miércoles, 23 de marzo de 2016

BRUSELAS , UN BLANCO y UNA BASE DEL YIHADISMO.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Fernando Reinares*
Internacional
El Mercurio

Cuando, poco después de proclamar su pretendido Califato en junio de 2014, el mando de operaciones externas del Estado Islámico (EI) decidió establecer una red para atentar en Europa Occidental, y los alrededores de Bruselas se convirtieron en la base de la misma. Pero también en un blanco.

Es en Bruselas y su entorno, por ejemplo en Molenbeek, donde hace más de una década que existe una subcultura yihadista en cuyo seno se han venido desenvolviendo con facilidad agentes de radicalización y reclutamiento vinculados a entidades como Sharia4Belgium. En Molenbeek residía y fue detenido el nodo del componente que el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) introdujo en la red del 11-M. También donde, por primera vez conocida, quedó constancia escrita en octubre de 2003, de la fecha elegida para atentar en Madrid.

No es extraño que Bélgica sea el país de la Unión Europea donde la actual movilización yihadista estimulada desde Siria e Irak es más intensa. Ningún otro ha producido tantos combatientes terroristas extranjeros respecto a su población total y la de ascendencia musulmana. En concreto, 562 a fecha de febrero de 2016, de los que una cuarta parte han retornado. Hace un año, en marzo de 2015, el número de individuos encarcelados en prisiones belgas por actividades relacionadas con el terrorismo yihadista era de 61, cifra que quintuplicaba la de 2014.

Los atentados del 13 de noviembre en París fueron planificados en Siria, pero preparados en Bélgica. Sin embargo, una ciudad belga, probablemente Bruselas, era el blanco inicialmente ambicionado por la red europea del EI. Así quedó de manifiesto el 15 de enero de 2015, cuando una operación antiterrorista en Verviers desbarató los planes de una célula compuesta por al menos diez terroristas, algunos combatientes terroristas extranjeros retornados, vinculada con el directorio del EI. Célula que, luego se comprobó, formaba parte de aquella red operativa.

Atentar en Bruselas o París es intentar que los ciudadanos europeos interioricen el miedo, modifiquen sus conductas y condicionen las de sus gobernantes. Supone hacerlo en dos naciones con amplias comunidades musulmanas y segundas generaciones mal acomodadas, una estructura social vulnerable a la fractura que buscan los terroristas. Es preciso evitar que se extienda la islamofobia, pero siendo conscientes del desafío que a nuestras sociedades abiertas plantean tanto los yihadistas con sus atrocidades terroristas como los salafistas con sus prédicas antidemocráticas.

Fernando Reinares es director del Programa sobre Terrorismo Global en el Real Instituto Elcano y catedrático en la Universidad Rey Juan Carlos.

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