jueves, 30 de junio de 2016

Una trágica separación Economía y Negocios El Mercurio

Reino Unido y la Unión Europea:

sábado, 25 de junio de 2016
Cómo minimizar el autoinfligido daño de este absurdo golpe de Gran Bretaña. 


Qué rápido se hizo irreversible lo impensado. Hace un año, pocas personas imaginaron que legiones de británicos que aman quejarse sobre las tontas regulaciones de la Unión Europea, inflados presupuestos y burócratas pomposos votarían actualmente por dejar el club de países que compra casi la mitad de las exportaciones del Reino Unido. Sin embargo, temprano el 24 de junio, estaba claro que los votantes habían ignorado las advertencias de economistas, aliados y de su propio gobierno y, después de más de cuatro décadas en la Unión Europea, estaban por caminar audazmente hacia lo desconocido.
El desplome de la libra a mínimos en 30 años ofreció una muestra de lo que está por venir. A medida que se hunde la confianza, Gran Bretaña podría caer en recesión. Una economía permanentemente menos vibrante significa menos empleos, recibos de impuestos más bajos y eventualmente austeridad extra. El resultado también sacudirá una frágil economía mundial. Los escoceses, que en su mayoría votaron por permanecer, podrían ahora estar más dispuestos a liberarse del Reino Unido, como casi hicieron en 2014. Al otro lado del Canal, los euroescépticos como el Frente Nacional Francés verán la salida de Gran Bretaña como un apoyo. La UE, una institución que ha ayudado a mantener la paz en Europa por medio siglo, ha sufrido un duro golpe.
Manejar las secuelas, que vio el país dividido por edad, clase social y geografía, necesitará destreza política en el corto plazo; en el largo plazo puede requerir un nuevo trazado de las líneas de batalla tradicionales de la política e incluso límites territoriales. Habrá un largo período de dañina incertidumbre. Nadie sabe cuando Gran Bretaña dejará la Unión Europea o en qué términos. Pero en medio del júbilo de los brexiteers y las recriminaciones de los remains , dos preguntas resaltan: ¿Qué significa el voto para Gran Bretaña y Europa? y ¿qué viene después?
Brexit: la letra chica "El voto por Salir" equivale a un torrente de furia contra el "sistema". Todos, desde Barack Obama a los líderes de la ONU y del FMI, alentaron a los británicos a permanecer en la UE. Sus ruegos fueron despreciados por los votantes que rechazaron no solo sus argumentos, sino también el valor de los "expertos" en general. Grandes porciones del electorado británico, que se han llevado la peor parte de los recortes del gasto público y que han fracasado en participar de la prosperidad británica, son ahora esclavos de un populismo enojado.
Los británicos entregaron muchas razones para rechazar la UE, desde el déficit democrático en Bruselas a la debilidad de las economías de la zona euro. Pero la característica de la ruptura del trato de la membresía de la UE para Gran Bretaña parecía ser el movimiento libre de personas. Mientras crecía el número de nuevas llegadas, la inmigración había aumentado la lista de preocupaciones de los votantes.
En consecuencia, los partidarios de la salida hicieron promesas a los que los apoyasen tanto de una próspera economía como de un control sobre la inmigración. Pero los británicos no pueden obtener ese resultado solo votando. Si quieren acceso al mercado único de la UE y disfrutar lo que conlleva, van a tener que aceptar el libre movimiento de personas. Si Gran Bretaña rechaza el movimiento libre, deberá pagar el precio de ser excluida de ese mercado único. El país debe elegir entre frenar la migración y la maximización de la riqueza.
David Cameron no es el hombre que debe hacer esa elección. Habiendo imprudentemente llamado a un referéndum y llevando a cabo una fallida campaña, ha mostrado un error de juicio catastrófico y no puede negociar, con credibilidad, la salida de Gran Bretaña. Eso ahora le corresponderá a un nuevo Primer Ministro.
Creemos que él o ella debiese optar por un estilo Noruego de trato que nos dé acceso completo al mercado único más grande del mundo, pero que mantenga el principio de la libre circulación de personas. La razón es que esto maximizará la prosperidad. Y el supuesto costo, la migración, es actualmente beneficioso, como lo han manifestado los partidarios de irse. Los inmigrantes europeos son contribuyentes netos de las finanzas públicas, así que más que pagan por su uso de servicios de educación y salud. Sin los inmigrantes de la Unión Europea, los colegios, hospitales e industrias como ganadería y construcción se quedarían sin mano de obra.
Previniendo el Frexit
La tarea difícil será decirles a los británicos que votaron por irse que tener y comer la torta gratis no es una opción. El nuevo Primer Ministro enfrentará acusaciones de venderse, por la simple razón de que él o ella de hecho tendrá que romper una promesa, ya sea sobre la migración o sobre la economía. Es por eso que los votantes deben confirmar cualquier trato, preferiblemente en una elección general más que en otro referéndum. Esto puede ser más fácil de ganar de lo que parece hoy. Mientras se está haciendo un trato, la economía sufrirá y la inmigración caerá por voluntad propia.
El Brexit es también un duro golpe para la UE. El sumo sacerdocio en Bruselas ha perdido contacto con los ciudadanos comunes, y no solo en Gran Bretaña. Una reciente encuesta para Pew Research concluyó que en Francia, un miembro fundador y durante mucho tiempo un fuerte partidario, solo un 38% de las personas aún mantiene una positiva visión de la Unión Europea, seis puntos más abajo que en Gran Bretaña. En ninguno de los países la encuesta mostró que hubiese demasiado apoyo para transferir poderes a Bruselas.
Cada país tiene resentimientos a su manera. En Italia y Grecia, donde las economías son débiles, humean sobre la impuesta autoridad alemana. En Francia, la UE es acusada de ser "ultra liberal" (aunque los británicos los condenen por atarlos a la burocracia). En Europa Oriental los nacionalistas tradicionales culpan a la UE por imponer valores cosmopolitas como el matrimonio gay.
Aunque la UE necesita lidiar con la ira popular, la cura recae en impulsar el crecimiento. Completar el mercado único en, por ejemplo, servicios digitales y mercados de capital crearía empleos y prosperidad. La zona euro necesita bases más fuertes, a partir de una unión bancaria adecuada. Actuando sobre la charla secular de devolver poderes, incluyendo la regulación del mercado laboral, los gobiernos nacionales mostrarían que la Unión Europea no está inclinada a adquirir poder sin importar nada.
Este periódico (The Economist) ve mucho que lamentar en este voto, y un riesgo de que Gran Bretaña se vuelva más cerrada, más aislada y menos dinámica. Sería malo para todos si Gran Bretaña marchitase como Pequeña Inglaterra y sería peor si esto llevase a Pequeña Europa. Los líderes de la salida cuentan con la promesa de dar rienda suelta a una economía vibrante del siglo 21, orientada hacia el exterior. Dudamos que el Brexit logre esto, pero nada nos haría más felices que estar equivocados.

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