jueves, 27 de octubre de 2016

EL DERRUMBE DEL " OTRO MODELO ".


Antes de la elección de Bachelet algunos advertimos en medios nacionales y extranjeros que su programa, si podía llamársele así, iba a poner a Chile en un camino ruinoso y de alto costo en términos de prestigio .

Axel Kaiser

Hace apenas tres años, un grupo selecto de intelectuales de izquierda, entusiasmados con la ya entonces clara victoria por venir de Michelle Bachelet en las presidenciales, proclamaba en un famoso libro, presentado por la mismísima Bachelet, que el modelo de desarrollo de Chile, falazmente llamado "neoliberal", estaba agotado. Celebraban que se había asentado una "nueva hegemonía", es decir, un nuevo conjunto de ideas y creencias que exigían un profundo cambio al sistema económico e institucional imperante por décadas para abandonar lo que denunciaban como una inmoral mercantilización de ámbitos sensibles de la vida de las personas.

Lo que debía hacerse, dijeron, era un verdadero "régimen de lo público" en que el Estado, es decir, políticos y burócratas, con su moralidad y conocimientos superiores a los del mercado, o sea a la de los individuos actuando libremente, asumiría el rol central en el progreso ético y social del país. Se trataba, en términos simples, de reinstaurar en Chile un añejo modelo socialista en que el Estado recuperaba espacios centrales para la vida de las personas, de modo de igualarlas en todo aquello considerado un "derecho social". Interesantemente, el libro reconocía que bajo el sistema "neoliberal" el país había progresado como nunca en su historia, pero al mismo tiempo lo condenaba por dejar demasiada libertad -mercado- a los individuos, lo que, en esta visión, era incompatible con el interés general y los deberes de solidaridad recíprocos de una comunidad política. Se trataba, repetía uno de sus autores majaderamente mostrando ese desprecio tan característico de los ideólogos socialistas por la realidad, de visiones "normativas" y no de lo que en la práctica funciona.

Pues bien, a dos años y fracción de aplicación de esa "visión normativa" igualitarista, el "otro modelo" fundado en ella no solo ha fracasado colosalmente en sus resultados prácticos, sino en su credibilidad popular. Lo primero, todos los que no nos dejamos llevar por el ideologismo populista del momento lo advertimos desde un principio. El socialismo es la filosofía del fracaso y siempre lo será, y, por tanto, era evidente que el gobierno de Bachelet fracasaría. Incluso, antes de la elección de Bachelet algunos advertimos en medios nacionales y extranjeros que su programa, si podía llamársele así, iba a poner a Chile en un camino ruinoso y de alto costo en términos de prestigio internacional. También anticipamos que en algún momento la gente se daría cuenta de que la izquierda no tiene superioridad moral alguna sobre el resto y de que su sistema era el responsable del deterioro de la calidad de vida por venir.

Lo que no pudimos imaginarnos es que la hipocresía de muchos próceres de la igualdad, que se llenaban los bolsillos mientras alegaban contra el mercado y eran financiados ni más ni menos que por empresarios, entre los que se encontraba el yerno de Pinochet, llegaría a niveles tan delirantes. Tampoco pensamos que la ineptitud, corrupción e incapacidad de ejecutar sus malas ideas llegaría al punto circense al que llegó, ni que su ideologismo mostrara ser tan agresivo e impermeable al diálogo racional. La combinación de prepotencia ideológica, hipocresía, incapacidad, corrupción y malos resultados llevó, por ahora, a que la mayor parte de la ciudadanía no quiera ser más gobernada por la izquierda.

No hay que equivocarse: esto no es esencialmente mérito de la derecha, la que hizo mucho menos de lo esperado para capitalizar el desastre del actual gobierno. Este es fundamentalmente un castigo para quienes se erigieron en profetas indiscutibles de un nuevo Chile, que intentaron imponer de espaldas a la ciudadanía. Los chilenos quieren la sensatez dialogante y pragmática de la socialdemocracia concertacionista y no el radicalismo populista de la Nueva Mayoría inspirada en antiliberalismos teológicos del tipo expresado en "El otro modelo".

Lo ocurrido en las municipales, entonces, no es solo el derrumbe de Bachelet y del gobierno irresponsable que ha conducido, sino de una ideología probadamente fracasada que intoxicó a todo un sector político e intelectual del país a través de consignas y eslóganes irreflexivos. Nada de esto, por cierto, significa que el virus populista ha sido extirpado y que nos salvamos de lo peor. Sin duda, ciertos grupos radicalizarán aun más su propuesta y líderes carismáticos aparecerán con opciones serias de concretarlas. Tampoco será fácil revertir el daño hecho en estos años. Pero al menos hay ahora una oportunidad para rescatar un ideario de progreso e inclusión real. Uno que no vea en la libertad la fuente de nuestros males y en el Estado un demiurgo capaz de elevarnos material y moralmente, sino que entienda que la primera es la fuente del desarrollo económico y social y el segundo, el encargado de protegerla y apoyarla cuidadosamente donde esta se quede corta.

Veremos si la clase política tiene la inteligencia y el coraje de promover una filosofía del éxito revirtiendo la tendencia de deterioro actual, o si solo moderará su demagogia haciéndola más lenta.

BUENA SEÑAL, PERO CUIDADO CON CANTAR VICTORIA.


La reacción que manifestaron los electores de comunas relevantes que se animaron a votar, puede interpretarse positivamente. Es razonable concluir que, entre los que votaron, ha primado el sentido común, en contraposición a la imposición de reformas (educacional, laboral, tributaria, constitucional) que intentan forzar una concepción ideológica (el otro modelo) discurrida por una elite de iluminados y ejecutada con graves desprolijidades.

Si bien son elecciones municipales, donde lo local y el carácter del candidato debieran primar por sobre las concepciones políticas, hay, ciertamente, vínculos entre lo local y lo nacional, como son la educación, la seguridad o los servicios públicos. Por locales que sean los candidatos, ellos tienden a asumir las formas de concebir el rol de la política que distinguen a los conglomerados en competencia a los cuales pertenecen. Los de la Nueva Mayoría, siguiendo la línea refundacional, dando su aquiescencia a iniciativas impuestas desde arriba por una casta de intelectuales a cualquier costo, y los de Chile Vamos, con un enfoque más práctico y cercano a la gente.

Al parecer, la calle, entre otras cosas que le importan mucho, ha rechazado vincular una mejora en la educación a la consolidación de un monopolio estatal dominado por el sindicato de profesores y considera imprudente la idea de lograr mayor igualdad nivelando para abajo, a costa del crecimiento y las oportunidades para la gente común. Intuye que darles el monopolio a los sindicatos en las negociaciones puede no ser bueno para los trabajadores, y no concibe, frente a revelaciones recurrentes de su ineptitud, que el Estado sea siempre una solución para los problemas de la sociedad.

Las propuestas de los candidatos de Chile Vamos se han basado en el reconocimiento de la dignidad intrínseca de los electores; es decir, en el respeto a su afán y su capacidad de avanzar con sus proyectos de vida con la frente en alto, idealmente con independencia del Estado y de grupos de poder, recurriendo a la ayuda solidaria, que debiera existir y ser administrada con eficiencia, eficacia y transparencia, pero solo como un recurso de última instancia. Los chilenos ambicionan un país más libre, más digno, más próspero y en paz. A la luz de los hechos, los candidatos de Chile Vamos representarían mejor ese ideal.

¿Quiere decir que estamos a salvo de intentos refundacionales, de retroexcavadoras, del populismo? ¿Las verdaderas fuerzas progresistas, esas que potencian la infinita capacidad de inventiva y superación de las personas, agrupadas en la coalición de Chile Vamos, tienen aseguradas las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales? La respuesta es claramente no.

Solo un tercio del electorado manifiesta suficiente sensibilidad política o cultura cívica como para molestarse en votar. Un candidato con arrastre, lo que muchas veces implica apelar a las emociones más básicas, lo como demuestra el caso del candidato Trump en los EE.UU. y de tantos otros populistas, podría movilizar, por las razones incorrectas, a una masa suficiente como para conquistar el poder. El resultado de la elección municipal en Valparaíso es un caso que deberemos seguir de cerca.

¿Debemos preguntarnos si, en el contexto de una Nueva Mayoría que pavimenta el camino al populismo -al alejarse de la cordura de los gobiernos que lo antecedieron, al hacer tabla rasa de cuatro décadas de progreso, al enfatizar los derechos sociales y la igualdad y al promover los intereses de grupos corporativos vociferantes-, ante el desprestigio de nuestra "elite" política y la desafección de nuestros ciudadanos con la cosa pública, tendrán nuestras instituciones, los partidos políticos, el Parlamento, el Poder Judicial, la validación social para defender lo correcto por sobre lo presuntamente popular? Chile es aún un país en construcción y debemos cuidarlo.

Como nunca, requerimos fortalecer nuestra cultura cívica y reencontrarnos con la cosa pública. En particular, necesitamos partidos modernos que encanten a los jóvenes por el servicio público y sean capaces de convocar y movilizar a una masa de electores indiferentes.

Nicolás Ibáñez S.

NO HAY NADA TAN ESTABLE COMO EL CAMBIO.

""¿Cómo ser abierto al cambio sin cambiar todos los días? Porque nos volveríamos locos sin una casa o una cama que sea la misma lo más seguido posible, por poner un ejemplo tonto pero real...".

Paula Serrano

La cita anterior es de un gran poeta y autor que recibió recién el Premio Nobel de literatura.El sabía, y trató tal vez que le creyéramos, que no es posible resistirse al cambio. Y que tal vez una alternativa es valorarlo.

No es justo ese consuelo vacío que nos dicen a veces de que todo cambio es bueno y de que hay que estar abierto y no sentir la pérdida, sino disfrutar lo nuevo. Y no es justo porque no es contradictorio.Podemos vivir la pérdida y a la vez abrirnos al cambio, tímidamente, audazmente, como podamos.

La vida actual se define, como nunca antes en la historia, como un tiempo donde el cambio es la norma. Es más, para una empresa es mejor valorado un aspirante a ejecutivo o un profesional postulante que tenga una buena tolerancia al cambio. Porque, como dice Dylan, si el cambio es estable, entonces debemos contar con él como una variable permanente. Quien tenga dificultad para tolerar el cambio no es bueno para una empresa.

Pero está también el valor de la estabilidad y de la estructura. Una persona casada varias veces, por ejemplo, puede ser sospechosa de inestabilidad emocional.

Se enfrenta entonces un problema que no es fácil de resolver. Porque Dylan tiene razón, no hay nada más estable que el cambio. Está en la naturaleza y, por lo tanto, fue parte del mundo desde siempre. Las estaciones cambian cada año y no solo eso, cada año cada estación es distinta de su equivalente del año anterior. Y la vida siempre se asemeja a la naturaleza. Siempre.

¿Cómo ser abierto al cambio sin cambiar todos los días? Porque nos volveríamos locos sin una casa o una cama que sea la misma lo más seguido posible, por poner un ejemplo tonto pero real. ¿Cómo querer y reconocer a un amigo si cambia todo el tiempo? Es probablemente uno de los dilemas más profundos de la vida actual. Actuamos como si la estabilidad existiera y sabemos que no existe, que lo único permanente es el cambio. Duro problema.

Lo que ayuda al hombre es el miedo. También es un sentimiento pasado de moda y que a nadie le gusta. Pero tal vez si entendemos el miedo como una protección al cambio, podemos tolerarlo mejor. ¿Cómo aceptar que cambio y estabilidad van juntos? De eso se trata. Negar el cambio es una mala protección.

EL PESO DE LOS MODELOS.

"Los modelos paternos son de la mayor significación en la construcción de la personalidad. Por eso a veces se sostiene que una psicoterapia para los padres puede ser un factor favorecedor para el desarrollo socio emocional de los niños...".

Neva Milicic

El título de esta columna refleja una realidad que de algún modo es incuestionable, aunque a veces nos moleste reconocerlo. Los parecidos entre padres e hijos, incluso en aquellas áreas en las que a los hijos les gustaría diferenciarse, saltan a la vista, dando cuenta del peso que las figuras paternas tienen en la socialización y de cómo ellas son un factor decisivo en la adquisición de la identidad.

A propósito de las semejanzas, Luci, una mujer muy lúcida de treinta y cinco años, se quejaba de cómo la había afectado la mezquindad de su madre, argumentando: "Quizás lo que más me molesta es cuando reconozco cuánto de mis actitudes poco generosas, incluso con los que más quiero, se originan en la falta de generosidad de mi madre en mi infancia. Me avergonzaba mucho su tacañería y odiaba el control implacable con mis gastos. Ahora de adulta, tengo que luchar para no caer en esas mismas conductas mezquinas que tanto detestaba".

Está comprobado que los modelos paternos son de la mayor significación en la construcción de la personalidad. Por eso a veces se sostiene que una psicoterapia para los padres puede ser un factor favorecedor para el desarrollo socio emocional de los niños.

No es raro que un padre muy desregulado en sus conductas emocionales, que grita y pierde los estribos al menor contratiempo, se sorprenda ante los arrebatos emocionales de su hijo adolescente; o que una madre muy desordenada reclame por el estado caótico en que se encuentra el dormitorio de su niñita de ocho años.

Por supuesto que no se trata de una predicción fatal, ya que siempre hay márgenes de libertad para superar y cambiar aquello que no nos gusta de los modelos familiares. Sin embargo, es difícil que haya cambios si no hay primero una toma de conciencia de cómo nuestros comportamientos y actitudes puedan estar influyendo en la conducta.

El aprendizaje por imitación es una poderosa fuente de conocimiento. Bandura lo llamó aprendizaje observacional o por modelo, y se considera una de las mejores explicaciones de cómo se produce el aprendizaje social. No sólo se aprende de los padres, sino también de los hermanos. Basta mirar cómo los hermanos más pequeños imitan a sus hermanos mayores en sus conductas, en sus actitudes y en su lenguaje.

No hay que desatender el rol del modelaje en el aprendizaje social.

"Está comprobado que los modelos paternos son de la mayor significación en la construcción de la personalidad".

miércoles, 26 de octubre de 2016

LA MUERTE NO SE SUPERA, SE ABRAZA.

dicen que en esta vida todo tiene solución menos la muerte. Cuando muere un ser que amamos profundamente sentimos un dolor que nos traspasa el alma y nuestro corazón se rompe en incontables pedacitos de frustración al perder para siempre a aquella persona tan especial que acariciaba nuestro ser con cada mirada. ¿Qué puede doler más? ¿Saber que jamás podremos volver a verle? ¿Ese montón de palabras que siempre quisimos decir y no pudimos? ¿El hecho de que nosotras estemos aquí y ellos no? ¿Cómo pedirle al alma que no llore por tantas ausencias? Quisiéramos estar en paz, sabiendo que quien murió se marchó a un lugar mejor, en donde se encuentra la paz y la armonía que todos buscamos… Pero en lugar de pensar así, estamos aquí sufriendo, pensando en el dolor que sentimos y derramando las lágrimas más amargas que nunca pensamos derramar. ¡Cómo  nos gustaría devolver el tiempo y hacer tantas cosas que podrían amilanar la tristeza y pesadez que hay en nuestro corazón! Sabemos que algún día la muerte llegará,  sea por el inefable paso de los años o por los desventurados accidentes y enfermedades que acontecen. Pero nunca estamos preparadas para vivir sin aquella persona dueña de nuestra alma, ello es como si te pidieran que empezaras a morir en vida, que visualizaras lo que desearías que nunca pasara. ¿Cómo frenar aquel oscuro vacío en el que caes cuando ves él lúgubre féretro? ¿Cómo calmar al espíritu cuando tras ese frio vidrio ves a la persona que tantas veces viste sonreír? ¿Cómo borrar las esperanzas de creer que fue una equivocación cuando ves a tu familia llorando sobre ese inerte ataúd? ¿Cómo no derrumbarse al tener que aceptar lo que tantas veces quisimos esquivar? No hay palabras ni consuelos que alcancen a darle luz a las oscuridades que te envuelven. ¿Por qué pensar qué todo va a pasar? ¿Qué la política de esta vida es dejar atrás incluso a quienes amamos y nos amaron tanto? Los comentarios de quienes escuchas se vuelven tan superfluos, tan monótonos y faltos de sentido: ¿qué no entienden que el dolor de la muerte de un ser querido no es un hecho fácil de asimilar? Y llega aquella palabra que quisieras que no existiera: la resignación. Pero ¿qué es la resignación? ¿Recordar que hay cosas que no tenemos en nuestras manos y que simplemente debemos vivir? ¿Acaso la resignación borra la tristeza? Hay tantos sentimientos encontrados, no nos imaginamos seguir respirando sin la presencia de la otra persona…  Pero, aunque no queramos, debemos empezar a resignarnos y a cargar con las responsabilidades de lo que hicimos o dejamos de hacer. ¿Pero saben una cosa? Hay algo que es verdad entre tantas palabras que escuchas:la persona que murió no quisiera que sufriéramos a causa de su partida. Ése ser nos amaba y el amor no es sufrimiento, ¿acaso existe alguien que quiera ver sufrir a las personas que ama? Pero somos personas que no pueden evitar ese remolino de tristezas y llanto. La muerte no es algo que se supere, es algo que se acepta. Quizá no encontremos la salida en mucho tiempo, quizá no superemos las ausencias en muchos meses… Pero hay algo que ni siquiera la muerte rompe: el AMOR, y aunque ya no podamos ver a la otra persona, ni sentir su aroma, ni escuchar su voz, ni mirarle a los ojos, ni abrazarle físicamente, siempre podremos cerrar nuestros ojos para recordarle, para decirle desde nuestro corazón que le echamos de menos, que le amamos, que nos perdone, que nos abrace. Y desde ahí, es donde nacen los verdaderos consuelos: desde la eternidad de un sentimiento y no desde lo efímero de una vida mortal. Abraza tu dolor, seguramente el tiempo, como gran maestro, te mostrará el camino a la sanación de tu alma, porque tú no eres un ser de años, eres un ser de eternidades. Sigue leyendo en: https://www.todamujeresbella.com/8690/cuando-muere-un-ser-amado-2/

lunes, 24 de octubre de 2016

VOTAR, AUNQUE SEA EN BLANCO

"¿Para qué? Para que aunque su voto sea en blanco pueda computarse como tal y ser interpretado de la única manera posible: no me gusta el menú...".

Agustín Squella

Hemos sido convocados a elecciones municipales, algo que es propio de una democracia, aunque esta no se agote en el acto de participar en las votaciones periódicas a que somete diversos cargos públicos. Todos pedimos y esperamos más de la democracia, aunque no por entender que ella no satisface aún ciertas demandas que le dirigimos vamos a dejar de participar en las elecciones. No es apropiado restarse al ejercicio de la democracia real (la que tenemos) en nombre de una democracia ideal (que desearíamos tener), y ese mismo ejercicio es una manera de continuar empujando aquella hacia esta. Suele decirse que los problemas de la democracia se resuelven con más democracia, aunque la verdad es que se resuelven con mejor democracia. Una mejor democracia que depende de la idoneidad de nuestros representantes.

Por tanto, si usted tiene un candidato a alcalde y a concejal de su gusto, vaya a votar. Salga pasado mañana de su casa y haga uso de un derecho que, bien visto, y aunque la ley no lo establezca hoy así, es también un deber. Un derecho y un deber que otorga e impone la ciudadanía, parecido a lo que ocurre con el derecho y el deber de tener un cierto número de años de escolaridad. Sí, no es común que un derecho sea a la vez un deber, pero lo mismo sucede con quienes están matriculados en la educación básica y media: tienen el derecho y también el deber de asistir a clases en el establecimiento que los recibió.

No obstante, vote si quiere es la orden del día desde que tenemos inscripción automática y voto voluntario. Los ciudadanos solo tienen derechos, no deberes, de manera que no se moleste en inscribirse y tampoco en ir a votar: ese fue el mensaje que envió nuestro Congreso Nacional cuando de manera precipitada y oportunista pasó del voto obligatorio a uno voluntario. Una decisión precipitada, sin deliberación suficiente, y también oportunista, por cuanto muchos parlamentarios que la aprobaron, no del todo convencidos, lo hicieron solo como expresión no confesada de su capitulación ante una demanda juvenil con la que querían congraciarse pensando en futuras elecciones. Un error que no pocos de ellos admiten hoy -como también hacemos algunos que por otras razones simpatizamos en su momento con el voto voluntario-, aunque no se atreven a presentar una iniciativa legal para corregirlo. Tampoco el Gobierno se atreve. Otra vez el temor a contrariar a la dominante cultura de los derechos, que será siempre bienvenida, mas no al costo de pulverizar la de los deberes. Dos culturas -si hace falta decirlo- que no se oponen y que nada más se complementan, sin que ninguna de las dos pretenda debilitar y menos acabar con la otra.

Si usted no tuviera candidato a alcalde ni a concejal de su gusto, vaya también a votar. ¿Para qué? Para que su voto en blanco pueda computarse como tal y ser interpretado de la única manera posible: no me gusta el menú, o sea, no me parece idóneo o confiable ninguno de los nombres que aparecen en la cédula, lo cual constituye un mensaje claro para los candidatos que compiten y para los partidos que los presentan. En cambio, la abstención puede ser interpretada de muchas maneras -comodidad (me quedo en cama), frivolidad (me voy a la playa), indiferencia (me da lo mismo), escepticismo (las cosas no van a mejorar), rechazo (ninguno de los candidatos da la talla) o indignación (que se vayan todos)-, tantas que su significado político se diluye.

Junto con ir a votar, incluso en el caso de no tener candidato y hacerlo en blanco, expresemos el deseo de que estas sean las últimas elecciones municipales que se realicen en el marco de una legislación sobre municipios que necesita urgentes reformas para evitar que alcaldes y concejales se momifiquen en sus cargos, para controlar mejor su desempeño, para impedir que durante meses antes de una elección tengan silla y micrófono comprados en radios y canales de televisión regionales, para moderar las excesivas atribuciones de los alcaldes, para profesionalizar la gestión de los municipios, y para eliminar la corrupción que a nivel de ellos se presume más alta que en cualquier otro ámbito público.

DE CHICAGO BOY A CHICAGO GIRL: TRAVESTISMO Y OBTIMISMO.

"Qué distinto sería el Chile de hoy si el gobierno en vez de inspirarse en el resentimiento pesimista y destructivo de Piketty, lo hubiera hecho en el optimismo constructivo y tolerante de McCloskey..."

Gerardo Varela

Coincidiendo con el cambio de pesimismo a optimismo del gobierno, nos visitó Deirdre McCloskey, antes conocido como Donald; economista, escritora de libros y manuales de economía y profesora de la Escuela de Chicago, que a través de varias operaciones se transformó de Chicago Boy a Chicago Girl.

Ella cuenta que a pesar de capitanear un equipo de futbol americano, siempre se sintió femenina, y que su decisión de cambio de sexo (1995) se inició tímidamente poniéndose aros. Cuando le confiesa al decano de Chicago que ha decidido salir del clóset, se produce una pausa de silencio, el decano la mira con cara de intriga y preocupación, y McCloskey le espeta que se cambiará de sexo. El decano de Chicago respira aliviado y le dice "que tranquilidad; por un momento pensé que habías decidido hacerte socialista".

McCloskey es una historiadora económica y tiene un libro muy interesante sobre la "igualdad burguesa". En él propicia y lucha por la verdadera igualdad, que es la liberal: una igualdad ética y no económica. Es una igualdad de trato, de dignidad, de derechos y de oportunidades. Es la igualdad que se logra en sociedades libres, con un gobierno de leyes, con justicia independiente y economías de mercado.

La igualdad económica o de resultados le parece utópica y piensa que solo se logra coactivamente. De hecho, cuando la política se ha centrado en buscar esa igualdad, como hemos experimentado con este gobierno, solo se genera odio; se sacrifica la libertad y se destruye el progreso, como en Cuba.

Con Deirdre se entiende la diferencia entre el cambio de sexo y el travestismo. El primero supone una convicción profunda que fuerza a una persona a recorrer una ruta doloroso en lo físico y en lo emocional. Es un camino sin retorno, y por eso a ella le tomó 50 años decidirse. Distinto es el travestismo, que es simplemente vestirse, o disfrazarse, de mujer. Esto es ocasional, indoloro y reversible.

Nuestro gobierno ahora ha decidido cambiar de negativo y pesimista, a positivo y optimista. Después que Chile era el país más desigual del mundo, plagado de empresarios abusadores, donde nadie pagaba impuestos y la educación era un mamarracho elitista, retrograda y excluyente, de pronto se transforma en un país de emprendedores, trabajadores responsables, con un clima y medio ambiente únicos en el mundo. Esto nos lleva a la pregunta obvia, estamos ante un acto de travestismo oportunista y transitorio o de un genuino cambio irreversible de ideas.

Yo siempre he sido optimista y he creído que tenemos un país fantástico. Hemos progresado enormemente, y si no fuera por este gobierno, su mal diagnóstico y su peor desempeño, seguiríamos progresando. Ahora quiero creer que este cambio gubernamental es genuino. Que el gobierno tiene la convicción de que los chilenos no somos perversos, aprovechadores ni egoístas, sino que como buenos seres humanos, tenemos un poco de todo, y dependiendo de los incentivos que las políticas públicas nos pongan, saldrá lo mejor o lo peor de nosotros.

Como enseña Deirdre, Estado hemos tenido siempre, pero el progreso del mundo solo se logra a partir del liberalismo del siglo XVIII, cuando la filosofía política se centra en respetar al individuo y sus derechos. Son esas ideas pacifistas de libertad individual y protección legal de las personas y su propiedad frente al soberano que genera el progreso del mundo occidental. Las ideas del nacionalismo y socialismo del siglo XIX con el refortalecimiento de los estados y el belicismo asociado, son las que generan los grandes conflictos del siglo XX. A los ideólogos de este gobierno les haría bien estudiar y escuchar a Deirdre.

Alguien dijo que hoy muchas mujeres pueden comportarse como hombres, pero pocas pueden actuar como caballeros. Deirdre, con su humanidad e inteligencia, logró transformarse además de mujer, en una dama. Sus ideas, cultura y humanidad son un bálsamo para nuestro país. Qué distinto sería el Chile de hoy si el gobierno en vez de inspirarse en el resentimiento pesimista y destructivo de Piketty, lo hubiera hecho en el optimismo constructivo y tolerante de McCloskey.

ME-O Y EL CELO DE LA JUSTICIA.

Sin abordar los hechos en que aparece envuelto, Marco Enríquez-Ominami atribuye su situación judicial a una acción artificial para sacarlo de la carrera presidencial... En la conferencia de prensa que siguió a su audiencia de formalización del día martes, Marco Enríquez-Ominami alegó ante los medios de comunicación, una vez más, la supuesta persecución política del fiscal Pablo Gómez en su contra, a quien ha tildado de "operador político de Sebastián Piñera", por estar casado con la ex ministra de Justicia Patricia Pérez. Poco antes, durante la formalización, su defensa hizo ver que una eventual acusación del candidato buscaría "achicar la cancha presidencial", pues esa medida procesal tendría como efecto la suspensión de los derechos políticos del acusado.

Independientemente de la estrategia comunicacional que haya decidido seguir el candidato Enríquez-Ominami, la que por lo visto intenta presentar su delicada situación judicial como un obstáculo interpuesto artificialmente por uno de sus rivales en la carrera presidencial, el hecho concreto es que le fueron imputados delitos tributarios por ingresos que ascienden a $391 millones que no pagaron impuestos, lo que entraña un considerable perjuicio fiscal. Sobre esto, sin embargo, el candidato no hizo mayor referencia en su despliegue comunicacional, dedicado más bien a sembrar dudas sobre las intenciones del fiscal Gómez al perseguir responsabilidades en su caso.

El proceder de ME-O y de su defensa no es nuevo. Como él, conocidos aspirantes a la presidencia de sus países siguieron una receta parecida cuando se vieron en problemas con la justicia, caso ejemplificado últimamente por Keiko Fujimori y Lula da Silva. Pero por más que se repita este tipo de fenómeno, no deja de asombrar el hecho de que, al quedar envuelto en un delito, un candidato a la presidencia se defienda cuestionando la actuación de un poder del Estado, que lo dejaría fuera "por secretaría". Aunque es cierto que ME-O se cuidó de no acusar a la fiscalía en su conjunto, e hizo aspavientos de presentarse ante la ley sin pretenderse merecedor de ningún privilegio, con sus dichos pone en duda la rectitud del proceder de una institución pública por el solo hecho de realizar su labor.

El principio de igualdad ante la ley que implícitamente el candidato ME-O parece echar en falta en su caso, existe para que la acción de la justicia se haga efectiva a pesar de las influencias que busquen coartarla. Esto, la acción irrestricta de la justicia, es precisamente lo que defiende quien alega inocencia cuando tiene oportunidad de presentar sus descargos por el delito que se le atribuye. Lo que hace ME-O al cuestionar el celo con que dicha acción se está llevando a cabo es exactamente lo contrario, y su sostenido silencio ante la opinión pública para aclarar los hechos en que aparece envuelto tampoco ayuda a su causa.
ßy

PARTICIPAR EN POLITICA

Me cansé de escuchar a tantas personas inteligentes decir que en Chile necesitamos una Gran Política. Una que no provoque las desconfianzas y decepciones que sentimos hoy, al comprobar lo poco competente, soberbios y muchas veces corruptos que son los políticos. Nos dicen que a nuestros representantes les falta una visión de Estado, que esté por encima de sus mezquinos intereses individuales. Afirman que una mejor democracia depende de la idoneidad de nuestros políticos, pero que si este domingo no hay un candidato a alcalde y concejal que les llene el gusto, voten en blanco, como señal de que no les gusta el "menú". Afirman que es hora de actuar, de crear un movimiento nacional de ciudadanos, que admita personas de las más variadas visiones ideológicas.

Con todo respeto, quiero decir que mientras cada uno de ellos, en forma individual, no esté dispuesto a participar activamente en política, nada de lo que critican cambiará. ¿Saben ellos cuánto tiempo hemos dedicado los políticos a que gente preparada e inteligente como ellos participe en elecciones al Congreso o municipales? Muchísimo tiempo y con muy poco éxito.

Sepan ellos que los que nos hemos dedicado a la política también tuvimos la oportunidad de dedicarnos a nuestras profesiones. Sin embargo, los graves problemas del país durante nuestra juventud y, probablemente, una especial sensibilidad, nos hizo dejar de hablar sobre lo mal que estaban las cosas en Chile y dedicar parte importante de nuestras vidas a la política. Ninguno de nosotros estudió para ser político y muchos de nosotros no hemos hecho de la actividad política nuestra "profesión" permanente. Para un político que tiene un título universitario o técnico, no es fácil reincorporarse a la vida privada una vez que deja la actividad pública. La verdad es que es muy difícil. Nos miran con desconfianza, por lo que no es exagerado decir que nuestros estudios perdieron parte importante de su valor por dedicarnos a la política.

Muchos de ellos pensarán que ya no están jóvenes como para empezar una vida política. Que ya se han dedicado con éxito a las humanidades, las ciencias, las artes, los negocios u otras actividades. Esa es una excusa, si realmente creen en lo que escriben: que la política, aquella actividad humana que nos afecta a todos en los temas más importantes, necesita un cambio hacia la Gran Política. Ojalá tomen la decisión de conquistar las mentes y los corazones de los chilenos para ganar su confianza y lograr que los elijan en juntas de vecinos, municipalidades, Congreso, etcétera. Para tomar esa decisión solo es necesario ser jóvenes de espíritu y tener la dedicación, la paciencia y las agallas de plantearles cara a cara a los chilenos que ellos son los mejores para representarlos.

Ojalá dejen de pensar en crear nuevos referentes que incluyan a chilenos de izquierda, centro y derecha. Esa es la receta para que finalmente nada cambie. Lo único que vale para cambiar las cosas es el compromiso personal, por largos períodos de tiempo. ¿Están dispuestos a eso? Solo ellos conocen la respuesta.

Julio Dittborn Cordua

VAN A IR , VAN A SONREIR Y LO VAN A PASAR BIEN.

Gerardo Varela:

"El padrón electoral es sacrosanto porque de la confiabilidad de una elección deriva la legitimidad de la democracia y de nuestros representantes...".
Un amigo educa sus niños a la antigua. Y, por supuesto, como yo he fracasado en domar a los míos, él cuenta con toda mi admiración y respeto.

Entre sus muchas virtudes pedagógicas está la frase que titula esta columna. Cuando tiene esos panoramas al que los hijos se rehúsan a asistir y empiezan con el mañoseo, él los escucha un rato hasta que se cansa y, con voz firme pero serena, les dispara: "Se acabó la discusión. Van a ir todos, van a sonreír y lo van a pasar bien. Y después, este día lo recordaremos como un día feliz en que todos nos entretuvimos".

Yo creo que esa disciplina y voluntarismo férreo califica a mi amigo para asumir el Ministerio del Interior en esta nueva hora de optimismo, buena onda y positivismo del gobierno. En estas elecciones, mi amigo hubiera ordenado que todo votante concurriera a las urnas y, sin importar que viva en Punta Arenas y vote en Alto Hospicio, les hubiera dicho que voten, sonrían y sean felices. Pienso que frente a esta tragicomedia nacional no queda otra. Esta elección está marcada por tres palabras: Indiferencia, incompetencia e indolencia

La indiferencia de la ciudadanía con la elección solo me habla de fastidio con la res publica . La elección municipal es la menos épica, pero la más relevante en nuestra vida cotidiana y, sin embargo, ni ella logró entusiasmar a los vecinos.

La incompetencia de nuestras autoridades, para una vez detectado un problema enfocarse en solucionarlo, se ha tornado patológica. En una era de emails y celulares, nuestras autoridades se comunican mediante oficios que tardan tres días en llegar a destino y tres semanas en responderse. No tienen otro propósito que, junto con denunciar un problema, poner a buen recaudo la responsabilidad del funcionario de turno, para que cuando llegue la hora de rodar cabezas no sea la suya la que caiga. Es el problema sistémico con el Estado, un monopolio, que solo castiga a los que se equivocan, pero jamás premia a los que aciertan. Es hora de un acuerdo nacional para reformar un Estado anquilosado que los políticos han capturado para los amigos y camaradas que además se solazan en la ineficiencia. Y todo con cargo a un presupuesto fiscal más grande que la economía de Uruguay.

Finalmente, la indolencia. La Presidenta, en su estado de negación, sostiene que el problema venía del año 2012. Y si era tan antiguo, ¿por qué no lo solucionó antes? ¿O ella solo soluciona los problemas que su propio gobierno genera (que, por cierto, mantendrán ocupados a los próximos tres gobiernos)?

El padrón electoral es sacrosanto porque de la confiabilidad de una elección deriva la legitimidad de la democracia y de nuestros representantes. Esta elección, y la comedia de equivocaciones que la precedió, quedará en los anales de la incompetencia nacional. Por eso, y obedeciendo al optimismo ordenado desde La Moneda, con una sonrisa recordaré este día como un día feliz en que todos nos entretuvimos... Aunque sea mentira.

¿ EL COMIENZO DEL CAMBIO ?

Harald Beyer:
"La oposición tiene más espacio para pensar adecuadamente su estrategia. Ha logrado una plataforma interesante para proyectar su candidatura presidencial para el próximo año, pero tampoco tiene demasiada libertad para cometer errores..."
Estos resultados habrá que masticarlos por varios días para tener una mejor interpretación del mensaje que los ciudadanos quisieron transmitirles a nuestros políticos. Hay, evidentemente, un castigo al oficialismo, expresado no solo en los resultados de algunas comunas emblemáticas -Santiago y Providencia tienen indudablemente ese carácter-, sino también en la votación de las coaliciones, particularmente de alcaldes. En términos generales, la coalición opositora se ha beneficiado de ese castigo. No solo ha obtenido comunas emblemáticas, sino muchos de sus alcaldes titulares han aumentado su votación. Podrán sostener que ha comenzado un cambio de signo político. Por cierto, también hay alcaldes oficialistas que han obtenido buenos resultados, lo que sugiere que el castigo no ha sido completo. No es aventurado sostener que este se ha concentrado con más fuerza en figuras cercanas a la Presidenta Bachelet y con un carácter nacional. Pero la interpretación política en esta coyuntura parece clara.

Por supuesto, es difícil concluir que aquí exista algo definitivo, sobre todo en un escenario político tan fluido. Hay resultados sorpresivos como los de Valparaíso, que sugieren que las dos coaliciones principales pueden ser, en algunas circunstancias, desafiadas exitosamente. Pero, claro, aún no parece existir suficiente fuerza en el país para lograr un impacto significativo. Algunas nuevas caras de esas dos coaliciones, que incursionaron por primera vez en estas lides, tuvieron buenos resultados. Así, ambas coaliciones siguen dominando claramente los resultados agregados y en algunas comunas mostraron capacidad de renovación. Ello sugiere que logran representar a un grupo amplio de sensibilidades en el país.

La abstención fue la convidada de piedra a esta elección. Hay una caída importante en la participación que va a ser interpretada como una muestra del gran descontento ciudadano que existiría en el país. Sin embargo, ahí donde hubo una oferta amplia, incluso de grupos muy críticos de ambas coaliciones y de las instituciones y políticas públicas que el país ha desarrollado, la participación no fue muy distinta de otros lugares donde ello no era el caso. No se puede hacer, por tanto, una lectura tan clara de esta situación. Las razones para no votar son muchas, pero el panorama global no permite concluir que a la base de este fenómeno exista un cuestionamiento profundo al funcionamiento de nuestra democracia. Hay otros países que en este tipo de elecciones tienen tasas de participación aun menores a las observadas ayer. Por supuesto, hay problemas que deben y, en alguna medida, se están enfrentando. En todo caso, es un llamado de atención que las distintas fuerzas políticas no pueden desconocer.

El Gobierno queda en una posición aun más debilitada. Sus candidatos presidenciales seguramente fortalecerán sus recorridos por Chile. Intentarán recuperar un voto que parece esquivo. La oposición, en cambio, tiene más espacio para pensar adecuadamente su estrategia. Ha logrado una plataforma interesante para proyectar su candidatura presidencial para el próximo año, pero tampoco tiene demasiada libertad para cometer errores. La unidad en esta coalición no ha sido fácil, pero en esta elección mostró las ventajas que ella tiene. La competencia recién comienza y si bien la oposición parte con alguna ventaja, ambas coaliciones tienen el deber de convocar el próximo año a los electores con propuestas que logren atraerlos a las urnas. El desafío es mayor, pero no imposible.

Harald Beyer

NUMERO DE LA SEMANA DEL AÑO .

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domingo, 23 de octubre de 2016

LOS ALCALDES QUE QUIEREN LOS CHILENOS .

Ignacio Irarrázaval:

"Así, pareciera que un buen alcalde será aquel que sea capaz de conjugar la probidad y la capacidad técnica, que ajuste las expectativas de los vecinos con las atribuciones reales que tiene..."

¿Honesto, cercano, buen administrador, que sea de la comuna, que represente mis ideas o que tenga experiencia? Al preguntarles a los chilenos cuál de estos atributos es el más importante para ser un buen alcalde o alcaldesa, el 40% priorizó la honestidad, según la Encuesta Nacional de Percepciones Ciudadanas sobre Municipios realizada por el Centro de Políticas Públicas UC y BCI. La grave crisis de confianza que atraviesa nuestro país explica que esta virtud, que debería ser lo mínimo esperado y exigido de los alcaldes, cobre tal relevancia y valoración.

Sin embargo, para recuperar la confianza, no basta la honestidad, porque junto con la probidad hay otro eje clave: el de la capacidad técnica. Se requiere una buena gestión, que dé respuesta a las necesidades de la comunidad. Los plazos se deben cumplir, las obras deben terminarse, el diseño acordado con los vecinos debe respetarse para que la confianza se mantenga. El problema es que en el actual escenario hay altas expectativas de las personas y poca claridad respecto de las funciones y atribuciones del municipio. Según la misma encuesta, 67% dice conocer poco o nada los servicios, actividades y labores que estos realizan. La ciudadanía tiende a exigir a la municipalidad lo que el gobierno central no cumple, lo que perjudica la percepción de esta en cuanto a su capacidad técnica. Es lo que ocurre con la seguridad ciudadana, que no compete exclusivamente al municipio, pero que los vecinos evalúan como la peor área, con nota 4,0.

Otro aspecto clave para evaluar la labor de un buen alcalde o alcaldesa es la corresponsabilidad de los vecinos. Si la autoridad comunal no cuenta con la colaboración de los vecinos, no se valorará todo lo que intente hacer por su cuenta, porque ni aunque sea un "superalcalde", será efectivo. Para lograr la corresponsabilidad se necesita confianza, porque desde ahí se puede concitar la colaboración de los ciudadanos, de forma que estén comprometidos en la construcción de una mejor comuna. Si la municipalidad tiene la mejor tecnología para recolectar la basura, pero los vecinos la sacan en un día y hora que no corresponde, entonces no hay forma de tener una comuna limpia.

Un buen alcalde debe estar atento a las demandas, los intereses y las preocupaciones de los vecinos, porque es capaz de influir en diversos aspectos de su vida diaria. Fomentar la coordinación de los vecinos para prevenir delitos, contar con médicos suficientes en los consultorios, controlar a los perros abandonados y mejorar el estado de las calles y veredas son algunas de las acciones que ellos mismos priorizan en el último estudio de la UC. Las autoridades locales deben estar atentas para responder a estas necesidades: la seguridad ciudadana se percibe como el problema más relevante en todos los niveles socioeconómicos y su importancia aumenta en las comunas de mayor tamaño; mientras que el problema de los centros de salud primaria y consultorios es más relevante en las comunas más pequeñas, de menos de 20.000 habitantes. Las personas reconocen que la institución que tiene más capacidad de ayudar a solucionar los problemas de calidad de vida que las afectan es, justamente, el municipio, tal como ha mostrado la Encuesta Bicentenario UC-Adimark. Se acercan a este para realizar trámites, para solicitar información y también para reclamar.

En este sentido es muy importante igualmente la participación. Lo que revela la Encuesta de Percepciones Ciudadanas sobre Municipios es que el 75% de los chilenos cree que es importante para la gestión municipal que se considere la opinión de los vecinos y 70% dice haber participado en alguna instancia de opinión local, pero lo que refleja la medición es que esta participación no se ha dado en los canales tradicionales. Es un desafío para la autoridad municipal ser capaz de establecer espacios de participación que sean cómodos para los vecinos, que los motive a seguir involucrándose con el municipio y que sea capaz de canalizar sus opiniones e inquietudes, porque esto también fomentará la confianza. Las largas reuniones que antaño eran anheladas por los vecinos, en tiempos de redes sociales ya no son lo que las personas demandan.

Así, pareciera que un buen alcalde será aquel que sea capaz de conjugar la probidad y la capacidad técnica, que ajuste las expectativas de los vecinos con las atribuciones reales que tiene, que sepa escuchar las necesidades de las personas de su comuna y que pueda contar con ellas para ayudarlo en su labor durante los cuatro años en el cargo. En definitiva, alcaldes y alcaldesas que sean capaces de construir una relación de confianza con sus vecinos para que en 2020 la honestidad se dé por hecho y no sea la principal característica que tengamos que buscar en nuestras autoridades.

ANALISIS ELECTORAL EN FRÍO

Los análisis electorales post-elecciones suelen ser apasionados. Hay una tendencia generalizada a dar como ganadora, de una forma u otra, a la coalición de preferencia, o bien a encontrar que los resultados confirman la teoría política que se viene afirmando hace tiempo.

Con esto en mente, decidimos definir los criterios en base a los cuales analizaremos la próxima elección ex ante, de modo de no sesgar nuestra visión de los resultados por lo que suceda el domingo 23. Hacemos esto para siete preguntas que a nuestro juicio serán las más relevantes tras esta elección: tres relativas a participación electoral, tres a resultados políticos y una sobre la ventaja de los alcaldes que buscan la reelección.

Por ejemplo: 1) ¿Fue la participación electoral baja? Mirando los datos históricos de Chile y algunos datos de otros países, diremos que sí lo fue si es menor a 40%, pero medida sobre la población en edad de votar (para soslayar los problemas que ha tenido el padrón electoral, sobre todo durante el último tiempo); 2) Pensando en el fin de la lógica del binominal, ¿observamos un menor peso de las dos coaliciones tradicionales? Basado en un análisis de las últimas elecciones, diremos que efectivamente las coaliciones "binominales" perdieron fuerza si juntas obtienen menos que el 70% de los votos de concejales o que el 72% de los votos de alcalde. (Ver documento completo en www.cepchile.cl).

Estos criterios, por cierto, son arbitrarios. Pero al menos lo son ex ante, y no ex post. Invitamos a los analistas que difieran de nuestros criterios a plantear los propios, pero antes de la elección. Esto contribuirá a un análisis más objetivo y razonado de cómo se manifiesta el pueblo el próximo domingo 23 de octubre.

Loreto Cox A.
Ricardo González T.
CEP

sábado, 22 de octubre de 2016

¿ POR QUE LA MUNICIPALIDAF ES DECISIVA .?

José Miguel Insulza :

De las instituciones públicas del régimen democrático, el municipio es la más cercana a la vida cotidiana de la gente. Los estudios más modernos consistentemente identifican al alcalde, en el espacio de cada comuna, como uno de los dos personajes más conocidos por la población.

De las instituciones públicas del régimen democrático, el municipio es la más cercana a la vida cotidiana de la gente. Los estudios más modernos sobre la relación entre ciudadanos y autoridades consistentemente identifican al alcalde, en el espacio de cada comuna, como uno de los dos personajes públicos más conocidos por la población, casi en el mismo nivel del Presidente de la República.

La razón es obvia. El municipio es, por su situación territorial y por su entidad institucional, la institución más directamente ligada a la vida cotidiana de las personas. Cosas tan esenciales y diarias, como la limpieza y el alumbrado en las veredas, los espacios recreativos, el estado del pavimento, se unen a aspectos tan esenciales como los consultorios de salud, la calidad de las escuelas e incluso la seguridad, como exigencias dirigidas al municipio y al alcalde, que es visto como principal responsable, incluso de asuntos que no dependen solamente de él. El juicio sobre los ediles se hace día a día: las exigencias de pronta atención, calidad de servicios, atención de necesidades urgentes y transparencia en la gestión son severas, porque al fin y al cabo los representantes municipales están a la mano y la gente lo sabe.

En un tiempo en que la exigencia de descentralización del poder en la República es vista como un aspecto esencial de la democracia, un buen municipio es la forma de descentralización más antigua y más cercana al ciudadano de a pie. Si los municipios funcionan bien, muchos de los problemas que serían a primera vista locales o regionales ni siquiera llegan a ese nivel. La democracia, a nivel regional y nacional, descansa sobre estructuras comunitarias capaces de gestionar. Y, para quienes quieren fortalecer la participación, no cabe duda de que el municipio proporciona las mejores condiciones para la práctica de formas más directas de democracia.

Si estamos de acuerdo en todo lo anterior, es difícil entender la falta de atención efectiva que se presta, en un período de elecciones comunales, a los problemas reales del municipio. Solo esporádicamente los dirigentes nacionales se refieren a los temas del municipio: a la falta de urbanización que afecta a vastos sectores de las ciudades; al funcionamiento y recursos de los consultorios de salud, a la educación aún municipalizada, a las actividades de los municipios para beneficio del adulto mayor y tantos otros. Muchos dirigentes nacionales han preferido interpretar la próxima elección comunal como un preludio a las campañas presidenciales y parlamentarias de 2017.

Sin embargo, son muchos los alcaldes y los nuevos candidatos los que han formulado nuevas propuestas audaces, y obtenido resultados importantes para sus ciudadanos. El ejercicio que concluye será recordado entre otras cosas por las farmacias y ópticas populares nacidas en Recoleta y extendidas a muchas otras comunas, por el éxito de San Ramón, que saltó 20 lugares en el Índice de Calidad de Vida y, en general, por las numerosas muestras de iniciativa y creatividad que han dado nuestros alcaldes en gran número de municipios del país; así como por las ideas novedosas que se proponen hoy al calor de la elección. Para ser alcalde o concejal, ya no basta con administrar, hay que ser capaz de crear, de tener iniciativa, y muchos lo están demostrando.

Por cierto, el endémico desfinanciamiento de las comunas -a la gran mayoría de las cuales la ley asigna una cantidad de tareas muy por encima de los recursos de que dispone para cumplirlas- sigue siendo un problema principal. El Fondo Común Municipal, dispositivo que permite transferir fondos excedentes de un pequeño puñado de comunas de muy altos ingresos a un largo número de municipios con déficits endémicos, no es respuesta suficiente a las condiciones de desigualdad en que se desarrollan las comunas del país. Baste recordar que muchas, con mucho esfuerzo, apenas consiguen dotar a sus escuelas de un presupuesto por alumno que no alcanza a la décima parte de lo que destinan las comunas más ricas. Algo similar ocurre con la salud e incluso con la seguridad pública, tema en que algunos municipios pueden dotar a Carabineros de otros elementos con sus propios recursos y crear sistemas adicionales de vigilancia, mientras otros carecen de elementos de protección suficientes.

En suma, esta campaña municipal no es un simple preludio para otras batallas electorales. Concurrir a votar y elegir a los mejores no es solo una obligación democrática, es también una necesidad para los ciudadanos y ciudadanas de las comunas del país que requieren imperiosamente los mejores gobiernos comunales para el mejoramiento de su condición de vida.

¿ QUE PASA CUANDO ALGUIEN SE VA DE NUESTRAS VIDAS .

¿Qué pasa cuando alguien se va de nuestras vidas?

Muchas veces pasamos por situaciones tan malas que sólo quisiéramos despertar y descubrir que todo fue un mal sueño, ¿verdad?

El dolor es muy grande cuando se ha querido tanto, cuando se ha vivido grandes emociones, cuando soñamos que todo era para siempre porque nunca en nuestras bocas estuvo la palabra “adiós”…
La canción que les traigo nos muestra el dolor de la partida de alguien, es lo más parecido al luto que llevamos en nuestro corazón cuando esa persona que tanto amamos ya no está en nuestra vida. ¿Qué hacer cuando se van de nuestras vidas?
Seguir amigas, hay que seguir adelante .Adiós Si ves que de esa relación nada más tienes o tienen para darte, hay que saber decir adiós.

Sé que es difícil, que no es fácil seguir adelante, pero no debemos caer en cama o bajo depresión, hay que ser valiente y tratar de continuar.

Nunca es fácil volver a comenzar, porque ¿a dónde llevas todo ese dolor? Pues como dice la canción, “en un rincón del alma” allí donde se guardan los recuerdos, las alegrías, las tristezas de ese amor que ya se fue.

Cada día siguiente será peor hasta que un día después de extrañar tanto te darás cuenta que debes continuar. Seguramente muchas veces intentarás volver, quizás llamar, o puede que intentes volver a verle… ¿Pero para qué? ¿No es eso continuar tratando de salvar lo que ya no se tiene?

Creo que cuando una de las dos partes pone un final a una relación es que ya algo ha muerto, algo ya se fue, querer continuar con eso sólo es masoquismo, ya debemos saber parar y decir “hasta luego”, saber seguir adelante por nosotras mismas

Recuerda que la peor parte se vive por las noches, porque es cuando más sola te sientes, cuando más piensas en lo mucho que lo extrañas.

Pero te diré algo, nunca lo olvidarás, nunca, pero dejarás de extrañarlo, dejarás pasar las cosas, y volverás a comenzar otra etapa de la vida. Te volverás más desconfiada, más triste… pero Dios en su inmensa misericordia te dará fuerza, que nunca falte una oración para tu vida y los que te rodean, recuerda que estamos contigo, que esta tu casa virtual está para ti con todas tus cosas, te queremos tal como vienes.

Y a seguir adelante amig@s, que siempre que se nos cierra una puerta se nos abre una ventana.. .
A ser felices, es difícil amiga, yo lo sé, pero hay que salir de ese hoyo en el que estamos metidas, te podemos ayudar pero la parte más importante eres tú, porque eres la principal protagonista de esta triste situación.

Recuerda:
Mañana será otro día… y siempre está la persona correcta esperando por ti..
Te lo aseguro, la tristeza se marchará, la calma volverá, y ese corazón volverá a sentir amor, con algo de nostalgias…

miércoles, 19 de octubre de 2016

UN GRITO EN SILENCIO

En la víspera de recordar el sexto aniversario del accidente de la mina San José y su exitoso rescate, nos es imperioso decir:

-Gracias, Chile, por la fuerza en la oración que protegió nuestra vida;

-por no dejarnos atrapados a 700 metros bajo tierra;

-por invertir recursos humanos para conseguir el rescate;

-por creer en el amor a la vida, especialmente en la nuestra.

A seis años de la terrible catástrofe minera de la San José, agradecemos a Dios y al pueblo de Chile por la energía de amor, de esperanza y de vida que recibimos durante los 70 días que permanecimos atrapados, que logró lo imposible gracias a que la Madre Tierra dio a luz a 33 hombres mineros que había refugiado, con amor, en su vientre.

Agradecemos a la Misericordia de Dios por habernos permitido la gracia de volver a nacer y encontrar vida y no la muerte.

Gracias, Chile, por la solidaridad, la dignidad y el respeto a la vida que remece fuertemente el corazón de toda su gente.

Rogamos a la Divina Misericordia que nuestro país siga conservando y protegiendo el derecho a la vida y que no vulnere a los que no tienen voz, a los que emiten un grito en silencio. A los que se les ha negado el derecho a existir.

Como chilenos, no aceptamos leyes que no respeten la vida humana, leyes que carecen de solidaridad y de amor.

Nos hace falta una reflexión más profunda sobre la importancia de existir. No quisiéramos imaginar qué hubiese sido de nosotros, los 33 hombres mineros, si aquel fatídico 5 de agosto la sentencia de muerte hubiera resultado nuestro único refugio.

Apelando a este hermoso sentimiento de amor que Chile manifestó para con nosotros, los mineros, hoy nos sentimos en la obligación de decir a los entes correspondientes que, como mineros rescatados, no deseamos que se atente contra la vida ni que se promulguen leyes que no permitan el derecho a vivir y a existir en Chile. Decimos un fuerte "No" a la ley de aborto.

Que el amor nos refugie, que la solidaridad sea nuestro amparo, y que Dios los bendiga por siempre.

Álex Vega; Ariel Ticona; Carlos Mamani; Carlos Barrios;
Darío Segovia; Daniel Herrera; Edison Peña; Esteban Rojas;
Florencio Ávalos; Franklin Lobos; Juan Carlos Aguilar; Luis Urzúa;
Mario Gómez; Mario Sepúlveda; Omar Reygadas; Osmán Araya;
Pablo Rojas; Pedro Cortez; Raúl Bustos; Renán Ávalos;
Richard Villarroel; Víctor Zamora

LA RELIGION EN LA ESFERA PUBLICA

La diputada Camila Vallejo anunció la semana pasada un proyecto que busca modificar el artículo 95 y 255 del reglamento de la Cámara Baja, para así reemplazar "en nombre de Dios y la patria", por "en representación del pueblo de Chile, se abre la sesión". En diciembre de 2013, Cristóbal Bellolio reclamaba por el pesebre instalado en La Moneda, pues en "las democracias liberales y seculares han llegado a la conclusión que no es bueno usar la política para promover una visión religiosa sobre las demás. Al auspiciar la narrativa que emana del pesebre, el Estado de Chile viola su deber de imparcialidad o neutralidad religiosa". Hace poco, Daniel Matamala afirmó que "llegó la hora de que el Estado se emancipe del último vestigio de su sujeción a la Iglesia Católica, y que deje de subcontratar en ella esta ceremonia", en referencia al tedeum. Desde esta perspectiva, la religión (no solo la cristiana) es un odioso lastre del pasado que hay que erradicar, pues su sola presencia resta autonomía y libertad a los ciudadanos.

Esta discusión no es nueva. Ya Kant, en su opúsculo "¿Qué es Ilustración?" (1784), expresaba que para alcanzar la "mayoría de edad", es decir, la liberación de la nefasta coacción de "terceros", que impiden al hombre salir de su "autoculpable minoría de edad", es necesario superar la pereza y cobardía, porque ambas impiden pensar por sí mismo. El sapere aude kantiano exige como punto de partida, por ejemplo, la "emancipación" de la religión.

Los partidarios de reducir los espacios de la religión argumentan que al separarse en 1925 el Estado de la Iglesia, cualquier manifestación religiosa en la esfera pública sería ilegítima. Cabe recordar que el Estado chileno se define como laico, no como ateo, por ende, el argumento de la separación entre ambos estamentos no es concluyente, pues como dijeron los obispos en 1925: "el Estado se separa en Chile de la Iglesia; pero la Iglesia no se separará del Estado y permanecerá pronta a servirlo; a atender el bien del pueblo; a procurar el orden social, a acudir en ayuda de todos..." (Pastoral colectiva de los obispos chilenos, de 20 de septiembre de 1925). Nos guste o no, el 79% de los chilenos afirma creer en Dios, según la Encuesta Bicentenario. Por lo tanto, no podemos desconocer el aporte de la religión en nuestro país o la influencia que ella ha ejercido en muchos "servidores de la patria", partiendo por O'Higgins, que se encomendó a la Virgen del Carmen.

¿Es legítimo, entonces, que la religión participe de la esfera pública? El muy citado Rawls valora a la postre el aporte de las doctrinas comprehensivas razonables de carácter religioso. Según él, a partir de la declaración Dignitatis Humanae la misma Iglesia Católica aceptaría el "paradigma liberal", con la salvaguarda de la libertad de conciencia. Habermas también admite el rol positivo normativo de la religión. Él acepta que en la esfera pública informal los creyentes podrían expresar y justificar sus convicciones en un lenguaje religioso, si no les es posible encontrar traducciones seculares para ellas. El llamado "giro habermasiano" implica que los ciudadanos seculares (como Bellolio o Matamala) deberían abrirse a la verdad que puedan encontrar en los planteamientos religiosos. Se colige de esto que una sana convivencia democrática exige el respetar los ritos y creencias dentro del marco del bien común. Estaremos de acuerdo en que un pesebre, un tedeum ecuménico o invocar a Dios al inicio de las sesiones de la Cámara no lo alteran.

Eugenio Yáñez
Académico Universidad San Sebastián
Vocero Fundación Voces Católicas

CHILENOS CREYENTES Y NO CREYENTE.


La diputada Camila Vallejo anuncia una solicitud para que constitucionalmente no se permita usar alguna formulación religiosa al inaugurar sesiones del Senado y la Cámara de Diputados. Argumenta diciendo que la tradición viva, de ya doscientos años, no es compatible con el respeto a la pluralidad de concepciones filosóficas en Chile. En efecto, numerosos compatriotas se declaran agnósticos o ateos. Pero también es evidente que la gran mayoría de los chilenos creen en la existencia de Dios.

Además, puesto que la señora Vallejo es diputada comunista, procede rememorar que, siguiendo una sostenida tradición comunista, algunos dirigentes, y no pocos militantes, han sido y son creyentes en que hay un Dios actuante en la historia. Por mi parte, conozco jefes de los bailes religiosos que pertenecen al mismo partido que la diputada.

Agrego dos anotaciones: la destacada secretaria general del Partido Comunista Gladys Marín fue genuina y ferviente peregrina al santuario mariano de Andacollo. Otro caso es Violeta Parra. Ella fue militante del Partido Comunista; sin embargo, en una ocasión gritó que solo era "militante de Dios". Incluso he escuchado decir a algunos correligionarios de la diputada Vallejo que "el mejor defensor de los pobres es Dios". Además, todos los diputados comunistas, en más de alguna ocasión, con cierta solemnidad, votaron en pro de decisiones que implicaron un firme respeto institucional y público a chilenos que creen y viven como cristianos. Nótese que no me refiero solo a los católicos. Con gratitud, incluyo a todas las iglesias evangélicas. Y también incluyo a todos los judíos creyentes, y en una visión más comprensiva, tampoco se debiera excluir a los no tan numerosos creyentes del islam tolerante.

La ocasión para estas líneas es la recia y bellísima nueva declaración de los 22 mineros rescatados de aquella fatídica mina en Copiapó. En su documento ellos reiteran su visión teocéntrica de la historia vital y cotidiana. Terminan ellos con lo que también es un grito de chilenía: "Que Dios bendiga por siempre nuestra solidaridad", en nuestra patria.

P. Joaquín Alliende L.

DESALOJAR A DIOS DEL PARLAMENTO : ¿ A QUE DIOS ?

Ahora quieren eliminar a Dios de las sesiones del hemiciclo. Puede ser atendible. Pero, ¿habrá una idea sostenible detrás o será solo una muestra anticlerical más con visos de populismo político antirreligioso, ese que hace que hoy se quemen y apedreen las iglesias? También una suerte de secularización social, agresiva y belicosa, que limita toda conversación ponderada sobre el tema.

Camila Vallejo dice que "no puede ser que siendo Chile un Estado laico, definido como tal hace más de un siglo, nos obliguen a todos los parlamentarios a abrir las sesiones en nombre de Dios, siendo que muchos no profesamos la fe o tenemos creencias de religiones distintas". ¿A qué fe se refiere? ¿Sabrá que lo laico no implica no creer en Dios? Laico es quien no pertenece al clero; la mayor parte de los católicos, los protestantes y los judíos son laicos.

Han cambiado mucho los tiempos, y las condiciones del ateísmo son muy diferentes hoy a las de hace apenas treinta años. En el siglo XIX el ateísmo era combativo, duro, y en el siglo XX, teórico. El filósofo español Carlos Marmelada califica el del tercer milenio como "ateísmo indiferente", porque Dios no sería una pregunta fundamental para la gente de hoy; gente -término de filiación masiva, que excluye a unos pocos estudiosos- que adoptaría el ateísmo más como un acto de voluntad que como consecuencia de un raciocinio informado. Muchos se declaran ateos sin entender por qué, sin saber siquiera que nadie ha podido demostrar las tesis del ateísmo, como tampoco las tesis de la creencia en Dios. Así, el ateísmo resulta ser, simplemente, otra creencia, que consiste en "no creer".

Es muy interesante el libro de Marmelada "El dios de los ateos" (2015, editorial Stella Maris), un estudio respetuoso y profundo donde queda claro que el Dios que rechazan los ateos no es el Dios de los cristianos, sino el Dios imaginado por los filósofos. El Dios inmaterial de los cristianos no es el que niegan los ateos, sino la concepción de Dios de la teología racionalista, un Dios imposible e implacable como el de Kant, por ejemplo. Se equivocan otra vez, escribe Marmelada, cuando se piensa que los cristianos dicen que Dios es el Ser: "error histórico, porque esta era la opinión de Hegel". Tampoco Dios es un ser que es causa de sí mismo, como pensaron Spinoza, Nietzsche y Sartre. Eso sería imposible. Así, los argumentos teóricos ateos de los siglos XIX y XX se han vuelto inconsistentes, y por eso en nuestro siglo tales argumentos se han trasladado a la ciencia. Hoy resulta que Dios no existe porque el universo no tiene contornos en el espacio y el tiempo, o porque tiene origen, pero no causa.

Es habitual pensar que tal vez la ciencia pudiera demostrar que Dios no existe, pero eso hasta ahora no ha ocurrido. Primero, porque la ciencia se preocupa solo de procesos materiales -"tránsitos de un estado de materia o energía a otro"-, y la idea de Dios de los cristianos -también la de los judíos y la de los musulmanes- es inmaterial. Hay que escuchar hablar a Francis Collins, estudioso del genoma humano, quien tras todos sus trabajos finalmente declaró que "debe existir un principio absoluto que trasciende la naturaleza". Un misterio, en suma, que no podremos dilucidar. Es en nombre de ese misterio intangible, creador y bondadoso, que se abren las sesiones en el Parlamento.

Juan Antonio Muñoz H.

DIOS HA MUERTO

Lo que ha planteado la diputada Camila Vallejo no es acerca de la verdad de la existencia de Dios, ni acerca de lo acertado o erróneo de la fe, ni tampoco acerca del lugar que las creencias religiosas deben poseer en la vida humana..."

Carlos Peña

Camila Vallejo ha presentado un proyecto de ley para suprimir la invocación a Dios en el inicio de las sesiones legislativas.
Parlamentarios de izquierda (Osvaldo Andrade), de derecha (Ward, Edwards) y ni de izquierda ni de derecha (Goic, Zaldívar) pusieron el grito en el cielo: la propuesta no tiene sentido, es inconducente, absurda -dijeron a coro. Y algunos comentaristas agregaron: ¡Es banal! ¿Acaso no hay cosas más urgentes de las que preocuparse? ¿Por qué negar a Dios o rechazar las creencias que la mayor parte de la gente posee?

Todos ellos se equivocan.

Lo que ha planteado la diputada Camila Vallejo no es acerca de la verdad de la existencia de Dios, ni acerca de lo acertado o erróneo de la fe, ni tampoco acerca del lugar que las creencias religiosas deben poseer en la vida humana, ni menos acerca de la apertura que cada uno puede tener ante el misterio.

Nada de eso.

Lo que la diputada ha planteado es algo más simple: cuál ha de ser el lugar que Dios -exista o no exista- ha de poseer en la esfera pública. Si acaso ha de presidirla o si ha de ser puesto al margen de ella.
Las sociedades modernas se caracterizan por ser sociedades plurales, ámbitos en los que florecen distintas y muy diversas formas de acercarse al misterio de la existencia. La sociología clásica subraya este hecho: el tránsito desde la sociedad tradicional a la moderna ha consistido en el abandono de un puñado de creencias comunes y en el reemplazo de ellas por creencias y convicciones forjadas al amparo de la individualidad de cada uno. Eso es lo que suele decirse cuando se afirma que Dios ha muerto (una frase que se hizo popular con la obra de Hegel y de Nietzsche). Ninguno lo ha explicado mejor que Max Weber: en la sociedad moderna, dijo él, el único Dios ha sido sustituido por un panteón ante el que cada uno elige.
Esa característica de la sociedad moderna (¿qué esperaban de la modernización capitalista?) plantea un problema público de la máxima importancia: ¿Cuáles deben ser las reglas y los ritos que orienten la vida en común y que presidan las instituciones?
Como es obvio, esas reglas y esos ritos han de ser unos que hagan sentido, que resulten significativos para todos, que logren orientar la conducta de todos los partícipes y no solo de algunos de ellos, por mayoritarios que sean (el interés de la mayoría nunca es una razón para negar a los individuos el mismo respeto). El Congreso Nacional, la esfera pública por antonomasia, es justamente aquel ámbito en el que todos los partícipes de la vida social se reconocen una misma condición de igualdad. Se trata de un espacio hasta cierto punto artificial que hace posible la vida compartida en un mundo en el que la diversidad parece ser la regla.
La pregunta entonces que cabe hacer es si acaso en un mundo como ese la invocación a Dios resulta adecuada, si es capaz de orientar significativamente la conducta de todos los partícipes.

La respuesta -obvia- es que no.

Es verdad que en Chile la mayor parte de las personas son creyentes sinceros y que la creencia en Dios, especialmente católica, está tan extendida que incluso hay quienes no tienen problema alguno en leer a Marx y oír la misa al mismo tiempo; empuñar la mano izquierda en alto y participar de una procesión; murmurar La Marsellesa y cantar al mismo tiempo Perdón Oh Dios Mío/ Perdón e indulgencia. Pero como la conducta de la mayoría no es una razón para imponer una creencia, esta circunstancia resulta del todo irrelevante.
También es verdad que hay una larga tradición de invocación a Dios en las prácticas republicanas; pero como el pasado no justifica por sí mismo lo que se hace en el presente (salvo que se atribuya al pasado un valor en virtud de una razón independiente), esta circunstancia también debe descartarse.
Y, en fin, no cabe duda que es propio de la condición humana preocuparse por el misterio, asomarse a lo numinoso (la expresión es de Rudolf Otto) e inclinarse ante las nubes de la existencia; pero nada de esto quedará impedido por suprimir la invocación a Dios de las sesiones legislativas.

Porque lo que la diputada Vallejo sugiere discutir (que parece banal, pero no lo es) es solo qué reglas habrán de presidir la vida compartida, qué valores son comunes, y si tiene sentido seguir invocando a Dios en medio de una sociedad tan plural que ha convertido las iglesias en tumbas y monumentos fúnebres de Dios.

Al extremo que hoy día Él parece sobrevivir solo en el Congreso Nacional.

martes, 18 de octubre de 2016

DEMOCRATAS NO PUEDEN CONFIARSE EN LAS ENCUESTAS.


"La razón por la que sigo nervioso ante la posibilidad de que Donald Trump gane a pesar de la actual ventaja de cuatro puntos de Hillary Clinton en las encuestas -sí, adivinaron bien, creo que Trump sería un Presidente mentalmente inestable..."

Andrés Oppenheimer

Tras los sorpresivos resultados del plebiscito de paz en Colombia y el voto del Brexit en Gran Bretaña -en que casi todas las encuestas se equivocaron- hay que preguntarse si algo similar podría ocurrir en las elecciones de Estados Unidos. Y la respuesta es sí.

La razón por la que sigo nervioso ante la posibilidad de que Donald Trump gane a pesar de la actual ventaja de cuatro puntos de Hillary Clinton en las encuestas -sí, adivinaron bien, creo que Trump sería un Presidente mentalmente inestable, errático y peligroso- es simple: las encuestas no son lo que solían ser.

"Cada día es más difícil encuestar científicamente y conseguir resultados que sean confiables, sobre todo cuando hablamos de encuestas telefónicas", me dijo el veterano encuestador Sergio Bendixen, fundador de la firma encuestadora Bendixen & Amandi. "La gente está harta de recibir llamadas de encuestadores, y muchos ya no responden".

Bendixen dice que el porcentaje de personas que contestan las llamadas de los encuestadores ha disminuido dramáticamente en las ultimas décadas. Mientras que un 80 por ciento de los estadounidenses respondía a las llamadas de los encuestadores hace cincuenta años, solo un 30 por ciento hoy responde a llamadas realizadas por encuestadores de carne y hueso, y solo un 10 por ciento contesta llamadas automatizadas, afirma.

"El proceso de las encuestas está en crisis en todo el mundo", me dijo Bendixen. "Incluso aquellos que dicen que son probables votantes a menudo no lo son. A mucha gente le da vergüenza decirle a un encuestador que no va a votar".

Nate Silver, el experto en estadísticas que predijo los resultados de los 50 estados en las elecciones del 2012 para el New York Times y que ahora es el editor de FiveThirtyEight.com, admitió el año pasado que "encuestar se está volviendo cada vez más difícil".

"El porcentaje de gente que responde a encuestas telefónicas ha estado declinando durante años, y está a menudo en menos de dos dígitos", escribió. "Las relativamente pocas personas que responden a las encuestas pueden no ser representativas de la mayoría".

En Colombia, las más importantes firmas encuestadoras -Gallup, Ipsos Napoleón Franco y Cifras y Tendencias- pronosticaron que el acuerdo de paz ganaría por un margen de entre 24 y 30 puntos porcentuales.

Después de la votación en Colombia, muchos analistas dijeron que el voto en contra de los acuerdos había ganado porque la complacencia entre los votantes de "Sí" condujo a que muchos de ellos se quedaran en sus casas el día de la votación. Además, un alto abstencionismo, el hecho de que los partidarios del "No" estaban más motivados que sus rivales y el mal tiempo en las zonas costeras donde el voto de "Sí" era fuerte también condujeron al resultado inesperado, dijeron. Pero pocos mencionaron que las encuestas son cada vez menos fiables.

Cuando le pregunté a Bendixen si lo mismo podría ocurrir en Estados Unidos, me dijo: "Sí, aunque la diferencia es que en Estados Unidos hay muchas más encuestadoras profesionales que en otros países, que buscan muestras representativas de la población".

Hay unas 15 grandes firmas encuestadoras en Estados Unidos, y cuando la mayoría de ellas muestra resultados similares, uno puede suponer que tienen razón, agregó.

"Hoy, la mayoría de las encuestas muestran que Clinton está adelante", me dijo Bendixen, quien ha trabajado principalmente para candidatos demócratas. "Pero, ¿podría ganar Trump? No es probable, pero es posible".

Mi opinión: Estoy de acuerdo. Como en Colombia, existe la posibilidad de que el 8 de noviembre veamos una tasa de abstención mayor que la normal, y una complacencia generalizada de los votantes de Clinton que llevaría a muchos de ellos a quedarse en casa.

A eso hay que sumarle el hecho de que los partidarios de Trump están más motivados para salir a votar que los de Clinton, y que las encuestas de hoy sean menos precisas que en el pasado porque hay menos personas que respondan a las llamadas de los encuestadores. A pesar de que Clinton está arriba en las encuestas, no se puede descartar que gane Trump, y que el próximo Presidente de Estados Unidos sea un payaso egomaníaco y autócrata.

ELECCIONES MUNICIPALES, UNA GRAN OPORTUNIDAD.

José Antonio Kast:

"No existe una respuesta única, pero sí tengo una proposición: usemos esta oportunidad para cambiar Chile desde nuestros municipios. La corrupción se combate con transparencia ."  En las próximas semanas enfrentaremos una nueva elección municipal. En tiempos de apatía y desafección con la política, mucha gente no se siente convocada y motivada a participar en esta elección. ¿De qué sirve mi voto? ¿Qué va a cambiar?, se preguntan muchos.

No existe una respuesta única, pero sí tengo una proposición: usemos esta oportunidad para cambiar Chile desde nuestros municipios. La corrupción se combate con transparencia; la desigualdad con más oportunidades; los abusos con más responsabilidad y con más sanciones.

Los políticos no hemos estado a la altura y tenemos que elevar el estándar con que nos medimos y con el que somos medidos, tema que no pasa solo por cambios legales, sino por el compromiso y voluntad de cada candidato. El ciudadano, con su voto, tiene el poder para lograr estos cambios y exigir la probidad, la transparencia y la vocación de servicio a sus representantes.

Partamos por el municipio. Votemos por aquellos alcaldes y concejales que se comprometan con cosas sencillas, claras y efectivas como: (a) No estar más de 3 períodos en el cargo; (b) No viajar al extranjero con fondos públicos y (c) No "apitutar" a familiares y amigos en el municipio.

La ONG Influyamos les ha enviado a todos los candidatos que van a esta elección municipal un e-mail con un documento denominado Compromiso Ético Municipal. El fin del mail es que los candidatos firmen el documento que se les remite y se comprometan con 11 puntos que son claros, directos y permitirían, en alguna medida, generar un cambio profundo en la administración municipal y en el uso de los fondos públicos.

Nuevos líderes para los nuevos tiempos y demandas que tienen los chilenos.

Durante décadas avanzamos de manera veloz en búsqueda del desarrollo, pero nos olvidamos de las personas y de sus condiciones de vida. Los municipios del siglo XXI tienen que impulsar comunas integrales que equilibren las necesidades del desarrollo con los desafíos que estos proponen.

La comuna tiene que ser el reflejo de lo que queremos para el país y junto con ello tenemos que promover la coordinación y la solidaridad entre las comunas que más tienen y aquellas que menos tienen.

El cambio cultural que este país requiere para superar la crisis de confianza en sus representantes parte por exigir lo mínimo. Hay muchas ideas de gestión y de innovación que se pueden aplicar en los municipios. Hay muchos técnicos y profesionales que están dispuestos a trabajar esas ideas y mejorar sus comunas. Pero como nunca, hoy lo que necesitamos son nuevos liderazgos en las municipalidades, en el Congreso y en La Moneda, que saquen al país del barro y reconstruyan el sentido profundo de la política en nuestro país.

El nuevo ciclo de la política parte en las elecciones municipales. Si somos capaces de salir a la calle y votar; si somos capaces de elegir a líderes y no a los mismos de siempre; si somos capaces de anteponer estos valores transversales a los intereses políticos, el futuro de Chile será más auspicioso para todos. Esta elección municipal puede ser decisiva para influir en el cambio que necesita el país. Solo tienes que ir a votar y hacerlo no por quienes prometen más soluciones, sino por aquellos candidatos que se han comprometido a cumplir exigencias mínimas como las que se plantean en el Compromiso Ético Municipal que plantea la ONG Influyamos.

¿Es mucho pedir?

lunes, 17 de octubre de 2016

EL MUNICIPIO, EL ALCALDE Y LA CIUDADANIA

Gloria De la Fuente:

"El municipio constituye la puerta de entrada al Estado y muchas de sus prestaciones. Es la institución más próxima a la vida cotidiana de las personas y contribuye de manera muy determinante en la calidad de vida de los ciudadanos...".
A pocos días de la elección municipal, y frente al fantasma de la abstención que ronda hoy por hoy en las preocupaciones del mundo político, vale la pena preguntarse por la importancia de los gobiernos locales en el contexto generalizado del descrédito de la política.

Lo primero es señalar un lugar común, pero que tiene un profundo significado que vale la pena develar. El municipio constituye la puerta de entrada al Estado y muchas de sus prestaciones. Es la institución más próxima a la vida cotidiana de las personas y contribuye de manera muy determinante en la calidad de vida de los ciudadanos.

Los municipios no están ajenos a las problemáticas que enfrenta hoy nuestra sociedad, en especial en relación con las dinámicas de la desigualdad. En Chile hay municipios pobres y municipios ricos, aquellos que tienen enorme capacidad para promover mejor salud primaria y educación para sus habitantes, mientras que otros subsisten a duras penas para ofrecer a sus habitantes lo básico. Así, la segregación y desigualdad social que ya existe en nuestro país se acrecienta con las limitaciones que enfrentan los gobiernos locales.

Este es un tema gravitante, la descentralización y la equidad territorial no solo tiene que ver con las autoridades a nivel regional, esta también se hace posible a partir de las condiciones de vida que las comunas pueden ofrecer a sus habitantes. Esto es todavía asignatura pendiente en Chile y sería una gran oportunidad de debate programático ahora que se iniciará el ciclo presidencial.

En este sentido, una buena manera de recuperar el sentido de la política, aquello que tiene que ver con la distribución del poder para la construcción de bienestar social, parte por revalorizar el rol que los municipios cumplen en el desarrollo del proyecto de vida de las personas.

En tal cuadro, es probablemente un desafío para el futuro dotar a los municipios de condiciones más equitativas para atender las necesidades de sus vecinos, pero también es menester dotarlos de capacidades para la construcción de comunidad. Si hay algo que en Chile se ha desarticulado aceleradamente es el vínculo social, la capacidad de construir comunidad sin estos altos niveles de desconfianza interpersonal, no solo institucional. En ello los territorios y los gobiernos locales tienen un papel muy trascendente. De hecho, la última encuesta del CEP muestra que, en un cuadro de una política desprestigiada, los alcaldes siguen manteniendo altos niveles de satisfacción con su gestión. Esto otorga una posibilidad única de contribuir al capital social, a la construcción de tejido social que permita superar la apatía.

Respecto de la figura de los alcaldes y el concejo municipal, vale la pena considerar que no da lo mismo quien encabece los proyectos comunales. Está lleno de ejemplos donde la gestión de un alcalde sin control del concejo o de la ciudadanía, se transforman en un escenario propicio para planes reguladores donde existe una indiscriminada destrucción de los barrios, donde aparecen escándalos de corrupción o donde las prestaciones de salud primaria niegan, por ejemplo, el acceso a métodos anticonceptivos de emergencia ("píldora del día después"). Es preciso, en este cuadro, superar la figura del alcalde como un caudillo, para convertirlo en un actor clave de la representación de los intereses de los ciudadanos.

Respecto del concejo municipal, una nota importante sobre los partidos. Sabido es que su elección es interpretada como aquella que "sincera" las preferencias partidarias. Al respecto, bien vale la pena entonces considerar que la labor de un concejal constituye también la posibilidad de recuperar la confianza en los partidos, la institución más desprestigiada de la política. Por eso, si bien es comprensible que los candidatos de manera creciente quieran ocultar su marca partidaria en las campañas, ello no constituye una buena manera de recuperar el sentido de la política.

Todas estas razones, tal vez poco expuestas en la opinión pública, hacen muy importante la elección municipal. No da lo mismo no ir a votar, porque quienes lideren el gobierno local tendrán directa incidencia en cuestiones cotidianas de nuestra vida. Mejorar la calidad de la democracia en un país como el nuestro, implica necesariamente tomar en cuenta las condiciones en que operan instituciones tan próximas a la ciudadanía como los gobiernos subnacionales.

Gloria De la Fuente
Directora Ejecutiva
Chile 21

LA RELIGION EN LA ESFERA PUBLICA.

La diputada Camila Vallejo anunció la semana pasada un proyecto que busca modificar el artículo 95 y 255 del reglamento de la Cámara Baja, para así reemplazar "en nombre de Dios y la patria", por "en representación del pueblo de Chile, se abre la sesión". En diciembre de 2013, Cristóbal Bellolio reclamaba por el pesebre instalado en La Moneda, pues en "las democracias liberales y seculares han llegado a la conclusión que no es bueno usar la política para promover una visión religiosa sobre las demás. Al auspiciar la narrativa que emana del pesebre, el Estado de Chile viola su deber de imparcialidad o neutralidad religiosa". Hace poco, Daniel Matamala afirmó que "llegó la hora de que el Estado se emancipe del último vestigio de su sujeción a la Iglesia Católica, y que deje de subcontratar en ella esta ceremonia", en referencia al tedeum. Desde esta perspectiva, la religión (no solo la cristiana) es un odioso lastre del pasado que hay que erradicar, pues su sola presencia resta autonomía y libertad a los ciudadanos.

Esta discusión no es nueva. Ya Kant, en su opúsculo "¿Qué es Ilustración?" (1784), expresaba que para alcanzar la "mayoría de edad", es decir, la liberación de la nefasta coacción de "terceros", que impiden al hombre salir de su "autoculpable minoría de edad", es necesario superar la pereza y cobardía, porque ambas impiden pensar por sí mismo. El sapere aude kantiano exige como punto de partida, por ejemplo, la "emancipación" de la religión.

Los partidarios de reducir los espacios de la religión argumentan que al separarse en 1925 el Estado de la Iglesia, cualquier manifestación religiosa en la esfera pública sería ilegítima. Cabe recordar que el Estado chileno se define como laico, no como ateo, por ende, el argumento de la separación entre ambos estamentos no es concluyente, pues como dijeron los obispos en 1925: "el Estado se separa en Chile de la Iglesia; pero la Iglesia no se separará del Estado y permanecerá pronta a servirlo; a atender el bien del pueblo; a procurar el orden social, a acudir en ayuda de todos..." (Pastoral colectiva de los obispos chilenos, de 20 de septiembre de 1925). Nos guste o no, el 79% de los chilenos afirma creer en Dios, según la Encuesta Bicentenario. Por lo tanto, no podemos desconocer el aporte de la religión en nuestro país o la influencia que ella ha ejercido en muchos "servidores de la patria", partiendo por O'Higgins, que se encomendó a la Virgen del Carmen.

¿Es legítimo, entonces, que la religión participe de la esfera pública? El muy citado Rawls valora a la postre el aporte de las doctrinas comprehensivas razonables de carácter religioso. Según él, a partir de la declaración Dignitatis Humanae la misma Iglesia Católica aceptaría el "paradigma liberal", con la salvaguarda de la libertad de conciencia. Habermas también admite el rol positivo normativo de la religión. Él acepta que en la esfera pública informal los creyentes podrían expresar y justificar sus convicciones en un lenguaje religioso, si no les es posible encontrar traducciones seculares para ellas. El llamado "giro habermasiano" implica que los ciudadanos seculares (como Bellolio o Matamala) deberían abrirse a la verdad que puedan encontrar en los planteamientos religiosos. Se colige de esto que una sana convivencia democrática exige el respetar los ritos y creencias dentro del marco del bien común. Estaremos de acuerdo en que un pesebre, un tedeum ecuménico o invocar a Dios al inicio de las sesiones de la Cámara no lo alteran.

Eugenio Yáñez
Académico Universidad San Sebastián
Vocero Fundación Voces Católicas

EL PAPEL DE LOS ALCALDES EN LA POLITICA CHILENA.


Harald Beyer:

"El municipio es un actor relevante en la vida de las personas y los niveles de aprobación del desempeño de los alcaldes son relativamente buenos: un 52% de las personas se declaraban muy satisfechas o satisfechas con su gestión..."

El mundo es cada vez más globalizado, pero curiosamente, por diversas razones, la vida de los ciudadanos tiene un carácter menos colectivo y más individual. En ese sentido, la realidad en la que se desenvuelven los ciudadanos es compleja para la política, una actividad que aspira a relatos comunes y ampliamente compartidos. Por eso, ellos perciben esos relatos, a menudo, como ajenos o poco coherentes con sus propios intereses y motivaciones. No es, entonces, del todo extraño el distanciamiento con la política. Este fenómeno, a menudo, se sobreinterpreta y se ve como un riesgo para la democracia. Sin embargo, se olvida que, al mismo tiempo, la valoración de la democracia en nuestro país ha alcanzado niveles sin precedentes. Hay, por cierto, cuestionamientos a su funcionamiento y eso nos pone en terreno del debate de cómo mejorar el desempeño de nuestras instituciones y asegurar un buen diseño de nuestras políticas públicas.

Quizás el indicador más definitivo de que el cuestionamiento a la política no es definitivo, ocurre en la comuna. El municipio es un actor relevante en la vida de las personas y los niveles de aprobación del desempeño de los alcaldes son relativamente buenos: un 52% de las personas se declaraban muy satisfechas o satisfechas con su gestión en el último estudio de opinión pública del CEP. Seguramente, en el espacio local ocurre casi naturalmente un mayor acercamiento entre la política y los ciudadanos. Los grandes relatos quedan de lado frente a la necesidad de resolver problemas muy específicos que afectan a una comunidad particular. El tamaño promedio del municipio chileno, aunque obviamente hay una enorme heterogeneidad, es de poco más de 51 mil personas. Si bien es algo grande en una perspectiva comparada, es suficientemente pequeño para que sus decisiones impacten en algún grado a todos sus habitantes.

Con todo, este hecho no es suficiente para que la población esté entusiasmada con participar en esta elección municipal. Hace cuatro años debutó el voto voluntario con una baja tasa de participación precisamente en este proceso electoral: un 43% del padrón. Se especula que esta proporción estaría en esta ocasión por debajo de estas cifras. Puede ocurrir. Debe recordarse que la evidencia comparada sugiere que las participaciones en elecciones locales, particularmente cuando no se realizan en conjunto con otras elecciones de carácter nacional, tienden a ser bajas e incluso, más de lo observado en Chile en 2012. Es posible que este fenómeno también radique en que el menor distanciamiento en una comuna entre los ciudadanos y el alcalde facilite controles indirectos de su desempeño, de modo que el voto no sea el único instrumento para ejercer la supervisión de su gestión.

En todo caso, los ciudadanos tienen demandas muy precisas para los alcaldes. En la última encuesta del CEP, puestos a decidir entre diversos asuntos entre los que podían mencionar tres como prioritarios, dos son mencionados por más de la mitad de los chilenos. El funcionamiento de los consultorios y el combate a la delincuencia es una prioridad para el 58 y 51 por ciento de los encuestados, respectivamente. Esto está en línea con las prioridades para la nación toda y que es propia de un país que ha experimentado una modernización acelerada, que vuelve más urgente abordar las inseguridades que amenazan, por una parte, los progresos obtenidos con ese proceso y, por otra, los vacíos que a veces emergen en estas circunstancias. En el caso de los consultorios de salud, que son de su dependencia, indudablemente que su capacidad de influencia es mayor y hay mucho espacio para mejorar. En el caso de la delincuencia su campo de acción es más limitado, pero no por eso inexistente, como muestran diversas iniciativas comunales exitosas en este ámbito.

La menor prioridad para la población, respecto de la gestión de sus alcaldes, la tienen el aseguramiento de un tránsito fluido (tres de cada 100 mencionan este asunto) y la provisión de espacios públicos como plazas y juegos infantiles (en este caso, 10 de cada 100).

Una demanda emergente es el control de la corrupción. Esta se ubica como una cuarta prioridad y un tercio de los ciudadanos la menciona como relevante. No cabe duda que en términos relativos, los gobiernos locales pueden ser (y en algunos casos lo han sido) una fuente importante de corrupción. Los niveles de transparencia en muchos municipios dejan mucho que desear, y ciudadanos que son crecientemente más críticos de este fenómeno no van a tolerar alcaldes que no muestren un claro compromiso con dicho control. Esta es ciertamente una evolución muy positiva y da cuenta de la maduración que ha tenido nuestra democracia, donde los asuntos que importan no son solo aquellos que pueden producir un bienestar material al ciudadano promedio, sino que también reflejan una aspiración por vivir en un país mejor. Equilibrar adecuadamente estas demandas es el gran desafío de la política chilena y los alcaldes van a comenzar a experimentarlo muy rápidamente.