"'A fin de cuentas', escribe, 'el esfuerzo que los estudiantes están dispuestos a invertir, y el foco de ese esfuerzo, es por lo menos tan importante como el hecho de si los estudiantes son listos'..."
En internet me metí a una página del gobierno de EE.UU. con las diez resoluciones de Año Nuevo más comunes en ese país. Obvio, la más frecuente es "bajar de peso". Si uno "pincha" esa resolución, la página se abre a sitios con indicaciones para lograrla.
Me pareció muy profesional el servicio, bien hecho.
Me recordó que algunos de mis 19 nietos hacían la pega bien hecha y otros, bueno, la hacían bien si la tarea no les resultaba muy tediosa.
A propósito, me impresionó la investigación que en estos días presentó el doctor Arthur Poropat, de la Universidad de Griffith, en Australia: concluye que en la escuela, al final, les va mejor a los que desarrollan mejor su personalidad que a los inteligentes.
Para rematar, dice que la personalidad puede educarse, pero que no hay evidencia de que la inteligencia pueda incrementarse.
"A fin de cuentas", escribe, "el esfuerzo que los estudiantes están dispuestos a invertir, y el foco de ese esfuerzo, es por lo menos tan importante como el hecho de si los estudiantes son listos".
A algunos de mis nietos les fue bien y sus hermanos están intrigados con ellos, porque estudian menos y sin embargo aprenden. Otros han sido tan celebrados por mi mujer y por mí porque le han puesto tanto empeño en ramos que les cuestan tanto, y les ha resultado.
Así es que la investigación del doctor Poropat confirma nuestros aplausos. (Los listos, advierte el doctor, corren el riesgo de quedarse sentados en los laureles y declinar paulatinamente en su rendimiento).
¿Cuáles características de la personalidad son las más importantes para desarrollar en la Escuela?
Ser rigurosos, concienzudos, es la primera. O sea, funcionar como la página sobre las resoluciones de Año Nuevo: hacer bien el trabajo.
La segunda característica es ser abiertos. Estar en actitud de descubrimiento, de no quedarse en una sola vía para encontrar el camino. Como la página de las resoluciones de Año Nuevo, que abre muchas posibilidades para, por ejemplo, bajar de peso.
Esas dos propiedades -ser concienzudos y abiertos- de la personalidad son las fundamentales. Las siguientes tres son: ser agradable, pensar en los demás, mirar a los ojos; buscar la estabilidad emocional, preocuparse de las pataletas, aprender de la calma; abrirse, ser extravertido, no meterse todo "para adentro", sino que expresar.
Miro las diez resoluciones más frecuentes en EE.UU. en la web (www.usa.gov/Citizen/Topics/New-Years-Resolutions.shtml) y me acuerdo de una reunión con amigas la semana pasada. Una de ellas contó: "Yo me hago una sola resolución bien concreta en Año Nuevo, y generalmente la cumplo; por ejemplo, preocuparme más de cómo me visto".
La observo. Le ha puesto tinca a su ropa. Yo la conocí más hippie. Es lista, pero lo que brilla es su personalidad. Y se ve harto bien.
Me pareció muy profesional el servicio, bien hecho.
Me recordó que algunos de mis 19 nietos hacían la pega bien hecha y otros, bueno, la hacían bien si la tarea no les resultaba muy tediosa.
A propósito, me impresionó la investigación que en estos días presentó el doctor Arthur Poropat, de la Universidad de Griffith, en Australia: concluye que en la escuela, al final, les va mejor a los que desarrollan mejor su personalidad que a los inteligentes.
Para rematar, dice que la personalidad puede educarse, pero que no hay evidencia de que la inteligencia pueda incrementarse.
"A fin de cuentas", escribe, "el esfuerzo que los estudiantes están dispuestos a invertir, y el foco de ese esfuerzo, es por lo menos tan importante como el hecho de si los estudiantes son listos".
A algunos de mis nietos les fue bien y sus hermanos están intrigados con ellos, porque estudian menos y sin embargo aprenden. Otros han sido tan celebrados por mi mujer y por mí porque le han puesto tanto empeño en ramos que les cuestan tanto, y les ha resultado.
Así es que la investigación del doctor Poropat confirma nuestros aplausos. (Los listos, advierte el doctor, corren el riesgo de quedarse sentados en los laureles y declinar paulatinamente en su rendimiento).
¿Cuáles características de la personalidad son las más importantes para desarrollar en la Escuela?
Ser rigurosos, concienzudos, es la primera. O sea, funcionar como la página sobre las resoluciones de Año Nuevo: hacer bien el trabajo.
La segunda característica es ser abiertos. Estar en actitud de descubrimiento, de no quedarse en una sola vía para encontrar el camino. Como la página de las resoluciones de Año Nuevo, que abre muchas posibilidades para, por ejemplo, bajar de peso.
Esas dos propiedades -ser concienzudos y abiertos- de la personalidad son las fundamentales. Las siguientes tres son: ser agradable, pensar en los demás, mirar a los ojos; buscar la estabilidad emocional, preocuparse de las pataletas, aprender de la calma; abrirse, ser extravertido, no meterse todo "para adentro", sino que expresar.
Miro las diez resoluciones más frecuentes en EE.UU. en la web (www.usa.gov/Citizen/Topics/New-Years-Resolutions.shtml) y me acuerdo de una reunión con amigas la semana pasada. Una de ellas contó: "Yo me hago una sola resolución bien concreta en Año Nuevo, y generalmente la cumplo; por ejemplo, preocuparme más de cómo me visto".
La observo. Le ha puesto tinca a su ropa. Yo la conocí más hippie. Es lista, pero lo que brilla es su personalidad. Y se ve harto bien.
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