martes, 3 de mayo de 2016

SENCILLEZ


"Como siempre, la respuesta a los miedos está en nosotros mismos. Las personas sencillas, que se atreven a no disfrazarse para igualarse con el resto, suelen crear vínculos reales. Trabajar la sencillez como una característica o un valor personal es tal vez el mejor, si no el único, camino a disminuir el miedo y evitar la estafa".

Paula Serrano

Palabra tan llena de significados, entre característica bondadosa y alusión a pobreza. Y entremedio... todo.

La gente sencilla, por ejemplo, puede ser de escasos recursos o solo sobria. Poco importa. En nuestra lengua española alude a aquello que no presenta adornos ni recovecos. Es lo que es. No disfraza, no pretende y, por lo tanto, no engaña.

Un malestar actual es la sensación de que lo que es puede no ser. El que parece rico puede ser ladrón, el que parece cercano puede ser interesado, el que parece seductor puede ser un inseguro. Algo pasa con la importancia de lo externo y sobre todo con las posibilidades de disfrazar lo real. Por lo tanto, nos pueden estafar. Estafar en la billetera o en el corazón, poco importa. Es esa sensación de inseguridad, de no certeza, la que se ha hecho habitual y es una gran enemiga de la salud mental y el equilibrio.

Cuando la psicología habla de vínculos seguros, no habla de palabras exageradas de amor. La moda de decir "te quiero" no asegura que lo dicho sea verdad. Los gestos no siempre están motivados por buenos sentimientos. Entonces, sin saberlo, empezamos a valorar la sencillez. Porque es más segura. Mientras más adornos, más desconfianza, pero también más seducción. Una persona que dice muchas cosas puede ser muy seductora e interesante en apariencia. Pero tal vez no es más segura como vínculo.

Ya no buscamos grandes gestos, ya no buscamos en el otro lo creativo y contradictorio como valor. Porque cada vez tenemos más miedo. Los vínculos no son seguros. O al menos parece que no sabemos adivinar o precisar cuándo el territorio que pisamos es de piedra sólida y cuándo, una químera.

El riesgo de esta nueva opción es que de tanto elegir siempre la seguridad y nunca el riesgo, la vida se ponga muy aburrida.

¿Qué hacer entonces?

Como siempre, la respuesta a los miedos está en nosotros mismos. Las personas sencillas, que se atreven a no disfrazarse para igualarse con el resto, suelen crear vínculos reales. Trabajar la sencillez como una característica o un valor personal es tal vez el mejor, si no el único, camino a disminuir el miedo y evitar la estafa.

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