Efectivamente, como recuerda el Dr. Pablo Lavín, yo indiqué profesionalmente anticonceptivos e incluso formé parte de Aprofa (Asociación Chilena de Protección de la Familia), donde alcancé un alto cargo directivo. De esto hace ya más de 40 años, cuando comprendí que existía una incoherencia antropológica entre mi camino espiritual y la anticoncepción. En ese momento presenté mi renuncia al directorio de esa institución. Se me hacía absolutamente incompatible continuar allí. Guardo un recuerdo de respeto hacia todos aquellos con quienes compartí. Ellos creían, en su visión del hombre, que la anticoncepción era lo correcto. A partir del momento en que vi con claridad el grave significado de la anticoncepción, me he dedicado con todas mis energías al desarrollo de los métodos naturales de regulación de la natalidad, que corresponden al enfoque personalista del ser humano. Siempre es posible reconocer un error y cambiar de rumbo. Es propio del ser humano y muy característico de la práctica profesional médica. Hago votos por que muchos otros encuentren este camino.
La anticoncepción en Chile significó una notoria disminución de embarazos, pero ha tenido un alto precio demográfico que el país deberá corregir urgentemente, si es que esto es todavía posible. En lo práctico inmediato de salud pública, facilitó ajustar los siempre escasos recursos materiales y humanos a las necesidades asistenciales de la atención pública. Pero el desarrollo del alto riesgo obstétrico también influyó progresivamente en la disminución de la mortalidad materna. Este enfoque obstétrico permitió concentrar en las pacientes con alto riesgo una mayor cantidad de recursos humanos y materiales. Junto a esto último se trabajó con las matronas que ejercen en los consultorios periféricos del Servicio Nacional de Salud (válido al menos para el Área Norte de Salud de Santiago), instruyéndolas respecto de sencillas técnicas para la detección precoz del alto riesgo y su referencia oportuna al consultorio de alto riesgo obstétrico (iniciado en tiempos del director de la Maternidad del Hospital J.J. Aguirre, Universidad de Chile, profesor Dr. Juan A. Puga Mendiburu), gracias a la generosa colaboración de algunos colegas en sus horas de descanso.
Ahí se inició el enfoque de alto riesgo en la obstetricia nacional. Progresivamente, estos conceptos desarrollados principalmente en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile se fueron extendiendo a todo el país. Debe recordarse a este respecto el trabajo llevado adelante por el profesor Dr. Carlos Gómez Rogers y su equipo de colaboradores. Todo lo anterior contribuyó a la disminución de las muertes maternas, de 923 (1961) a 50 en la actualidad reciente. Obviamente, las nuevas generaciones profesionales tienen ahí un desafío para hacer desaparecer "totalmente" esas 50 muertes anuales que significan una verdadera tragedia existencial para sus respectivas familias.
El problema planteado por la legislación sobre el aborto, actualmente en proceso de discusión, y su influencia sobre la decisión de los jóvenes médicos de especializarse en obstetricia y ginecología es lo que se ha observado en Estados Unidos, a juicio de importantes profesores norteamericanos. Los problemas de litigación también están presentes en Estados Unidos, pero a lo que me refiero es al hecho de que muchos jóvenes no aceptan vivir una profesión que desean vocacionalmente, pero en la que deban matar obligatoriamente seres humanos indefensos como parte de su quehacer profesional en hospitales del Estado. Obviamente, la aprobación de la ley sobre el aborto propuesta conllevará muy probablemente la obligación de incluir experiencia en la práctica del aborto en la etapa formativa de tres años de dedicación exclusiva para alcanzar la certificación de médico especialista en obstetricia y ginecología. ¿Existe objeción de conciencia en esta etapa formativa del especialista? El proyecto no dice nada respecto de exigencia de formación práctica en abortos ni de si se aceptará la objeción de conciencia en la etapa formativa del especialista.
Sobre las causales que se han incluido en la presentación del proyecto de legislación sobre el aborto, todavía hay mucho que examinar.
Dr. Patricio Mena González
Profesor Emérito Universidad de los Andes
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