martes, 8 de septiembre de 2015

EL BUEN CAMINO O EL FRACASO.

En su columna "Explicación de un fracaso", Carlos Peña afirma que los fracasos gubernamentales -el gobierno de Bachelet parece encaminarse raudo en esa dirección- no tienen más que dos explicaciones básicas: el camino elegido por el Gobierno es el correcto, pero quienes deben ejecutarlo son torpes; o el camino escogido es erróneo y aunque los encargados se esmeren en su ejecución, el resultado será peor. ¿En cuál de esas alternativas se encuentra el Gobierno?, se pregunta el columnista.

Su conclusión es demoledora: en la peor de todas; es decir, en el camino equivocado y con unos encargados de transitarlo que además son torpes.

Son palabras que seguramente duelen para quienes ocupan los más altos cargos de gobierno, pero que no son desmentidas -más bien adquieren un nuevo sentido- en la severa autocrítica que se hace el ministro Eyzaguirre, al parecer interpretando también al Gobierno, en la entrevista de Reportajes.

Ha sido el último y quizás el más profundo de los mea culpa que se han proferido desde La Moneda en las últimas semanas. ¿Estaremos ad portas de un momento Mitterrand, al que se ha referido antes el economista Sebastián Edwards; esto es, un golpe de timón para devolver al Gobierno al "camino correcto", en palabras de Peña?

Eyzaguirre aventura sus contornos, y un transitar más pausado y consensuado. Pero no debiera dejar pasar la frase final del columnista: "en política los errores son casi siempre intelectuales". Repararlos cuanto antes es la única forma de devolver al país por el buen camino que supimos transitar hasta no hace mucho.

Claudio Hohmann

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