martes, 14 de junio de 2016

ME ABORTARON Y NACI VIVA

A mí me abortaron antes de cumplir seis meses de gestación. Mejor dicho, trataron de abortarme, pero nací viva. Pesé 1 kg 70 gramos y medí 36 cm. Mi mamá biológica me abandonó en el hospital. Estuve tres meses en incubadora, y luego viví cuatro meses en la fundación Coanil. Ahí me fueron a adoptar mis papás, Osvaldo Moreno, mueblista, que en ese entonces tenía 27 años, y Álvara Pinto, dueña de casa, que tenía 32. Ellos no podían tener hijos y ansiaban tener una familia.

Producto del intento de aborto nací con una parálisis cerebral que me afectó la parte psicomotora: no puedo caminar sola, necesito apoyo para poder hacerlo, y también tengo problemas en la motricidad fina. Pero fui al colegio y estudié periodismo en la Universidad Miguel de Cervantes, donde me titulé en 2012.

Hace unos años conocí al amor de mi vida. Nos enamoramos a primera vista y casi dos años después nos casamos. A mi marido nunca le importó mi discapacidad. Queríamos formar una familia, así es que me embaracé y disfruté mucho mi embarazo. Los médicos nos dijeron que mi discapacidad aumentaría con el embarazo, que tendría problemas y que sería muy difícil, pronósticos que nunca se cumplieron. Solo al final de la gestación me empecé a poner nerviosa con el nacimiento de mi guagua.

Trinidad nació sana, de término; pesó 3 kg 20 gr y midió 48 cm. El momento del parto fue muy lindo y emocionante. Yo estaba muy nerviosa, con taquicardia y me tuvieron que amarrar, porque soy espástica y los músculos de mi cuerpo se tensan cuando estoy muy nerviosa. Cuando nació Trinidad, no la pude abrazar, pero me la pusieron sobre mi cuello y ese fue el primer contacto que tuve con mi bebé. Fue un momento maravilloso. Yo, que fui abortada y nací viva, estaba trayendo al mundo a otra vida. Yo, a quien quisieron matar, yo, traía vida.

Mi mamá es el pilar fundamental en mi vida. Me ayuda en la crianza de mi hija, ya que sola no puedo hacerlo. Necesito apoyo en cosas de motricidad fina como mudar y vestir. Tanto para mi mamá como para mí ha sido una experiencia maravillosa cuidar a la Trini, que ya tiene seis meses. Las dos somos mamás de la pequeña, aunque cada una tiene su espacio. Ella está toda la mañana conmigo mientras mi mamá hace las cosas de la casa. Y en la tarde la Trini está con mi mamá y regalonean hasta que llegan mi marido y mi papá a la casa.

Creo que el aborto es el sentimiento más egoísta que puede tener un ser humano, me da rabia que una mujer quiera matar a su hijo. Yo amo mi vida tal y cual es. Quizás yo hubiese tenido una vida más fácil, con menos dolores, disfrutando mi hija de otra manera si no hubiesen tratado de abortarme. A mí me privaron de muchas cosas por causa del aborto y siento lástima por mi mamá biológica. Me imagino que ella debe sufrir por lo que pasó conmigo, porque lo que no se le dice a la madre es que el aborto a veces no resulta... y aquí estoy, viva y con secuelas de ese aborto.

Se habla de los derechos de las mujeres, del derecho a elegir sobre tu cuerpo. ¡Pero no se trata de los derechos de la mujer, sino de los que vienen en camino! De los míos, también mujer, que me arrebataron hasta dejarme inválida. Estoy totalmente en contra del aborto. Mi familia es mi mayor tesoro y defiendo la vida en toda circunstancia.

Gabriela Massiel Moreno P.

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