lunes, 17 de octubre de 2016

EL MUNICIPIO, EL ALCALDE Y LA CIUDADANIA

Gloria De la Fuente:

"El municipio constituye la puerta de entrada al Estado y muchas de sus prestaciones. Es la institución más próxima a la vida cotidiana de las personas y contribuye de manera muy determinante en la calidad de vida de los ciudadanos...".
A pocos días de la elección municipal, y frente al fantasma de la abstención que ronda hoy por hoy en las preocupaciones del mundo político, vale la pena preguntarse por la importancia de los gobiernos locales en el contexto generalizado del descrédito de la política.

Lo primero es señalar un lugar común, pero que tiene un profundo significado que vale la pena develar. El municipio constituye la puerta de entrada al Estado y muchas de sus prestaciones. Es la institución más próxima a la vida cotidiana de las personas y contribuye de manera muy determinante en la calidad de vida de los ciudadanos.

Los municipios no están ajenos a las problemáticas que enfrenta hoy nuestra sociedad, en especial en relación con las dinámicas de la desigualdad. En Chile hay municipios pobres y municipios ricos, aquellos que tienen enorme capacidad para promover mejor salud primaria y educación para sus habitantes, mientras que otros subsisten a duras penas para ofrecer a sus habitantes lo básico. Así, la segregación y desigualdad social que ya existe en nuestro país se acrecienta con las limitaciones que enfrentan los gobiernos locales.

Este es un tema gravitante, la descentralización y la equidad territorial no solo tiene que ver con las autoridades a nivel regional, esta también se hace posible a partir de las condiciones de vida que las comunas pueden ofrecer a sus habitantes. Esto es todavía asignatura pendiente en Chile y sería una gran oportunidad de debate programático ahora que se iniciará el ciclo presidencial.

En este sentido, una buena manera de recuperar el sentido de la política, aquello que tiene que ver con la distribución del poder para la construcción de bienestar social, parte por revalorizar el rol que los municipios cumplen en el desarrollo del proyecto de vida de las personas.

En tal cuadro, es probablemente un desafío para el futuro dotar a los municipios de condiciones más equitativas para atender las necesidades de sus vecinos, pero también es menester dotarlos de capacidades para la construcción de comunidad. Si hay algo que en Chile se ha desarticulado aceleradamente es el vínculo social, la capacidad de construir comunidad sin estos altos niveles de desconfianza interpersonal, no solo institucional. En ello los territorios y los gobiernos locales tienen un papel muy trascendente. De hecho, la última encuesta del CEP muestra que, en un cuadro de una política desprestigiada, los alcaldes siguen manteniendo altos niveles de satisfacción con su gestión. Esto otorga una posibilidad única de contribuir al capital social, a la construcción de tejido social que permita superar la apatía.

Respecto de la figura de los alcaldes y el concejo municipal, vale la pena considerar que no da lo mismo quien encabece los proyectos comunales. Está lleno de ejemplos donde la gestión de un alcalde sin control del concejo o de la ciudadanía, se transforman en un escenario propicio para planes reguladores donde existe una indiscriminada destrucción de los barrios, donde aparecen escándalos de corrupción o donde las prestaciones de salud primaria niegan, por ejemplo, el acceso a métodos anticonceptivos de emergencia ("píldora del día después"). Es preciso, en este cuadro, superar la figura del alcalde como un caudillo, para convertirlo en un actor clave de la representación de los intereses de los ciudadanos.

Respecto del concejo municipal, una nota importante sobre los partidos. Sabido es que su elección es interpretada como aquella que "sincera" las preferencias partidarias. Al respecto, bien vale la pena entonces considerar que la labor de un concejal constituye también la posibilidad de recuperar la confianza en los partidos, la institución más desprestigiada de la política. Por eso, si bien es comprensible que los candidatos de manera creciente quieran ocultar su marca partidaria en las campañas, ello no constituye una buena manera de recuperar el sentido de la política.

Todas estas razones, tal vez poco expuestas en la opinión pública, hacen muy importante la elección municipal. No da lo mismo no ir a votar, porque quienes lideren el gobierno local tendrán directa incidencia en cuestiones cotidianas de nuestra vida. Mejorar la calidad de la democracia en un país como el nuestro, implica necesariamente tomar en cuenta las condiciones en que operan instituciones tan próximas a la ciudadanía como los gobiernos subnacionales.

Gloria De la Fuente
Directora Ejecutiva
Chile 21

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