miércoles, 30 de marzo de 2016

ABORTO Y HECHOS

Dr. S. Illanes, Dr. E. Oyarzún:

"Por último, creemos que no se debe castigar a la mujer que se ha hecho un aborto; pero no perseguir la responsabilidad penal de la mujer no es específicamente lo que el proyecto de ley propone; el proyecto considera la despenalización del aborto como una autorización al mismo..."

Unos y otros hemos intentado informar a los legisladores de acuerdo a nuestra experiencia médica para que voten lo mejor informados posible el proyecto sobre aborto presentado por el Gobierno. Por cierto, el debate sobre un tema tan sensible no ha estado desvinculado de los valores que tiene cada uno de los que hemos participado en él; sin embargo, estos valores tampoco pueden estar separados de los hechos que los sustentan. Una discusión sobre los hechos no acabará con el debate del aborto, pero sentará las bases para identificar los problemas reales y establecer las mejores soluciones para las mujeres enfrentadas a este drama.

Es un hecho que no hay motivos de salud pública para legislar a favor del aborto. Nadie que analice de manera sosegada y objetiva la evidencia científica disponible puede señalar que el aprobar una ley como la que se discute en el parlamento disminuirá las cifras de mortalidad materna. Es más, como está concebido este proyecto, estas podrían aumentar. Las cifras de mortalidad materna son extremadamente bajas en nuestro país, lo que se explica por el manejo según estrictos protocolos clínicos de los casos donde justamente existe riesgo vital materno, permitiendo la interrupción del embarazo cuando es requerida, decisión que siempre es tomada en conjunto con la paciente. Si una mujer muere en Chile durante su embarazo, es por la gravedad de sus patologías y no por la falta de intervención médica.

Es un hecho que en todos los países donde se ha permitido el aborto inicialmente por causales similares a las planteadas en el proyecto nacional, el número de abortos alcanza un nivel que luego se mantiene prácticamente inalterado cuando nuevos cambios legales permiten el aborto libre, modificándose no el número de abortos, sino la distribución de las causas. Esta evidencia pone de manifiesto una realidad que supera las buenas intenciones de quienes plantean que solo se está permitiendo el aborto en tres causales.

Lo que siente una mujer embarazada que lleva en su seno un hijo con una malformación incompatible con la vida es muy difícil de comprender o explicar. Los que hemos estado dedicados al cuidado directo de estas madres sabemos que solo podemos empatizar y acompañarlas. Quienes piensan que la solución para ellas es que tengan la posibilidad de interrumpir su embarazo, claramente no han entendido la dimensión del problema, probablemente porque no han interactuado con estas madres. Estas pacientes necesitan certezas diagnósticas, personas capacitadas para entender sus necesidades y programas de acompañamiento que vean esta situación de manera integral, y no solo como un problema médico. Todas estas necesidades no son consideradas por el proyecto de ley.

Es un hecho que la violación es un drama, peor aún si se asocia a un embarazo y luego a un aborto. El objetivo del proyecto es que las mujeres puedan decidir si abortan para no cargar con el peso de ser madres del hijo del violador. Sin embargo, la evidencia científica sugiere que el aborto como tal no resuelve el problema. Hasta la fecha, ningún estudio en la literatura biomédica ha sido capaz de demostrar algún beneficio del aborto electivo sobre la salud mental o reproductiva de la mujer. Por el contrario, el aborto electivo provoca efectos serios para la salud posterior de mujeres y niñas enfrentadas a situaciones de violencia como abuso sexual o violación. El problema de fondo, que es la violencia sexual, nuevamente no es enfrentado por el proyecto.

Por último, creemos que no se debe castigar a la mujer que se ha hecho un aborto; pero no perseguir la responsabilidad penal de la mujer no es específicamente lo que el proyecto de ley propone; el proyecto considera la despenalización del aborto como una autorización al mismo.

Antes de aprobar leyes para "excepciones", creemos que es fundamental entender sobre quién estamos actuando. Los que están a favor del proyecto plantean que el derecho a decidir de la madre estaría por sobre los derechos del embrión. Señalan que el embrión se va generando de manera gradual desde la fecundación y que mediante la división y diferenciación celular adquiriría en algún momento las características propias que le permitirían ser sujeto de derecho. La evidencia biológica, sin embargo, muestra que el embrión es un individuo autónomo, diferente de la madre, desde la concepción. En la fecundación adquirimos un genoma particular humano y este genoma empieza a ser decodificado solo algunos instantes posfecundación, lo que permite adquirir las características fenotípicas propias del ser humano. El concepto de "gradualidad en la adquisición de derechos" no se sustenta en la evidencia biológica disponible. El embrión se demuestra desde el inicio como protagonista de su propia existencia. Cualquier alternativa que no considere esta realidad puede llevar a discriminaciones que no son aceptables en la sociedad equitativa que intentamos construir.

Dr. Sebastián Illanes López
Dr. Enrique Oyarzún Ebensperger
Clínica Universidad de los Andes

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