lunes, 24 de octubre de 2016

PARTICIPAR EN POLITICA

Me cansé de escuchar a tantas personas inteligentes decir que en Chile necesitamos una Gran Política. Una que no provoque las desconfianzas y decepciones que sentimos hoy, al comprobar lo poco competente, soberbios y muchas veces corruptos que son los políticos. Nos dicen que a nuestros representantes les falta una visión de Estado, que esté por encima de sus mezquinos intereses individuales. Afirman que una mejor democracia depende de la idoneidad de nuestros políticos, pero que si este domingo no hay un candidato a alcalde y concejal que les llene el gusto, voten en blanco, como señal de que no les gusta el "menú". Afirman que es hora de actuar, de crear un movimiento nacional de ciudadanos, que admita personas de las más variadas visiones ideológicas.

Con todo respeto, quiero decir que mientras cada uno de ellos, en forma individual, no esté dispuesto a participar activamente en política, nada de lo que critican cambiará. ¿Saben ellos cuánto tiempo hemos dedicado los políticos a que gente preparada e inteligente como ellos participe en elecciones al Congreso o municipales? Muchísimo tiempo y con muy poco éxito.

Sepan ellos que los que nos hemos dedicado a la política también tuvimos la oportunidad de dedicarnos a nuestras profesiones. Sin embargo, los graves problemas del país durante nuestra juventud y, probablemente, una especial sensibilidad, nos hizo dejar de hablar sobre lo mal que estaban las cosas en Chile y dedicar parte importante de nuestras vidas a la política. Ninguno de nosotros estudió para ser político y muchos de nosotros no hemos hecho de la actividad política nuestra "profesión" permanente. Para un político que tiene un título universitario o técnico, no es fácil reincorporarse a la vida privada una vez que deja la actividad pública. La verdad es que es muy difícil. Nos miran con desconfianza, por lo que no es exagerado decir que nuestros estudios perdieron parte importante de su valor por dedicarnos a la política.

Muchos de ellos pensarán que ya no están jóvenes como para empezar una vida política. Que ya se han dedicado con éxito a las humanidades, las ciencias, las artes, los negocios u otras actividades. Esa es una excusa, si realmente creen en lo que escriben: que la política, aquella actividad humana que nos afecta a todos en los temas más importantes, necesita un cambio hacia la Gran Política. Ojalá tomen la decisión de conquistar las mentes y los corazones de los chilenos para ganar su confianza y lograr que los elijan en juntas de vecinos, municipalidades, Congreso, etcétera. Para tomar esa decisión solo es necesario ser jóvenes de espíritu y tener la dedicación, la paciencia y las agallas de plantearles cara a cara a los chilenos que ellos son los mejores para representarlos.

Ojalá dejen de pensar en crear nuevos referentes que incluyan a chilenos de izquierda, centro y derecha. Esa es la receta para que finalmente nada cambie. Lo único que vale para cambiar las cosas es el compromiso personal, por largos períodos de tiempo. ¿Están dispuestos a eso? Solo ellos conocen la respuesta.

Julio Dittborn Cordua

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