miércoles, 11 de mayo de 2016

Auge proteccionista en los EE.UU.

Es difícil anticipar un cambio significativo en las relaciones comerciales de Chile con los EE.UU., pero sin duda que el discurso proteccionista que ha contaminado la campaña presidencial, con Trump y el socialista Sanders como exponentes, es una fuente de gran preocupación.Es probable que las recientes primarias en el estado de Indiana marquen un punto de inflexión en la historia del partido Republicano. El apabullante triunfo del magnate Donald Trump obligó a sus contendientes, T. Cruz y J. Kasich, a abandonar la carrera...

Es probable que las recientes primarias en el estado de Indiana marquen un punto de inflexión en la historia del partido Republicano. El apabullante triunfo del magnate Donald Trump obligó a sus contendientes, T. Cruz y J. Kasich, a abandonar la carrera, transformándolo en el virtual abanderado del partido. Pero ese hecho, lejos de ordenar el cuadro político interno, instaló un germen de crisis frente al discurso populista, con toques de racismo, sexismo y violencia, de Trump, muy distante del camino de progreso y desarrollo seguido por esa nación.

La realidad de la economía norteamericana 

Según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), el año 2015 el producto de los EE.UU. alcanzó los US$ 17.947 mil millones, equivalente a una participación de 15,8% en la economía mundial. Y si bien no ha sido fácil la recuperación luego de la crisis subprime (2007-09), las cifras macroeconómicas han mostrado positivas dinámicas durante los últimos 24 meses, lo mismo que los principales indicadores bursátiles y el empleo. El año 2014 el flujo de Inversión Extranjera Directa (IED) desde EE.UU. al mundo fue de aproximadamente US$ 337 mil millones, lo que equivale al 25% de la IED mundial. El país es el segundo más importante exportador global, y el primero en el ranking de importaciones, demostrando su histórica orientación hacia la apertura y el comercio internacional.

Y es precisamente en este contexto donde los principales lineamientos programáticos en materia económica del candidato republicano sorprenden e inquietan. Alejándose de lo que ha sido la posición conservadora, Trump ha definido dentro de sus prioridades económicas un giro hacia el proteccionismo, lo que incluye alzas de aranceles y mayores impuestos sobre las importaciones, tanto de China como de otros socios comerciales del país. Ha realizado además duras e injustificadas críticas a los acuerdos de libre comercio, siendo las multinacionales objeto preferido de sus ataques. Todo además complementado con una preocupante retórica que apunta a rigidizar los mercados laborales con aumentos en el salario mínimo (no muy distante de la posición del socialista Bernie Sanders), la deportación de 11 millones de inmigrantes, la construcción de una muralla en la frontera con México (que sería pagada por sus vecinos del sur), y la revisión de los programas de visas y residencias permanentes ( green cards ) .

En materia de impuestos (corporativos, a la propiedad y a los ingresos personales), si bien la posición de Trump parece estar más alineada con el partido que lo apoya, también ha sido errática. A pesar de que su programa de gobierno incluye reducciones significativas de estos impuestos, durante las últimas semanas el candidato parece haber revisado esos planteamientos, cuestionando la posible rebaja de algunos tributos. Algo similar ha ocurrido con sus comentarios pasados respecto de la necesidad de privatizar la Seguridad Social.

Así, dada su facilidad para modificar sus posiciones en función del rating mediático, es probable que haya que esperar hasta la campaña de la elección general para poder evaluar realmente sus propuestas económicas.

El riesgo para Chile 

Si bien la campaña de Trump no ha manifestado intención de poner trabas específicamente en la relación con Chile, a diferencia del caso mexicano, su posición contraria al libre comercio representa una amenaza futura de retorno al proteccionismo que sin duda afectaría a nuestro país.

Actualmente, Chile mantiene un acuerdo de libre comercio (TLC) con EE.UU., el cual fue suscrito en 2003 y entró en vigencia el 1 de enero de 2004. Dicho acuerdo incluye la mayor parte de los aspectos de la relación económica bilateral, como bienes, servicios, inversiones, comercio electrónico, medio ambiente y temas laborales.

A 12 años de la entrada en vigencia del tratado, EE.UU. es el segundo socio comercial del país, con una participación en el comercio total de un 16% el año 2015. Desde el 2004 las exportaciones chilenas a EE.UU. crecieron a una tasa promedio anual de 8,4%, en tanto las importaciones se incrementaron a una tasa superior alcanzando un 16,3%. Además, EE.UU. es el primer país inversionista en Chile: en el período comprendido entre 1974 y 2014, la inversión acumulada materializada proveniente de ese país llegó a los US$ 29.006 millones, lo que representa el 26% del monto total de la inversión extranjera en Chile.


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