. Tenía 27 años.
Algunos calificaron a Woodstock como un festival del pecado y la lujuria. Una joven hippie, en desacuerdo, lo explicó así en la revista Playboy: "Aquí no existe la prostitución. Esta es la tierra del amor. Te entrego mi cuerpo porque te amo y, entonces, tú me das algún dinero porque me amas".
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