"Una parte importante del ser buena persona se origina
en los sentimientos y comportamientos prosociales que se han aprendido en la
infancia y la adolescencia. Estos han sido definidos como acciones que se
realizan para beneficiar a otros".
Neva Milicic
El espíritu navideño
es especialmente propicio para generar sentimientos altruistas en los niños y
el deseo de ser mejores personas. En esta época, ya aliviados de las exigencias
escolares, los niños están más relajados, tienen más tiempo, están más abiertos
a tener una actitud generosa y pueden descentrarse con mayor facilidad. No
limitarse a pensar en lo que yo quisiera para Navidad, sino pensar a quiénes
puedo regalar.
Una parte importante del ser buena persona se origina en los
sentimientos y comportamientos prosociales que se han aprendido en la infancia
y la adolescencia. Estos han sido definidos como acciones que se realizan para
beneficiar a otros sin pensar en el propio beneficio, es decir, sin que exista
la expectativa de recibir algo a cambio. Algunos ejemplos de conductas
prosociales son: ayudar a alguien que lo necesita, consolar a quien está
triste, estar atento a cooperar con otros, a escuchar.
Los días previos a Navidad son en este sentido una excelente
oportunidad para desarrollar las conductas prosociales. Una forma de
promoverlas es pensar en familia quién puede necesitarnos o a quién podríamos
regalar, ampliando el concepto de regalo de objetos comprados a cosas
fabricadas por ellos mismos y, por qué no, a la expresión de mensajes
positivos. Pensar no solo dentro de nuestra familia, sino también en quienes
puedan necesitar de nosotros en un entorno más amplio.
Responder a las preguntas, ¿qué le gustaría? o ¿qué
necesitará? permite desarrollar la capacidad empática que, según la mayoría de
los autores que trabajan en el área del desarrollo emocional, es la piedra
angular de la inteligencia emocional. Pero no solo eso. Al implementar las
ideas que se les han ocurrido, los niños se convierten en personas activamente
altruistas, lo que es clave para el desarrollo moral.
Jorge, un adolescente de 12 años, que como todo buen
adolescente está siempre cansado y es bastante egocéntrico, la Navidad pasada
se comprometió con dos compañeros a participar de una cruzada para recolectar
fondos para una fiesta de una fundación de ancianos. La campaña tuvo un éxito
relativo, pero la reflexión y el cambio de actitud de los adolescentes fue
notable. En este caso, la afirmación "quien más se beneficia es quien
da" fue realmente cierta. Este año, el grupo de amigos comenzó a juntarse
en octubre para lograr juntar más fondos y para comprometer a otros amigos y
sus familiares en el proyecto. Ser una buena persona no consiste solo en no
hacer cosas negativas, sino en ser capaz de hacer cosas beneficiosas para los
otros. Las acciones positivas realizadas se archivan en la memoria emocional y
constituyen un factor muy importante en la formación de un autoconcepto ético
positivo.
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