lunes, 17 de agosto de 2015

LA ETICA DE PEDRO PABLO


  Mi amigo de juventud Pedro Pablo me invita al lanzamiento de su libro "Ética para educadores". El evento se desarrolla en las instalaciones del Duoc, antaño sede del Deutsche Schule, con cuyas rubias estudiantes soñaba en mis épocas escolares mientras, doblado en dos, me dirigía a mi colegio en las liebres "Colón-El Llano". Advierto que en el patio central se ha construido un moderno edificio de 15 pisos, en el último del cual, con una soberbia vista, se desarrolla el evento. Mientras hablan los presentadores, hojeo el libro, el que inmediatamente despierta mi interés con frases como las siguientes: "¿Hasta dónde el respeto activo, la libertad, la igualdad, la solidaridad y la actitud de diálogo (todos valores mínimos) deben permear los valores propios de cada comunidad?". En eso el Ayayay emite unos gorjeos pajariles. Es un WhatsApp del Prócer, que leo a hurtadillas: "Creo que me resfrié. Cambio. Me receté dos pisco sour. Cambio y Fuera", acompañado de unos emoticones tristes. Como su nieta le explicó que era un medio de comunicación de la vida doméstica, se ha empeñado en mandarme cientos de mensajes diarios con todo lo que le va pasando, lo que está siendo agotador. Luego de terminar las presentaciones, nos invitan a un coctel. Mientras felicito a Pedro Pablo, pienso que no fue muy ético de su parte habernos robado a la estupenda Magdalena, a quien, para ostentar su trofeo, le dedica su interesante libro.

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