lunes, 14 de septiembre de 2015

MEMORIAS VIVAS.

Memorias vivas
"Cientos, miles de adultos mayores son memorias vivas dispuestas a una riqueza invaluable, pero no eterna.
María Teresa Cárdenas

El profesor y musicólogo Gastón Soublette acaba de donar a la Universidad Católica su colección de objetos indígenas y se apronta a participar en la inauguración de la sala que los acogerá en el Campus Oriente. Está contento, porque después de una delicada operación, los colores y el ánimo le están volviendo al cuerpo. Tiene 88 años. Carmen Barros, la reconocida actriz y cantante, protagoniza en estos días la versión nacional de la serie "Los años dorados" y hace un mes presentó un nuevo disco, donde canta en castellano, inglés, francés y alemán. Su título lo dice todo: "90... y qué". La acompaña al piano Valentín Trujillo, el tío Valentín, quien ya cumplió 82. En una entrevista a propósito del Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales que obtuvo hace unos días el actor y director teatral Héctor Noguera, el jovencito de los nombres aquí citados -tiene 78 años-, dijo: "Hay que reinventarse para ganar más años de vida".

Cada vez es más frecuente encontrar personas de 70, 80 y 90 y tantos años en plena actividad. Incluso cumplir un siglo ya no es excepcional. Datos recientes del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) indican que en Chile hay 2 mil 600 personas mayores de 100 años. Como Nicanor Parra, que lejos de la euforia y el despliegue de actividades que generó su centenario en 2014, este 5 de septiembre celebró un año más de vida acompañado de algunos parientes en su casa de Las Cruces.

Es un hecho que Chile está envejeciendo. Y si bien las políticas públicas se han orientado en favor de este segmento etario, lo que entre otras cosas ha permitido que se ubique en el segundo lugar de Latinoamérica y 21 del mundo respecto de los países con mejores condiciones para jubilar -según el Global AgeWatch 2015-, también la sociedad ha ido lentamente incorporándolos -o mejor dicho, no apartándolos- de la vida activa. Pero queda mucho por hacer, sobre todo con quienes por alguna enfermedad o el natural deterioro que imponen los años se han recluido en sus casas o viven -con más o menos recursos, y a veces sin ellos- en hogares de ancianos.

No está comprobado que la vejez haga más sabias a las personas, como dice el lugar común, pero estas sí acumulan recuerdos, que son quizás su mayor riqueza. Y que pueden ayudarnos a entender mejor nuestra realidad. Es lo que revela magistralmente el documental "La once", de Maite Alberdi -propuesto por Chile a los premios Goya-, donde somos testigos de las conversaciones de un grupo de señoras que durante sesenta años se han juntado a tomar el té. Una de ellas es la abuela de Alberdi.

Cientos, miles de adultos mayores son memorias vivas dispuestas a compartir una riqueza invaluable, pero no eterna.

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