jueves, 10 de noviembre de 2016

Paranoía

"La victoria de Trump en las elecciones norteamericanas tiene a muchos en un estado de estupor muy parecido al del humanista vienés Stefan Zweig, cuando supo la noticia de que la Segunda Guerra Mundial había comenzado...".

Cristián Warnken

El próximo lunes, en Santiago, dentro de un ciclo de conversaciones abiertas al público, "Vivir en tiempos de crisis", entrevistaré al psicoanalista italiano Luigi Zoja. Fue la lectura de su libro de sugerente título -"La muerte del prójimo"- lo que me motivó a entrevistarlo. Pero la victoria de Trump en las elecciones norteamericanas me obligó a cambiar el eje de la conversación que sostendré con Zoja.

La velocidad de estos tiempos es vertiginosa y a cada instante nuestros guiones hechos y nuestras pautas de interpretación de la realidad parecen hacerse trizas, porque -como lo anticipara hace décadas el filósofo francés Baudrillard- "todo lo sólido se desvanece en el aire". Uno ya no puede instalarse en nada: por todos lados la realidad supera a la ficción y nuestros métodos de análisis para entender esa realidad se han vuelto inoperantes.

Estamos en tiempos muy parecidos a los que le tocó vivir a San Agustín, el autor de las "Confesiones", quien vio con estupor -mientras agonizaba- arder la ciudad africana de Hipona (la actual Argel), recién conquistada y arrasada por hordas de invasores. Su muerte próxima era también el fin de un tiempo, de su época.

Lo mismo le ocurrió a Stefan Zweig, quien se encontraba en Londres cuando supo la noticia de que la Segunda Guerra Mundial había comenzado. Zweig, austríaco de origen judío, ve con espanto cómo el mundo en el que él había vivido, la Viena refinada y culta (la de la gran música clásica), parte del sólido imperio austrohúngaro, comenzaba a desmoronarse ante sus propios ojos. Del espanto e incredulidad de Zweig nacerá ese libro memorable que es "El mundo de ayer".

La victoria de Trump en las elecciones norteamericanas tiene a muchos en un estado de estupor muy parecido al del humanista vienés. Y por eso -para preparar la conversación con Zoja- me puse a releer atentamente otro libro suyo, "Paranoia", en el que el psicoanalista italiano se pregunta por qué personalidades con rasgos psicóticos inventan un relato paranoico que seduce a las mayorías en tiempos de crisis, sin pensar que estos monstruos devoradores terminarán por sacrificar a aquellos que prometió salvar. El caso de Hitler es el más obvio, pero también en Latinoamérica tenemos a Chávez, a Fidel Castro y, en nuestro propio país, a Pinochet.

No hay pueblo que se salve de la atracción de estos campeones de la hybris (la "desmesura" para los griegos), cuando la inseguridad y el miedo ante los cambios y la aparición de una realidad nueva que no manejamos ni conocemos (la globalización, el shock de las inmigraciones masivas) nos hacen vulnerables a la paranoia, aptos para ser hipnotizados por personajes que surgen de la sombra, de un rincón marginal del escenario para convertirse en los protagonistas de una tragedia shakesperiana. ¿Cómo Trump, un conductor de un reality-show que dirigiera por años, pudo hacerse del poder en el país de Lincoln, Kennedy y de Whitman, el poeta del amor universal y la conciencia cósmica y democrática?

Jung encontró en el inconsciente colectivo alemán las causas profundas de ese delirio colectivo que llevó a ese pueblo amante de la música y la filosofía a la barbarie y el horror. Más que las reflexiones de los analistas políticos de estos días, me interesa entender por qué "grandma" ( grandmother ), una anciana dulce y maravillosa del pueblito de Blue Hill, en Maine, lectora de Dickens, una mujer que adoptó a dos niños coreanos y en cuya casa de verjas abiertas y bosques frondosos vivió mi mujer una experiencia de intercambio idílica en su juventud, por qué "grandma" votó por Trump.

Espero que un psicoanalista como Zoja me ayude a revelar la naturaleza de la "sombra" (la expresión es de Jung) que se apoderó de Estados Unidos, sombra que lo puede llevar a un despeñadero parecido al de Alemania, cuando un pintor fracasado, Adolf Hitler, pasaba a segunda vuelta en las elecciones presidenciales del 13 de marzo de 1932...

Vertigo Mundial: Trump Presidente

Son muchas las lecciones que deben aprender los políticos y las democracias de todo el mundo para evitar la repetición de las condiciones de esta tormentosa campaña y compleja elección... Con un sorprendente remezón e inciertas consecuencias culminó la campaña más áspera y polarizada de la historia norteamericana: Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos.

El desconcierto prevalece entre los analistas, dirigentes políticos y la comunidad de negocios, norteamericana y extranjera. Descolocados parecen, asimismo, muchos gobernantes aliados de Estados Unidos que lentamente han asumido con pragmatismo el nuevo liderazgo.

Pocos anticiparon este resultado. Aún se debate sobre las causas y consecuencias del triunfo de Donald Trump y de la derrota de Hillary Clinton. A pesar de contar con antecedentes cuantitativos y cualitativos sin precedentes, y de disponer de abundantes sondeos de opinión, otra vez fracasaron las dirigencias políticas, las encuestas y las predicciones de expertos electorales, al igual como sucediera recientemente en el Brexit y en el referendo colombiano. El papel de los medios de prensa durante la campaña y el tratamiento informativo del nuevo mandatario serán objeto de seguro análisis y reflexión en los círculos periodísticos y académicos.

No se advirtió debidamente la profundidad del amplio malestar por el orden establecido. En política exterior no se consideró el rechazo por el elevado gasto en los compromisos de seguridad en Europa y Asia, por el involucramiento en conflictos armados que se perciben lejanos y por la competencia en los empleos de los inmigrantes ilegales.

Los partidos descuidaron la conducción política hasta hacer desaparecer las lealtades partidarias. Los demócratas perdieron su base electoral de blancos sin estudios superiores y los republicanos alienaron a latinos, afroamericanos y marginaron a sectores que favorecen el libre comercio y la responsabilidad compartida por la seguridad mundial. Pocos se atrevían a vaticinar el desenlace.

Principalmente no se sopesó en forma debida la fortaleza mediática de Donald Trump, capaz de imponerse sobre la probada trayectoria de servicio público de Hillary Clinton e instalar la deshonestidad como el principal y definitivo impedimento de su rival para acceder a la primera magistratura.

Alarmados por el curso de los acontecimientos, Obama y su popular cónyuge abandonaron sus obligaciones funcionarias para intentar asegurar a su candidata. Ahora el Presidente queda expuesto a terminar su mandato con una estrepitosa derrota política.

En un complejo sistema electoral, los ciudadanos quedaron obligados a pronunciarse entre dos candidatos vulnerables y poco confiables. Más que sus atributos, parecían motivar las mutuas descalificaciones. Escasamente se debatieron las divergentes propuestas programáticas de uno y otro. Hillary, sin provocar mayor entusiasmo, transando sus principios a lo largo de la campaña, proyectaba continuismo de las políticas de su cónyuge y de Obama. Trump, en cambio, con su fuerte personalidad, promovía el aislamiento y un rupturismo populista.

Como nunca antes, la atención mundial se concentró en una campaña presidencial. Con razón: porque el resultado incide en casi todos los rincones del planeta, aunque América Latina, con la salvedad de México, no parece preocupar a Trump.

Para Chile, además del interés por la estabilidad y la paz mundial, es importante el negativo impacto que pueden acarrear las promesas proteccionistas y antimigratorias de Trump.

La agenda del Presidente es sin duda significativa, pero está sujeta a una sólida institucionalidad que garantiza el Estado de Derecho y el correcto ejercicio del poder presidencial, limitado por la aprobación a vía legislativa para los eventuales cambios en materia migratoria, de acceso al comercio, al financiamiento, a la inversión y al intercambio del conocimiento avanzado con Estados Unidos. No todos los países cuentan con esa fortaleza institucional para contener un impulso populista de sus gobernantes.

En nuestro caso son bajas las posibilidades de que se alteren los múltiples convenios de cooperación, en las más diversas áreas, incluyendo la seguridad, el TLC, el TPP y la exención de visas para viajar a Estados Unidos. Distinta es la situación a que pueden estar expuestos los varios miles de residentes chilenos ilegales en ese país si Trump persevera en su política migratoria.

Preocupa la carencia de un entorno influyente en la formulación de la política exterior del nuevo Presidente. Distinguidos expertos republicanos en seguridad nacional y diplomáticos de prestigio declararon su preferencia por Hillary Clinton y su rechazo a la agenda internacional del Presidente electo.

Las condiciones y repercusiones de esta campaña trascenderán a la reciente elección. Si bien es un éxito electoral del Partido Republicano, que además mantuvo el control de mayoría en ambas cámaras y está en situación de definir dos nuevos jueces de la Corte Suprema de Justicia, sus líderes, legisladores y gobernadores han quedado tanto o más divididos que Estados Unidos. Su dirigencia está superada por sectores fundamentalistas y populistas que le dieron espacio y oportunidad a Trump. Algo semejante ocurre con los demócratas, fragmentados por el socialismo que impulsa Bernie Sanders, el contendor de Hillary.

Tal vez el mayor obstáculo para el progreso de los Estados Unidos es la persistente división nacional que hereda el nuevo Presidente. Alentador ha sido su llamado a la unidad y la moderación en su discurso triunfal. Para romper el escepticismo tendrá que dar pruebas concretas de su voluntad de llegar a acuerdos.

Una nación dividida expone a bloqueos la gestión y el liderazgo de la primera potencia mundial.

Son muchas las lecciones que deben aprender los políticos y las democracias de todo el mundo para evitar la repetición de las condiciones de esta tormentosa campaña y compleja elección.

martes, 1 de noviembre de 2016

MALA SEMANA.

"Mala semana para la política, peor a un día de las elecciones..."

Jorge Correa Sutil

Termina la peor semana política de los últimos años. Medio millón de electores verán más o menos severamente entorpecido su derecho a voto y a partir de mañana los perdedores encontrarán más argumentos para desacreditar los resultados; para decir que los números oficiales no son la voz con la que el pueblo legítimamente deposita poder en unos y priva de él a otros; puede surgir ese cuestionamiento a ese postrer y hasta ahora impoluto bastión de la debilitada credibilidad de nuestras instituciones: la legitimidad de origen de sus autoridades. Tratemos al menos de sacar lecciones.

El problema se originó en actos ilegales del Registro Civil, el que provocó cambios, más allá de los casos en los que estaba autorizado. Probablemente una mala programación computacional, no advertida por el funcionario que era contraparte de la empresa contratada. La ministra de Justicia asume la responsabilidad política por este grave problema y el entrante anuncia que rodarán las cabezas necesarias. Hasta allí, las instituciones funcionan. Ese grave problema ha sido enfrentado como se debe en las democracias, las que no están inmunes a este tipo de errores.

Ese problema fue conocido, al menos desde julio, para varias autoridades. Durante meses hubo inacción. ¿Indolencia por el derecho a sufragio? ¿Ignorancia acerca de la importancia de un padrón electoral para la legitimidad de quienes ejercen poder en democracia? ¿Soberbia? No lo sabemos, ni el país tiene claro en quiénes radicar esta responsabilidad de omisión, ciertamente más grave que la del error inicial, pues difícilmente la democracia sobrevive en un clima de autoridades indolentes frente a los mecanismos procesales en los que descansa. Pero tampoco este es el peor de los estropicios.

Servel, responsable del padrón, dijo que el problema era del Registro Civil; este, que lo había advertido hace rato; el ministerio de la Presidencia que lo conocía, que había hecho todo lo posible, pero que no le correspondía al Gobierno administrar el padrón, que en ese problema "el Ejecutivo no tiene injerencia". La Presidenta, con olvido del título de Jefa de Estado que ostenta, declaró que el Gobierno "ha hecho todo lo posible por resolver un problema que venía desde el año 2012 y que se ha acumulado hasta la fecha". No necesito seguir enumerando el modo en el que las autoridades concernidas erigieron el más descomunal monumento al comprahuevos imaginable y lo clavaron en el centro de la cultura cívica y democrática, ofendiéndola gravemente. Este tercero, me parece a mí el problema más grave, pues la democracia no se compadece con el intento de eludir responsabilidades.

Cuando cunde la conciencia de la gravedad del problema, gracias a la protesta de los afectados y a los medios de prensa y redes sociales, se intenta que el Congreso solucione el problema, pero este muestra que ya no está para esos trotes. La retroexcavadora ha hecho un ruido ensordecedor en la política, sin asentar muchos nuevos cimientos, y eso ha generado un ambiente de reyerta que desprecia los acuerdos. En esas arenas movedizas resulta muy difícil sacar adelante un proyecto así en dos días. El Congreso exhibe ser más parte del problema que de las soluciones, y el comité político muestra impericia para leer esos aires y moverse en ellos. Ahora, los mismos que no lograron un acuerdo van por las yugulares de estos ministros.

El problema -en un clásico chilensis- termina derivado a la justicia penal, la que difícilmente aportará a solucionarlo, desde que el único ilícito penal invocado sanciona a quien por negligencia extravíe o destruya información del Registro o del Padrón Electoral, lo que no parece ser el caso. Ojalá la arista penal no sirva para que los responsables empiecen con la otra cantinela, tan indignante como contraria al espíritu cívico, de la presunción de inocencia.

Mala semana para la política, peor a un día de las elecciones.

CHILES ESTA LLAMADO A SER UNO DE LOS FOCOS VERDES MAS IMPORTANTE DEL PLANETA.


James Levitt, director del Programa de Innovación en Conservación de Tierras de Harvard, dice que Chile, en el corto plazo, puede desarrollar una imagen país similar a la de Nueva Zelanda, gracias a una nueva ley que permite que los privados donen sus tierras al Estado para conservación a perpetuidad. De visita en el país, celebra además las iniciativas de Douglas Tompkins en el sur del país y asegura que aún estamos a tiempo de combatir el calentamiento global.

Por Javier Rodríguez // Fotos: Marcelo Segura

A finales de los ’70, un joven estadounidense llamado James Levitt terminaba su licenciatura en Antropología en la Universidad de Yale y era reclutado por el Servicio Nacional de Parques para trabajar en uno de los proyectos que, en ese entonces, obsesionaban al presidente Jimmy Carter: proteger las tierras de Alaska mientras se construía un complejo sistema de tuberías para la extracción y transporte de petróleo que cruzaría todo el estado.
Levitt fue contratado como asistente del asistente del director del Servicio Nacional de Parques de ese entonces, a quien se le encomendó la dura tarea de convencer al Congreso de crear una red de áreas protegidas en Alaska que abarcara más de 40 hectáreas con refugios naturales. Así, Levitt se convirtió en testigo privilegiado de un hito que cambió la historia de la conservación de tierras: la creación de la, para ese entonces, más grande área de tierras protegidas del mundo.

“La gente responde a argumentos científicos, económicos, al arte, a la música, a la religión. Necesitamos encontrar los lenguajes necesarios para que la conservación le haga sentido a la mayor cantidad de gente posible”.

Esta semana Levitt estuvo en Chile, como invitado principal del congreso “Innovaciones Emergentes en Financiamiento de la Conservación” celebrado en Las Majadas de Pirque, al cual asiste en su calidad de director del Programa de Innovación en Conservación, además del bosque protegido de Harvard. También dirige el programa de conservación de tierras del Lincoln Institute, desde donde ha seguido con atención la situación actual de la protección de tierras en Chile, sobre todo luego de que la presidenta Bachelet firmara, el 13 de junio, el decreto que oficializa el Derecho Real de Conservación, ley que permite que un privado pueda destinar tierras a conservación a perpetuidad, sin que su voluntad pueda ser quebrantada en el futuro. Además, claro, de las acciones del fallecido Douglas Tompkins.

—¿Cómo hicieron para convencer a los parlamentarios del proyecto en Alaska?
—Logramos que la gente en Estados Unidos se diera cuenta de que este era un gesto importante para la historia de la humanidad. El presidente Lyndon Johnson decía que seremos juzgados en el futuro no sólo por lo que construyamos, sino también por lo que protejamos. Y, particularmente en la era del cambio climático, es urgente proteger la máxima cantidad de recursos naturales que podamos, porque de ellos depende la vida en la tierra. Tenemos que hacerlo no sólo por nosotros, sino también por los que vienen.

—¿Cómo negociaron con los nativos?
—Ellos se organizan en las que llaman “corporaciones nativas”, y tenían reivindicaciones de tierras específicas para su gente. Fueron parte de esta larga cadena de negociaciones sobre la construcción de las tuberías para el petróleo y los parques nacionales. Y, en general, la mayor parte de los nativos estaba de acuerdo con nosotros. Ellos sólo querían asegurar la protección de sus tierras.

—¿Cuál fue el impacto de este proyecto en la forma en la que los estadounidenses ven la protección de tierras?
—Mis compatriotas hoy ven Alaska como parte del patrimonio nacional. Nos define en nuestra identidad. Pero la conservación de tierras en mi país tiene una historia de más de 400 años. Estados Unidos, como sociedad democrática, lleva mucho tiempo protegiendo los espacios abiertos, los de uso comunal, hasta los parques nacionales y bosques. Y creo que lo de Alaska respondió a este esfuerzo.

—¿Por qué dice que la conservación de tierras necesita de un trabajo multidisciplinario? Para usted es tan importante la acción de las ONG, privados, del Estado, de la academia, incluso de los escritores y los artistas.
—Porque en los últimos dos siglos nos dimos cuenta de que para proteger esta “fábrica de la vida en la tierra” tenemos que crear grandes áreas de conservación, corredores de miles y miles de kilómetros. Y para eso tienes que enganchar a todos estos sectores, tanto como dueños de las tierras como protectores de ellas. La gente responde a argumentos científicos, económicos, al arte, a la música, a la religión. Y necesitamos encontrar los lenguajes necesarios para que la conservación le haga sentido a la mayor cantidad de gente posible.

EL DESINFORMADO DONALD TRUMP

Imagen Imagen James Levitt 01Para Levitt, la firma del derecho real de conservación es un paso gigantesco que pone al país en la vanguardia y que puede transformarlo en un líder a nivel mundial en la conservación de tierras.

—¿Cree que hoy Chile es un líder en el área?
—Sí. Chile está llamado a ser uno de los más importantes puntos verdes del planeta. Porque ya es famoso a nivel mundial: sabes que tienes que ir para allá si quieres ver las más bellas montañas, nieve y parques verdes. Sabes que acá encontrarás todo eso.

—¿A qué cree que se debe esto?
—Por varias razones. Chile tiene un fuerte estado de derecho y un buen sistema de título de tierras. Sabes quién es dueño de cada parcela y si está o no protegida. Además tiene una economía sana, lo que permite que la gente comience a considerar la filantropía. Antes eso era más difícil. Y no menos importante, porque los chilenos están orgullosos de su país. Yo he estado seis veces acá y es admirable cómo los guías te muestran cada lugar. Y queda claro que no lo quieren ver destruido. Por lo mismo, creo que Chile tiene todo para desarrollar una imagen país, una marca país similar a la de Nueva Zelanda.

—Nombró el calentamiento global. ¿Cómo podemos hoy responder a este fenómeno?
—Ese es uno de los grandes desafíos de nuestra época. Hay un estudio de la Comisión Global de Economía y Clima que estima que en los próximos 156 años tendremos que invertir, como comunidad global, algo así como 90 trillones de dólares en infraestructura para seguir con nuestras actividades económicas y responder al cambio climático. Para combatir la subida del nivel del mar, para responder al aumento del promedio en las temperaturas, al incremento de las tormentas y para encontrar formas de producir energías que no contaminen y aumenten los efectos del cambio climático. Es urgente que creemos infraestructura destinada a la conservación. Espacios abiertos, zonas costeras. Tenemos el conocimiento científico. Lo que necesitamos es la voluntad política y cultural antes de que sea demasiado tarde.

—¿No es demasiado tarde?
—No, la tecnología avanza a pasos agigantados. Cuando yo estaba en la universidad, el uso de una celda fotovoltaica valía cientos de dólares por hora. Hoy es de menos de un dólar. Y me da esperanza lo que está pasando en países como Chile, por ejemplo.

—¿En qué sentido?
—En que, hace diez años, ustedes discutían sobre la creación de centrales hidroeléctricas en el sur de su país, afectando el ecosistema para traer energía a la capital. Y hoy eso no se discute. La idea de que necesitas darle energía a la economía chilena con hidroeléctricas dañando a la flora y fauna ya no es tema. Porque en Chile existe la voluntad política y el orden para debatir estos temas. Y Chile ya está dándose cuenta de que el viento es una fuente clave. Una de las más baratas formas de energía será producida en el desierto de Atacama, lo que los beneficiará en el futuro.
Entonces, en diez años Chile cambió su forma de ver cómo enfrentar los desafíos de un país que va hacia el desarrollo. Y decidió seguir creciendo pero protegiendo sus recursos naturales. Porque no necesitas importar gas petróleo de un país extranjero a alto costo. Hay que buscar las formas de reemplazar estos combustibles por formas autosustentables que se obtengan del mismo territorio. En ese sentido, otra vez Chile tiene la oportunidad de convertirse en un líder para el resto del mundo.

—Donald Trump, candidato a la presidencia de su país, negó la existencia del cambio climático.
—Estoy en completo desacuerdo con Trump. Es un punto de vista absolutamente desinformado. No quiero hacer una gran declaración política, pero no soy muy entusiasta respecto a la candidatura de Trump.

UNA RUTA DE LOS PARQUES

La primera vez en Chile de James Levitt fue hace ocho años, en una conferencia en la Universidad Austral, en Valdivia. Aún recuerda los grandes alerces, cuyo nombre intenta pronunciar en castellano sin éxito. Y fue en ese lugar, también, donde conoció a Douglas Tompkins y a su mujer, Cristine.
Levitt celebra el legado de Tompkins , particularmente el Parque Pumalín, y aplaude las más de 400 mil hectáreas que su fundación, Tompkins Conservation, ofreció al gobierno, con el compromiso de que este las ocupe como parques nacionales que formen una red en el sur, la que se convertiría en la donación más grande de tierras de un privado a un Estado en la historia, y cuyo nombre tentativo sería “La ruta de los parques”.

—En junio de este año la presidenta Bachelet firmó la ley que formaliza el derecho de un privado a entregar sus tierras para conservación a perpetuidad. ¿Le parece que esta medida va por el camino correcto?
—Este avance de la ley chilena se convierte en uno de los más interesantes ejemplos a nivel mundial. De hecho, sé que muchos países están empezando a mirar lo que hizo Chile y preguntándose si pueden hacer algo lo más parecido posible.

—¿Por ejemplo?
—Prefiero no decirlo, pero son otros gobiernos sudamericanos y europeos.

“En Estados Unidos tenemos muchos bosques protegidos, pero que siguen produciendo. Tenemos que llegar a un nivel de trabajo en los árboles donde les saquemos provecho, pero cuidando la biodiversidad”.

—¿Cómo se puede motivar a los grandes terratenientes chilenos a entregar parte de sus tierras, como lo hizo Tompkins?
—Bueno, el de Doug es un caso especial. Él no necesitaba motivación; el motivaba al resto. Tanto él como su mujer son un ejemplo excepcional, reconocido a nivel mundial. Ahora, creo que para el propietario promedio, que tiene una pequeña granja o una larga faja de tierra, la clave es sentarse con él en la cocina a conversar y construir confianzas. Hacerle entender que sus tierras seguirán en propiedad de su familia y que ellos podrán seguir disfrutando de ellas, pero que lo que queremos es asegurarlas para el patrimonio de las próximas generaciones. Hacerles entender que esto es parte del mundo que les dejan a sus nietos.

—Tompkins decía que para que la conservación de tierras sea efectiva tiene que ser “grande, salvaje y conectada”. ¿Está de acuerdo?
—Creo que sí tiene que ser grande, salvaje y conectada pero también, en algunos casos, trabajada. En Estados Unidos tenemos muchos bosques protegidos, pero que siguen produciendo. Tenemos que llegar a un nivel de trabajo en los árboles donde les saquemos provecho, pero cuidando la biodiversidad, los tesoros culturales y también ocuparlos con propósitos económicos aparte del turismo. De hecho, la más grande tierra conservada en Estados Unidos es un bosque de producción en Maine. La familia dueña sigue cortando árboles, selectivamente, pero siempre cuidando la vida.

AUN SEGUIMOS VIENDO BASTANTE AMOR DE NUESTROS USUARIOS .

El gerente general de Uber Chile, Carlos Schaaf, se hace cargo de las críticas. A su juicio, estas apuntan básicamente a la permanencia de la tarifa dinámica, lo que, asegura, se resolverá en las próximas semanas. Defiende el pago en efectivo y enfatiza que la calidad del servicio no ha disminuido.

Por María José Tapia

Las últimas semanas han sido complejas para Uber. De ser una aplicación sin cuestionamientos, ha pasado a ser un foco constante de críticas. Pese a ello, el gerente general de Uber Chile, Carlos Schaaf, se muestra tranquilo. “Aún seguimos viendo bastante amor de parte de los usuarios”, dice. Esto, a pesar de tener claro el malestar que ha generado la permanencia de la llamada tarifa dinámica — algoritmo matemático que impulsa al alza los valores en peaks de alta demanda—. En esta entrevista, el ejecutivo explica lo ocurrido y llama a la calma.

— ¿A qué atribuyen la transición que ha habido entre una defensa cerrada de los usuarios a la crítica constante en las redes sociales?
—Lo lamentamos, pero lo que vemos es que los cuestionamientos se han concentrado en las últimas semanas por la tarifa dinámica, y estamos trabajando muy rápido para normalizar esto en una o dos semanas más. Esta situación se generó por un incremento fuerte en la demanda.
Si bien Uber partió con Uber Black, con autos de alta gama y para un cierto sector, nuestra misión siempre fue que Uber fuera para todos, así surgió Uber X con autos más normales y precios asequibles. Ese servicio nos permitió crecer, desde 2015 a la fecha, 33 veces. Bajo ese concepto, habilitamos pago con efectivo que resulto ser superpositivo. Hoy, en una semana, un 65% de los viajes en Santiago se toman con efectivo y ese número sube a 88% y a 85% para Concepción y Valparaíso, respectivamente. Esto ha sido potente en la democratización del acceso al sistema.
Además, rebajamos la tarifa en 25%, permitiendo que más personas se sumaran, elevando la demanda.

—Pero existe un malestar porque ese descenso en el valor se vio contrarrestado con una permanencia de la tarifa dinámica, que antes se activaba sólo en las horas peak. ¿Qué ocurrió ahí?
—Lo que ha ocurrido es que ha habido un incremento tan alto en la demanda de la mano de estas opciones, que la cantidad de usuarios ha crecido más rápido que el número de conductores. Sabemos que la tarifa dinámica ha funcionado más veces, y lo que estamos haciendo es sumar más socios conductores para volver a los niveles normales en un lapso de dos semanas como máximo. Ya, esta semana, la activación de tarifa dinámica se ha reducido 60% frente a la semana anterior. Y va a seguir decreciendo a los niveles acostumbrados.

—¿Cuántos socios conductores necesitan para eso?
—Tenemos 34.000 socios conductores activos (que están tomando viajes constantemente) en Chile, de los cuales 26.000 están en Santiago, y vamos incorporando a buenas tasas. Las últimas dos semanas, 35.000 nuevos conductores se han registrado para ser después socios conductores, los cuales se van a ir activando paulatinamente.

—¿Cómo se conjuga esta necesidad de mayores conductores con mantener la calidad? Antes, los choferes requerían un mes de trámites para activar una cuenta, y hoy es en un día; la exigencia de antigüedad de los vehículos también se ha flexibilizado.
—Los usuarios prefieren Uber por la calidad, y el crecimiento que hemos tenido en las últimas semanas va de la mano de mantenerla. Y el punto más importante para chequear eso es la puntuación de cinco estrellas que cada usuario deja al bajarse del vehículo. Esa calificación se ha mantenido en 4,8. Si un socio conductor llega a 4,7, nosotros les enviamos una notificación para instruirlo a mejorar, y si tiene menos de 4,5, se le bloquea su cuenta. De esa forma, aseguramos la calidad de forma activa. Entran conductores que duran poco, porque los usuarios los evalúan mal, y esos salen.
El menor tiempo de capacitación, en tanto, responde a que nos hemos dado cuenta de que Chile se parece más a países como EE.UU. y Europa, donde los requisitos que estamos pidiendo ahora son los que nos permiten garantizar la seguridad. Ha sido un proceso de aprendizaje.

—¿Por qué ya no se exige un seguro adicional al SOAP, como era antes?
—La tecnología que hemos desarrollado nos permite ofrecer un nivel de seguridad que nunca antes había sido posible. Cuando solicitas el viaje, puedes ver una foto del socio conductor, patente, las estrellas que le han dejado, el trayecto a través de GPS y todo queda grabado. Y además hay un seguro internacional de Uber que protege a los pasajeros. Antes se pedía un seguro que operaba entre el SOAP y el de Uber y eso se eliminó, porque no agregaba valor a los usuarios, sino que al final creaba más burocracia y que los socios se demoraran más tiempo en activar sus cuentas.

—Choferes denuncian que la tarifa dinámica ha generado un incentivo perverso, en cuanto a que se pueden desconectar de la aplicación a la espera de que se genere un alza en la demanda y se active la tarifa dinámica, obteniendo mejores precios.
—Hay mucho de mito en eso. Si un socio conductor se desconecta o conecta de la plataforma en un lapso corto de tiempo o no toma viajes se les desconecta su cuenta por un momento. Hay filtros para que no ocurra esta desconexión. Además, los conductores son cerca de 26.000 en Santiago y se necesitaría que la gran mayoría de ellos estuvieran coordinados para afectar la plataforma. El algoritmo considera eso y es inteligente para detectarlo, por lo que es difícil que ocurra.

—¿Existen abusos por parte de los usuarios en los viajes gratis que entrega Uber?
—Gente intentando tener viajes gratis por siempre o creándose múltiples cuentas hay, pero nosotros tenemos un equipo en Chile que se encarga de monitorear esos casos. Vemos si existe un equipo con 100 cuentas registradas o la asociación de un mail a varias cuentas, situaciones que nos permiten deducir que son cuentas duplicadas de personas que ya hacían viajes. Los tenemos bajo control y estamos actuando, ahora, claro, los casos numéricamente han aumentado por el crecimiento de la operación y los viajes han subido muchísimo, pero como proporción de todos los viajes sigue siendo bastante baja. Es un número menor.

—Dadas las críticas, ¿ha habido fuga de clientes?
—No. Nosotros vemos crecimiento.

—Existen una serie de cuestionamientos relacionados con el pago en efectivo y el riesgo en la seguridad que eso implica…
—Cuando lanzamos el efectivo, algunos usuarios decían que “era una lata porque cualquiera iba a poder usar un Uber y que perdió exclusividad”, y la verdad es que nunca se trató de eso, queremos que Uber sea asequible para todos. Además, desde la implementación del pago en efectivo, no identificamos un aumento en los incidentes de seguridad. Cuando lanzamos el efectivo, ya lo habíamos testeado en varias ciudades y por varios meses y sólo se vieron experiencias positivas.

LOS TRES NO

En los próximos días, el gobierno dará a conocer la primera regulación para los servicios de transporte a través de aplicaciones, tales como Uber y Cabify. En la compañía están optimistas al respecto y aseguran tener claro lo que, en líneas generales, esta debe contener. “Hay tres pilares fundamentales que implican no poner un máximo de autos que puedan asociarse a estas aplicaciones; no establecer imposiciones burocráticas para que una persona pueda ser socio conductor y no definir un precio”.

—¿Entonces qué están dispuestos a que se regule?
—Todo lo demás. Nosotros sólo hablamos de pilares; de ahí en adelante lo que surja de la discusión está bien.

EL LEGADO DE PERES.

Considerado uno de los padres fundadores del estado israelí , Shimon Peres deja una marca en su incansable lucha por la coexistencia de Israel y Palestina.

Por Fernando Wilson L. profesor de Historia, Facultad de Artes Liberales UAI

La muerte de Shimon Peres implica uno de los últimos peldaños en el paso a la historia de los fundadores de Israel. Nacido en Polonia en una familia judía laica, adheriría tempranamente al sionismo y al proyecto de construcción de la nación judía en Palestina. Parte de los líderes jóvenes del Haganá, movimiento insurgente que constituyó la base de las actuales fuerzas de defensa israelíes, Peres participó en la Guerra de Independencia, obteniendo material militar para las fuerzas israelíes en complicadas operaciones de contrabando y adquisiciones en el mercado negro. Posteriormente iniciaría una extensa carrera política como funcionario dentro del Ministerio de Defensa y sería parte de los enérgicos y decididos jóvenes que acompañarían a David Ben-Gurión en la construcción bajo fuego de los primeros días del Israel independiente.

A corto andar pasaría a ocupar distintos cargos ministeriales, donde destacaría por su mezcla de pragmatismo con afabilidad y extraordinaria capacidad negociadora, la que se demostraría docenas de veces en muy difíciles eventos, tanto propiamente políticos como de operaciones de control interno y militares. Pasaría luego en dos ocasiones por el cargo de primer ministro y coronaría una brillante carrera política como presidente.

Su legado es importante. Cada grupo en Israel, Palestina y el mundo seleccionará miradas desde su peculiar perspectiva.

Todo lo anterior puede leerse como un obituario más de un político fallecido, pero la diferencia de Peres radica precisamente en su capacidad de analizar y comprender el medio político israelí y de Medio Oriente mucho más allá que la mayoría de sus pares. Comprendió desde temprano la necesidad de una paz permanente con el mundo palestino, y tuvo el valor moral para comprender esa conclusión en acciones concretas. Su foto en los jardines de la Casa Blanca con Yasser Arafat pasó a la historia por derecho propio, pero incluso tras la complicación severa de las conversaciones de paz palestino-israelíes, siguió apoyando un proceso de paz que se volvía cada vez más impopular ante las acciones violentas de los radicales de cada bando. Peor aún, en el contexto de gobiernos como los de Sharon o Netanyahu, pasó a ser claramente un contradictor de los partidarios de la línea dura. Su postura de combinar impecables antecedentes personales en lo que al compromiso con la idea del Estado de Israel iba, pero con una extensa y profunda vocación de paz y el ya mencionado pragmatismo se plasmó en múltiples declaraciones, libros, artículos y acciones en pos de consolidar la coexistencia entre dos sociedades tan quebradas como la israelí y la palestina.

Su legado es importante. Cada grupo en Israel, Palestina y el mundo seleccionará miradas desde su peculiar perspectiva. Algunos preferirán recordar su rol en el increíble rescate de Entebbe, cuando fuerzas especiales israelíes montaron un audaz rescate de los pasajeros secuestrados en Uganda. Otros se quedarán con los Acuerdos de Oslo, cuando fue capaz de plantear que no le extrañaría que los palestinos pudieran ser sus mejores amigos. Lo relevante es que fue la misma persona, que, sin transar sus valores y la idea de una sociedad y Estado libres para el pueblo judío, pudo a la vez comprender la crítica necesidad de asegurar la convivencia de esta sociedad con sus vecinos. Como muchos soldados y políticos en tiempos difíciles, fue capaz de entender lo que realmente significaba la paz y el atroz precio de no conseguirla.

jueves, 27 de octubre de 2016

EL DERRUMBE DEL " OTRO MODELO ".


Antes de la elección de Bachelet algunos advertimos en medios nacionales y extranjeros que su programa, si podía llamársele así, iba a poner a Chile en un camino ruinoso y de alto costo en términos de prestigio .

Axel Kaiser

Hace apenas tres años, un grupo selecto de intelectuales de izquierda, entusiasmados con la ya entonces clara victoria por venir de Michelle Bachelet en las presidenciales, proclamaba en un famoso libro, presentado por la mismísima Bachelet, que el modelo de desarrollo de Chile, falazmente llamado "neoliberal", estaba agotado. Celebraban que se había asentado una "nueva hegemonía", es decir, un nuevo conjunto de ideas y creencias que exigían un profundo cambio al sistema económico e institucional imperante por décadas para abandonar lo que denunciaban como una inmoral mercantilización de ámbitos sensibles de la vida de las personas.

Lo que debía hacerse, dijeron, era un verdadero "régimen de lo público" en que el Estado, es decir, políticos y burócratas, con su moralidad y conocimientos superiores a los del mercado, o sea a la de los individuos actuando libremente, asumiría el rol central en el progreso ético y social del país. Se trataba, en términos simples, de reinstaurar en Chile un añejo modelo socialista en que el Estado recuperaba espacios centrales para la vida de las personas, de modo de igualarlas en todo aquello considerado un "derecho social". Interesantemente, el libro reconocía que bajo el sistema "neoliberal" el país había progresado como nunca en su historia, pero al mismo tiempo lo condenaba por dejar demasiada libertad -mercado- a los individuos, lo que, en esta visión, era incompatible con el interés general y los deberes de solidaridad recíprocos de una comunidad política. Se trataba, repetía uno de sus autores majaderamente mostrando ese desprecio tan característico de los ideólogos socialistas por la realidad, de visiones "normativas" y no de lo que en la práctica funciona.

Pues bien, a dos años y fracción de aplicación de esa "visión normativa" igualitarista, el "otro modelo" fundado en ella no solo ha fracasado colosalmente en sus resultados prácticos, sino en su credibilidad popular. Lo primero, todos los que no nos dejamos llevar por el ideologismo populista del momento lo advertimos desde un principio. El socialismo es la filosofía del fracaso y siempre lo será, y, por tanto, era evidente que el gobierno de Bachelet fracasaría. Incluso, antes de la elección de Bachelet algunos advertimos en medios nacionales y extranjeros que su programa, si podía llamársele así, iba a poner a Chile en un camino ruinoso y de alto costo en términos de prestigio internacional. También anticipamos que en algún momento la gente se daría cuenta de que la izquierda no tiene superioridad moral alguna sobre el resto y de que su sistema era el responsable del deterioro de la calidad de vida por venir.

Lo que no pudimos imaginarnos es que la hipocresía de muchos próceres de la igualdad, que se llenaban los bolsillos mientras alegaban contra el mercado y eran financiados ni más ni menos que por empresarios, entre los que se encontraba el yerno de Pinochet, llegaría a niveles tan delirantes. Tampoco pensamos que la ineptitud, corrupción e incapacidad de ejecutar sus malas ideas llegaría al punto circense al que llegó, ni que su ideologismo mostrara ser tan agresivo e impermeable al diálogo racional. La combinación de prepotencia ideológica, hipocresía, incapacidad, corrupción y malos resultados llevó, por ahora, a que la mayor parte de la ciudadanía no quiera ser más gobernada por la izquierda.

No hay que equivocarse: esto no es esencialmente mérito de la derecha, la que hizo mucho menos de lo esperado para capitalizar el desastre del actual gobierno. Este es fundamentalmente un castigo para quienes se erigieron en profetas indiscutibles de un nuevo Chile, que intentaron imponer de espaldas a la ciudadanía. Los chilenos quieren la sensatez dialogante y pragmática de la socialdemocracia concertacionista y no el radicalismo populista de la Nueva Mayoría inspirada en antiliberalismos teológicos del tipo expresado en "El otro modelo".

Lo ocurrido en las municipales, entonces, no es solo el derrumbe de Bachelet y del gobierno irresponsable que ha conducido, sino de una ideología probadamente fracasada que intoxicó a todo un sector político e intelectual del país a través de consignas y eslóganes irreflexivos. Nada de esto, por cierto, significa que el virus populista ha sido extirpado y que nos salvamos de lo peor. Sin duda, ciertos grupos radicalizarán aun más su propuesta y líderes carismáticos aparecerán con opciones serias de concretarlas. Tampoco será fácil revertir el daño hecho en estos años. Pero al menos hay ahora una oportunidad para rescatar un ideario de progreso e inclusión real. Uno que no vea en la libertad la fuente de nuestros males y en el Estado un demiurgo capaz de elevarnos material y moralmente, sino que entienda que la primera es la fuente del desarrollo económico y social y el segundo, el encargado de protegerla y apoyarla cuidadosamente donde esta se quede corta.

Veremos si la clase política tiene la inteligencia y el coraje de promover una filosofía del éxito revirtiendo la tendencia de deterioro actual, o si solo moderará su demagogia haciéndola más lenta.

BUENA SEÑAL, PERO CUIDADO CON CANTAR VICTORIA.


La reacción que manifestaron los electores de comunas relevantes que se animaron a votar, puede interpretarse positivamente. Es razonable concluir que, entre los que votaron, ha primado el sentido común, en contraposición a la imposición de reformas (educacional, laboral, tributaria, constitucional) que intentan forzar una concepción ideológica (el otro modelo) discurrida por una elite de iluminados y ejecutada con graves desprolijidades.

Si bien son elecciones municipales, donde lo local y el carácter del candidato debieran primar por sobre las concepciones políticas, hay, ciertamente, vínculos entre lo local y lo nacional, como son la educación, la seguridad o los servicios públicos. Por locales que sean los candidatos, ellos tienden a asumir las formas de concebir el rol de la política que distinguen a los conglomerados en competencia a los cuales pertenecen. Los de la Nueva Mayoría, siguiendo la línea refundacional, dando su aquiescencia a iniciativas impuestas desde arriba por una casta de intelectuales a cualquier costo, y los de Chile Vamos, con un enfoque más práctico y cercano a la gente.

Al parecer, la calle, entre otras cosas que le importan mucho, ha rechazado vincular una mejora en la educación a la consolidación de un monopolio estatal dominado por el sindicato de profesores y considera imprudente la idea de lograr mayor igualdad nivelando para abajo, a costa del crecimiento y las oportunidades para la gente común. Intuye que darles el monopolio a los sindicatos en las negociaciones puede no ser bueno para los trabajadores, y no concibe, frente a revelaciones recurrentes de su ineptitud, que el Estado sea siempre una solución para los problemas de la sociedad.

Las propuestas de los candidatos de Chile Vamos se han basado en el reconocimiento de la dignidad intrínseca de los electores; es decir, en el respeto a su afán y su capacidad de avanzar con sus proyectos de vida con la frente en alto, idealmente con independencia del Estado y de grupos de poder, recurriendo a la ayuda solidaria, que debiera existir y ser administrada con eficiencia, eficacia y transparencia, pero solo como un recurso de última instancia. Los chilenos ambicionan un país más libre, más digno, más próspero y en paz. A la luz de los hechos, los candidatos de Chile Vamos representarían mejor ese ideal.

¿Quiere decir que estamos a salvo de intentos refundacionales, de retroexcavadoras, del populismo? ¿Las verdaderas fuerzas progresistas, esas que potencian la infinita capacidad de inventiva y superación de las personas, agrupadas en la coalición de Chile Vamos, tienen aseguradas las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales? La respuesta es claramente no.

Solo un tercio del electorado manifiesta suficiente sensibilidad política o cultura cívica como para molestarse en votar. Un candidato con arrastre, lo que muchas veces implica apelar a las emociones más básicas, lo como demuestra el caso del candidato Trump en los EE.UU. y de tantos otros populistas, podría movilizar, por las razones incorrectas, a una masa suficiente como para conquistar el poder. El resultado de la elección municipal en Valparaíso es un caso que deberemos seguir de cerca.

¿Debemos preguntarnos si, en el contexto de una Nueva Mayoría que pavimenta el camino al populismo -al alejarse de la cordura de los gobiernos que lo antecedieron, al hacer tabla rasa de cuatro décadas de progreso, al enfatizar los derechos sociales y la igualdad y al promover los intereses de grupos corporativos vociferantes-, ante el desprestigio de nuestra "elite" política y la desafección de nuestros ciudadanos con la cosa pública, tendrán nuestras instituciones, los partidos políticos, el Parlamento, el Poder Judicial, la validación social para defender lo correcto por sobre lo presuntamente popular? Chile es aún un país en construcción y debemos cuidarlo.

Como nunca, requerimos fortalecer nuestra cultura cívica y reencontrarnos con la cosa pública. En particular, necesitamos partidos modernos que encanten a los jóvenes por el servicio público y sean capaces de convocar y movilizar a una masa de electores indiferentes.

Nicolás Ibáñez S.

NO HAY NADA TAN ESTABLE COMO EL CAMBIO.

""¿Cómo ser abierto al cambio sin cambiar todos los días? Porque nos volveríamos locos sin una casa o una cama que sea la misma lo más seguido posible, por poner un ejemplo tonto pero real...".

Paula Serrano

La cita anterior es de un gran poeta y autor que recibió recién el Premio Nobel de literatura.El sabía, y trató tal vez que le creyéramos, que no es posible resistirse al cambio. Y que tal vez una alternativa es valorarlo.

No es justo ese consuelo vacío que nos dicen a veces de que todo cambio es bueno y de que hay que estar abierto y no sentir la pérdida, sino disfrutar lo nuevo. Y no es justo porque no es contradictorio.Podemos vivir la pérdida y a la vez abrirnos al cambio, tímidamente, audazmente, como podamos.

La vida actual se define, como nunca antes en la historia, como un tiempo donde el cambio es la norma. Es más, para una empresa es mejor valorado un aspirante a ejecutivo o un profesional postulante que tenga una buena tolerancia al cambio. Porque, como dice Dylan, si el cambio es estable, entonces debemos contar con él como una variable permanente. Quien tenga dificultad para tolerar el cambio no es bueno para una empresa.

Pero está también el valor de la estabilidad y de la estructura. Una persona casada varias veces, por ejemplo, puede ser sospechosa de inestabilidad emocional.

Se enfrenta entonces un problema que no es fácil de resolver. Porque Dylan tiene razón, no hay nada más estable que el cambio. Está en la naturaleza y, por lo tanto, fue parte del mundo desde siempre. Las estaciones cambian cada año y no solo eso, cada año cada estación es distinta de su equivalente del año anterior. Y la vida siempre se asemeja a la naturaleza. Siempre.

¿Cómo ser abierto al cambio sin cambiar todos los días? Porque nos volveríamos locos sin una casa o una cama que sea la misma lo más seguido posible, por poner un ejemplo tonto pero real. ¿Cómo querer y reconocer a un amigo si cambia todo el tiempo? Es probablemente uno de los dilemas más profundos de la vida actual. Actuamos como si la estabilidad existiera y sabemos que no existe, que lo único permanente es el cambio. Duro problema.

Lo que ayuda al hombre es el miedo. También es un sentimiento pasado de moda y que a nadie le gusta. Pero tal vez si entendemos el miedo como una protección al cambio, podemos tolerarlo mejor. ¿Cómo aceptar que cambio y estabilidad van juntos? De eso se trata. Negar el cambio es una mala protección.

EL PESO DE LOS MODELOS.

"Los modelos paternos son de la mayor significación en la construcción de la personalidad. Por eso a veces se sostiene que una psicoterapia para los padres puede ser un factor favorecedor para el desarrollo socio emocional de los niños...".

Neva Milicic

El título de esta columna refleja una realidad que de algún modo es incuestionable, aunque a veces nos moleste reconocerlo. Los parecidos entre padres e hijos, incluso en aquellas áreas en las que a los hijos les gustaría diferenciarse, saltan a la vista, dando cuenta del peso que las figuras paternas tienen en la socialización y de cómo ellas son un factor decisivo en la adquisición de la identidad.

A propósito de las semejanzas, Luci, una mujer muy lúcida de treinta y cinco años, se quejaba de cómo la había afectado la mezquindad de su madre, argumentando: "Quizás lo que más me molesta es cuando reconozco cuánto de mis actitudes poco generosas, incluso con los que más quiero, se originan en la falta de generosidad de mi madre en mi infancia. Me avergonzaba mucho su tacañería y odiaba el control implacable con mis gastos. Ahora de adulta, tengo que luchar para no caer en esas mismas conductas mezquinas que tanto detestaba".

Está comprobado que los modelos paternos son de la mayor significación en la construcción de la personalidad. Por eso a veces se sostiene que una psicoterapia para los padres puede ser un factor favorecedor para el desarrollo socio emocional de los niños.

No es raro que un padre muy desregulado en sus conductas emocionales, que grita y pierde los estribos al menor contratiempo, se sorprenda ante los arrebatos emocionales de su hijo adolescente; o que una madre muy desordenada reclame por el estado caótico en que se encuentra el dormitorio de su niñita de ocho años.

Por supuesto que no se trata de una predicción fatal, ya que siempre hay márgenes de libertad para superar y cambiar aquello que no nos gusta de los modelos familiares. Sin embargo, es difícil que haya cambios si no hay primero una toma de conciencia de cómo nuestros comportamientos y actitudes puedan estar influyendo en la conducta.

El aprendizaje por imitación es una poderosa fuente de conocimiento. Bandura lo llamó aprendizaje observacional o por modelo, y se considera una de las mejores explicaciones de cómo se produce el aprendizaje social. No sólo se aprende de los padres, sino también de los hermanos. Basta mirar cómo los hermanos más pequeños imitan a sus hermanos mayores en sus conductas, en sus actitudes y en su lenguaje.

No hay que desatender el rol del modelaje en el aprendizaje social.

"Está comprobado que los modelos paternos son de la mayor significación en la construcción de la personalidad".

miércoles, 26 de octubre de 2016

LA MUERTE NO SE SUPERA, SE ABRAZA.

dicen que en esta vida todo tiene solución menos la muerte. Cuando muere un ser que amamos profundamente sentimos un dolor que nos traspasa el alma y nuestro corazón se rompe en incontables pedacitos de frustración al perder para siempre a aquella persona tan especial que acariciaba nuestro ser con cada mirada. ¿Qué puede doler más? ¿Saber que jamás podremos volver a verle? ¿Ese montón de palabras que siempre quisimos decir y no pudimos? ¿El hecho de que nosotras estemos aquí y ellos no? ¿Cómo pedirle al alma que no llore por tantas ausencias? Quisiéramos estar en paz, sabiendo que quien murió se marchó a un lugar mejor, en donde se encuentra la paz y la armonía que todos buscamos… Pero en lugar de pensar así, estamos aquí sufriendo, pensando en el dolor que sentimos y derramando las lágrimas más amargas que nunca pensamos derramar. ¡Cómo  nos gustaría devolver el tiempo y hacer tantas cosas que podrían amilanar la tristeza y pesadez que hay en nuestro corazón! Sabemos que algún día la muerte llegará,  sea por el inefable paso de los años o por los desventurados accidentes y enfermedades que acontecen. Pero nunca estamos preparadas para vivir sin aquella persona dueña de nuestra alma, ello es como si te pidieran que empezaras a morir en vida, que visualizaras lo que desearías que nunca pasara. ¿Cómo frenar aquel oscuro vacío en el que caes cuando ves él lúgubre féretro? ¿Cómo calmar al espíritu cuando tras ese frio vidrio ves a la persona que tantas veces viste sonreír? ¿Cómo borrar las esperanzas de creer que fue una equivocación cuando ves a tu familia llorando sobre ese inerte ataúd? ¿Cómo no derrumbarse al tener que aceptar lo que tantas veces quisimos esquivar? No hay palabras ni consuelos que alcancen a darle luz a las oscuridades que te envuelven. ¿Por qué pensar qué todo va a pasar? ¿Qué la política de esta vida es dejar atrás incluso a quienes amamos y nos amaron tanto? Los comentarios de quienes escuchas se vuelven tan superfluos, tan monótonos y faltos de sentido: ¿qué no entienden que el dolor de la muerte de un ser querido no es un hecho fácil de asimilar? Y llega aquella palabra que quisieras que no existiera: la resignación. Pero ¿qué es la resignación? ¿Recordar que hay cosas que no tenemos en nuestras manos y que simplemente debemos vivir? ¿Acaso la resignación borra la tristeza? Hay tantos sentimientos encontrados, no nos imaginamos seguir respirando sin la presencia de la otra persona…  Pero, aunque no queramos, debemos empezar a resignarnos y a cargar con las responsabilidades de lo que hicimos o dejamos de hacer. ¿Pero saben una cosa? Hay algo que es verdad entre tantas palabras que escuchas:la persona que murió no quisiera que sufriéramos a causa de su partida. Ése ser nos amaba y el amor no es sufrimiento, ¿acaso existe alguien que quiera ver sufrir a las personas que ama? Pero somos personas que no pueden evitar ese remolino de tristezas y llanto. La muerte no es algo que se supere, es algo que se acepta. Quizá no encontremos la salida en mucho tiempo, quizá no superemos las ausencias en muchos meses… Pero hay algo que ni siquiera la muerte rompe: el AMOR, y aunque ya no podamos ver a la otra persona, ni sentir su aroma, ni escuchar su voz, ni mirarle a los ojos, ni abrazarle físicamente, siempre podremos cerrar nuestros ojos para recordarle, para decirle desde nuestro corazón que le echamos de menos, que le amamos, que nos perdone, que nos abrace. Y desde ahí, es donde nacen los verdaderos consuelos: desde la eternidad de un sentimiento y no desde lo efímero de una vida mortal. Abraza tu dolor, seguramente el tiempo, como gran maestro, te mostrará el camino a la sanación de tu alma, porque tú no eres un ser de años, eres un ser de eternidades. Sigue leyendo en: https://www.todamujeresbella.com/8690/cuando-muere-un-ser-amado-2/

lunes, 24 de octubre de 2016

VOTAR, AUNQUE SEA EN BLANCO

"¿Para qué? Para que aunque su voto sea en blanco pueda computarse como tal y ser interpretado de la única manera posible: no me gusta el menú...".

Agustín Squella

Hemos sido convocados a elecciones municipales, algo que es propio de una democracia, aunque esta no se agote en el acto de participar en las votaciones periódicas a que somete diversos cargos públicos. Todos pedimos y esperamos más de la democracia, aunque no por entender que ella no satisface aún ciertas demandas que le dirigimos vamos a dejar de participar en las elecciones. No es apropiado restarse al ejercicio de la democracia real (la que tenemos) en nombre de una democracia ideal (que desearíamos tener), y ese mismo ejercicio es una manera de continuar empujando aquella hacia esta. Suele decirse que los problemas de la democracia se resuelven con más democracia, aunque la verdad es que se resuelven con mejor democracia. Una mejor democracia que depende de la idoneidad de nuestros representantes.

Por tanto, si usted tiene un candidato a alcalde y a concejal de su gusto, vaya a votar. Salga pasado mañana de su casa y haga uso de un derecho que, bien visto, y aunque la ley no lo establezca hoy así, es también un deber. Un derecho y un deber que otorga e impone la ciudadanía, parecido a lo que ocurre con el derecho y el deber de tener un cierto número de años de escolaridad. Sí, no es común que un derecho sea a la vez un deber, pero lo mismo sucede con quienes están matriculados en la educación básica y media: tienen el derecho y también el deber de asistir a clases en el establecimiento que los recibió.

No obstante, vote si quiere es la orden del día desde que tenemos inscripción automática y voto voluntario. Los ciudadanos solo tienen derechos, no deberes, de manera que no se moleste en inscribirse y tampoco en ir a votar: ese fue el mensaje que envió nuestro Congreso Nacional cuando de manera precipitada y oportunista pasó del voto obligatorio a uno voluntario. Una decisión precipitada, sin deliberación suficiente, y también oportunista, por cuanto muchos parlamentarios que la aprobaron, no del todo convencidos, lo hicieron solo como expresión no confesada de su capitulación ante una demanda juvenil con la que querían congraciarse pensando en futuras elecciones. Un error que no pocos de ellos admiten hoy -como también hacemos algunos que por otras razones simpatizamos en su momento con el voto voluntario-, aunque no se atreven a presentar una iniciativa legal para corregirlo. Tampoco el Gobierno se atreve. Otra vez el temor a contrariar a la dominante cultura de los derechos, que será siempre bienvenida, mas no al costo de pulverizar la de los deberes. Dos culturas -si hace falta decirlo- que no se oponen y que nada más se complementan, sin que ninguna de las dos pretenda debilitar y menos acabar con la otra.

Si usted no tuviera candidato a alcalde ni a concejal de su gusto, vaya también a votar. ¿Para qué? Para que su voto en blanco pueda computarse como tal y ser interpretado de la única manera posible: no me gusta el menú, o sea, no me parece idóneo o confiable ninguno de los nombres que aparecen en la cédula, lo cual constituye un mensaje claro para los candidatos que compiten y para los partidos que los presentan. En cambio, la abstención puede ser interpretada de muchas maneras -comodidad (me quedo en cama), frivolidad (me voy a la playa), indiferencia (me da lo mismo), escepticismo (las cosas no van a mejorar), rechazo (ninguno de los candidatos da la talla) o indignación (que se vayan todos)-, tantas que su significado político se diluye.

Junto con ir a votar, incluso en el caso de no tener candidato y hacerlo en blanco, expresemos el deseo de que estas sean las últimas elecciones municipales que se realicen en el marco de una legislación sobre municipios que necesita urgentes reformas para evitar que alcaldes y concejales se momifiquen en sus cargos, para controlar mejor su desempeño, para impedir que durante meses antes de una elección tengan silla y micrófono comprados en radios y canales de televisión regionales, para moderar las excesivas atribuciones de los alcaldes, para profesionalizar la gestión de los municipios, y para eliminar la corrupción que a nivel de ellos se presume más alta que en cualquier otro ámbito público.

DE CHICAGO BOY A CHICAGO GIRL: TRAVESTISMO Y OBTIMISMO.

"Qué distinto sería el Chile de hoy si el gobierno en vez de inspirarse en el resentimiento pesimista y destructivo de Piketty, lo hubiera hecho en el optimismo constructivo y tolerante de McCloskey..."

Gerardo Varela

Coincidiendo con el cambio de pesimismo a optimismo del gobierno, nos visitó Deirdre McCloskey, antes conocido como Donald; economista, escritora de libros y manuales de economía y profesora de la Escuela de Chicago, que a través de varias operaciones se transformó de Chicago Boy a Chicago Girl.

Ella cuenta que a pesar de capitanear un equipo de futbol americano, siempre se sintió femenina, y que su decisión de cambio de sexo (1995) se inició tímidamente poniéndose aros. Cuando le confiesa al decano de Chicago que ha decidido salir del clóset, se produce una pausa de silencio, el decano la mira con cara de intriga y preocupación, y McCloskey le espeta que se cambiará de sexo. El decano de Chicago respira aliviado y le dice "que tranquilidad; por un momento pensé que habías decidido hacerte socialista".

McCloskey es una historiadora económica y tiene un libro muy interesante sobre la "igualdad burguesa". En él propicia y lucha por la verdadera igualdad, que es la liberal: una igualdad ética y no económica. Es una igualdad de trato, de dignidad, de derechos y de oportunidades. Es la igualdad que se logra en sociedades libres, con un gobierno de leyes, con justicia independiente y economías de mercado.

La igualdad económica o de resultados le parece utópica y piensa que solo se logra coactivamente. De hecho, cuando la política se ha centrado en buscar esa igualdad, como hemos experimentado con este gobierno, solo se genera odio; se sacrifica la libertad y se destruye el progreso, como en Cuba.

Con Deirdre se entiende la diferencia entre el cambio de sexo y el travestismo. El primero supone una convicción profunda que fuerza a una persona a recorrer una ruta doloroso en lo físico y en lo emocional. Es un camino sin retorno, y por eso a ella le tomó 50 años decidirse. Distinto es el travestismo, que es simplemente vestirse, o disfrazarse, de mujer. Esto es ocasional, indoloro y reversible.

Nuestro gobierno ahora ha decidido cambiar de negativo y pesimista, a positivo y optimista. Después que Chile era el país más desigual del mundo, plagado de empresarios abusadores, donde nadie pagaba impuestos y la educación era un mamarracho elitista, retrograda y excluyente, de pronto se transforma en un país de emprendedores, trabajadores responsables, con un clima y medio ambiente únicos en el mundo. Esto nos lleva a la pregunta obvia, estamos ante un acto de travestismo oportunista y transitorio o de un genuino cambio irreversible de ideas.

Yo siempre he sido optimista y he creído que tenemos un país fantástico. Hemos progresado enormemente, y si no fuera por este gobierno, su mal diagnóstico y su peor desempeño, seguiríamos progresando. Ahora quiero creer que este cambio gubernamental es genuino. Que el gobierno tiene la convicción de que los chilenos no somos perversos, aprovechadores ni egoístas, sino que como buenos seres humanos, tenemos un poco de todo, y dependiendo de los incentivos que las políticas públicas nos pongan, saldrá lo mejor o lo peor de nosotros.

Como enseña Deirdre, Estado hemos tenido siempre, pero el progreso del mundo solo se logra a partir del liberalismo del siglo XVIII, cuando la filosofía política se centra en respetar al individuo y sus derechos. Son esas ideas pacifistas de libertad individual y protección legal de las personas y su propiedad frente al soberano que genera el progreso del mundo occidental. Las ideas del nacionalismo y socialismo del siglo XIX con el refortalecimiento de los estados y el belicismo asociado, son las que generan los grandes conflictos del siglo XX. A los ideólogos de este gobierno les haría bien estudiar y escuchar a Deirdre.

Alguien dijo que hoy muchas mujeres pueden comportarse como hombres, pero pocas pueden actuar como caballeros. Deirdre, con su humanidad e inteligencia, logró transformarse además de mujer, en una dama. Sus ideas, cultura y humanidad son un bálsamo para nuestro país. Qué distinto sería el Chile de hoy si el gobierno en vez de inspirarse en el resentimiento pesimista y destructivo de Piketty, lo hubiera hecho en el optimismo constructivo y tolerante de McCloskey.

ME-O Y EL CELO DE LA JUSTICIA.

Sin abordar los hechos en que aparece envuelto, Marco Enríquez-Ominami atribuye su situación judicial a una acción artificial para sacarlo de la carrera presidencial... En la conferencia de prensa que siguió a su audiencia de formalización del día martes, Marco Enríquez-Ominami alegó ante los medios de comunicación, una vez más, la supuesta persecución política del fiscal Pablo Gómez en su contra, a quien ha tildado de "operador político de Sebastián Piñera", por estar casado con la ex ministra de Justicia Patricia Pérez. Poco antes, durante la formalización, su defensa hizo ver que una eventual acusación del candidato buscaría "achicar la cancha presidencial", pues esa medida procesal tendría como efecto la suspensión de los derechos políticos del acusado.

Independientemente de la estrategia comunicacional que haya decidido seguir el candidato Enríquez-Ominami, la que por lo visto intenta presentar su delicada situación judicial como un obstáculo interpuesto artificialmente por uno de sus rivales en la carrera presidencial, el hecho concreto es que le fueron imputados delitos tributarios por ingresos que ascienden a $391 millones que no pagaron impuestos, lo que entraña un considerable perjuicio fiscal. Sobre esto, sin embargo, el candidato no hizo mayor referencia en su despliegue comunicacional, dedicado más bien a sembrar dudas sobre las intenciones del fiscal Gómez al perseguir responsabilidades en su caso.

El proceder de ME-O y de su defensa no es nuevo. Como él, conocidos aspirantes a la presidencia de sus países siguieron una receta parecida cuando se vieron en problemas con la justicia, caso ejemplificado últimamente por Keiko Fujimori y Lula da Silva. Pero por más que se repita este tipo de fenómeno, no deja de asombrar el hecho de que, al quedar envuelto en un delito, un candidato a la presidencia se defienda cuestionando la actuación de un poder del Estado, que lo dejaría fuera "por secretaría". Aunque es cierto que ME-O se cuidó de no acusar a la fiscalía en su conjunto, e hizo aspavientos de presentarse ante la ley sin pretenderse merecedor de ningún privilegio, con sus dichos pone en duda la rectitud del proceder de una institución pública por el solo hecho de realizar su labor.

El principio de igualdad ante la ley que implícitamente el candidato ME-O parece echar en falta en su caso, existe para que la acción de la justicia se haga efectiva a pesar de las influencias que busquen coartarla. Esto, la acción irrestricta de la justicia, es precisamente lo que defiende quien alega inocencia cuando tiene oportunidad de presentar sus descargos por el delito que se le atribuye. Lo que hace ME-O al cuestionar el celo con que dicha acción se está llevando a cabo es exactamente lo contrario, y su sostenido silencio ante la opinión pública para aclarar los hechos en que aparece envuelto tampoco ayuda a su causa.
ßy

PARTICIPAR EN POLITICA

Me cansé de escuchar a tantas personas inteligentes decir que en Chile necesitamos una Gran Política. Una que no provoque las desconfianzas y decepciones que sentimos hoy, al comprobar lo poco competente, soberbios y muchas veces corruptos que son los políticos. Nos dicen que a nuestros representantes les falta una visión de Estado, que esté por encima de sus mezquinos intereses individuales. Afirman que una mejor democracia depende de la idoneidad de nuestros políticos, pero que si este domingo no hay un candidato a alcalde y concejal que les llene el gusto, voten en blanco, como señal de que no les gusta el "menú". Afirman que es hora de actuar, de crear un movimiento nacional de ciudadanos, que admita personas de las más variadas visiones ideológicas.

Con todo respeto, quiero decir que mientras cada uno de ellos, en forma individual, no esté dispuesto a participar activamente en política, nada de lo que critican cambiará. ¿Saben ellos cuánto tiempo hemos dedicado los políticos a que gente preparada e inteligente como ellos participe en elecciones al Congreso o municipales? Muchísimo tiempo y con muy poco éxito.

Sepan ellos que los que nos hemos dedicado a la política también tuvimos la oportunidad de dedicarnos a nuestras profesiones. Sin embargo, los graves problemas del país durante nuestra juventud y, probablemente, una especial sensibilidad, nos hizo dejar de hablar sobre lo mal que estaban las cosas en Chile y dedicar parte importante de nuestras vidas a la política. Ninguno de nosotros estudió para ser político y muchos de nosotros no hemos hecho de la actividad política nuestra "profesión" permanente. Para un político que tiene un título universitario o técnico, no es fácil reincorporarse a la vida privada una vez que deja la actividad pública. La verdad es que es muy difícil. Nos miran con desconfianza, por lo que no es exagerado decir que nuestros estudios perdieron parte importante de su valor por dedicarnos a la política.

Muchos de ellos pensarán que ya no están jóvenes como para empezar una vida política. Que ya se han dedicado con éxito a las humanidades, las ciencias, las artes, los negocios u otras actividades. Esa es una excusa, si realmente creen en lo que escriben: que la política, aquella actividad humana que nos afecta a todos en los temas más importantes, necesita un cambio hacia la Gran Política. Ojalá tomen la decisión de conquistar las mentes y los corazones de los chilenos para ganar su confianza y lograr que los elijan en juntas de vecinos, municipalidades, Congreso, etcétera. Para tomar esa decisión solo es necesario ser jóvenes de espíritu y tener la dedicación, la paciencia y las agallas de plantearles cara a cara a los chilenos que ellos son los mejores para representarlos.

Ojalá dejen de pensar en crear nuevos referentes que incluyan a chilenos de izquierda, centro y derecha. Esa es la receta para que finalmente nada cambie. Lo único que vale para cambiar las cosas es el compromiso personal, por largos períodos de tiempo. ¿Están dispuestos a eso? Solo ellos conocen la respuesta.

Julio Dittborn Cordua

VAN A IR , VAN A SONREIR Y LO VAN A PASAR BIEN.

Gerardo Varela:

"El padrón electoral es sacrosanto porque de la confiabilidad de una elección deriva la legitimidad de la democracia y de nuestros representantes...".
Un amigo educa sus niños a la antigua. Y, por supuesto, como yo he fracasado en domar a los míos, él cuenta con toda mi admiración y respeto.

Entre sus muchas virtudes pedagógicas está la frase que titula esta columna. Cuando tiene esos panoramas al que los hijos se rehúsan a asistir y empiezan con el mañoseo, él los escucha un rato hasta que se cansa y, con voz firme pero serena, les dispara: "Se acabó la discusión. Van a ir todos, van a sonreír y lo van a pasar bien. Y después, este día lo recordaremos como un día feliz en que todos nos entretuvimos".

Yo creo que esa disciplina y voluntarismo férreo califica a mi amigo para asumir el Ministerio del Interior en esta nueva hora de optimismo, buena onda y positivismo del gobierno. En estas elecciones, mi amigo hubiera ordenado que todo votante concurriera a las urnas y, sin importar que viva en Punta Arenas y vote en Alto Hospicio, les hubiera dicho que voten, sonrían y sean felices. Pienso que frente a esta tragicomedia nacional no queda otra. Esta elección está marcada por tres palabras: Indiferencia, incompetencia e indolencia

La indiferencia de la ciudadanía con la elección solo me habla de fastidio con la res publica . La elección municipal es la menos épica, pero la más relevante en nuestra vida cotidiana y, sin embargo, ni ella logró entusiasmar a los vecinos.

La incompetencia de nuestras autoridades, para una vez detectado un problema enfocarse en solucionarlo, se ha tornado patológica. En una era de emails y celulares, nuestras autoridades se comunican mediante oficios que tardan tres días en llegar a destino y tres semanas en responderse. No tienen otro propósito que, junto con denunciar un problema, poner a buen recaudo la responsabilidad del funcionario de turno, para que cuando llegue la hora de rodar cabezas no sea la suya la que caiga. Es el problema sistémico con el Estado, un monopolio, que solo castiga a los que se equivocan, pero jamás premia a los que aciertan. Es hora de un acuerdo nacional para reformar un Estado anquilosado que los políticos han capturado para los amigos y camaradas que además se solazan en la ineficiencia. Y todo con cargo a un presupuesto fiscal más grande que la economía de Uruguay.

Finalmente, la indolencia. La Presidenta, en su estado de negación, sostiene que el problema venía del año 2012. Y si era tan antiguo, ¿por qué no lo solucionó antes? ¿O ella solo soluciona los problemas que su propio gobierno genera (que, por cierto, mantendrán ocupados a los próximos tres gobiernos)?

El padrón electoral es sacrosanto porque de la confiabilidad de una elección deriva la legitimidad de la democracia y de nuestros representantes. Esta elección, y la comedia de equivocaciones que la precedió, quedará en los anales de la incompetencia nacional. Por eso, y obedeciendo al optimismo ordenado desde La Moneda, con una sonrisa recordaré este día como un día feliz en que todos nos entretuvimos... Aunque sea mentira.

¿ EL COMIENZO DEL CAMBIO ?

Harald Beyer:
"La oposición tiene más espacio para pensar adecuadamente su estrategia. Ha logrado una plataforma interesante para proyectar su candidatura presidencial para el próximo año, pero tampoco tiene demasiada libertad para cometer errores..."
Estos resultados habrá que masticarlos por varios días para tener una mejor interpretación del mensaje que los ciudadanos quisieron transmitirles a nuestros políticos. Hay, evidentemente, un castigo al oficialismo, expresado no solo en los resultados de algunas comunas emblemáticas -Santiago y Providencia tienen indudablemente ese carácter-, sino también en la votación de las coaliciones, particularmente de alcaldes. En términos generales, la coalición opositora se ha beneficiado de ese castigo. No solo ha obtenido comunas emblemáticas, sino muchos de sus alcaldes titulares han aumentado su votación. Podrán sostener que ha comenzado un cambio de signo político. Por cierto, también hay alcaldes oficialistas que han obtenido buenos resultados, lo que sugiere que el castigo no ha sido completo. No es aventurado sostener que este se ha concentrado con más fuerza en figuras cercanas a la Presidenta Bachelet y con un carácter nacional. Pero la interpretación política en esta coyuntura parece clara.

Por supuesto, es difícil concluir que aquí exista algo definitivo, sobre todo en un escenario político tan fluido. Hay resultados sorpresivos como los de Valparaíso, que sugieren que las dos coaliciones principales pueden ser, en algunas circunstancias, desafiadas exitosamente. Pero, claro, aún no parece existir suficiente fuerza en el país para lograr un impacto significativo. Algunas nuevas caras de esas dos coaliciones, que incursionaron por primera vez en estas lides, tuvieron buenos resultados. Así, ambas coaliciones siguen dominando claramente los resultados agregados y en algunas comunas mostraron capacidad de renovación. Ello sugiere que logran representar a un grupo amplio de sensibilidades en el país.

La abstención fue la convidada de piedra a esta elección. Hay una caída importante en la participación que va a ser interpretada como una muestra del gran descontento ciudadano que existiría en el país. Sin embargo, ahí donde hubo una oferta amplia, incluso de grupos muy críticos de ambas coaliciones y de las instituciones y políticas públicas que el país ha desarrollado, la participación no fue muy distinta de otros lugares donde ello no era el caso. No se puede hacer, por tanto, una lectura tan clara de esta situación. Las razones para no votar son muchas, pero el panorama global no permite concluir que a la base de este fenómeno exista un cuestionamiento profundo al funcionamiento de nuestra democracia. Hay otros países que en este tipo de elecciones tienen tasas de participación aun menores a las observadas ayer. Por supuesto, hay problemas que deben y, en alguna medida, se están enfrentando. En todo caso, es un llamado de atención que las distintas fuerzas políticas no pueden desconocer.

El Gobierno queda en una posición aun más debilitada. Sus candidatos presidenciales seguramente fortalecerán sus recorridos por Chile. Intentarán recuperar un voto que parece esquivo. La oposición, en cambio, tiene más espacio para pensar adecuadamente su estrategia. Ha logrado una plataforma interesante para proyectar su candidatura presidencial para el próximo año, pero tampoco tiene demasiada libertad para cometer errores. La unidad en esta coalición no ha sido fácil, pero en esta elección mostró las ventajas que ella tiene. La competencia recién comienza y si bien la oposición parte con alguna ventaja, ambas coaliciones tienen el deber de convocar el próximo año a los electores con propuestas que logren atraerlos a las urnas. El desafío es mayor, pero no imposible.

Harald Beyer

NUMERO DE LA SEMANA DEL AÑO .

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domingo, 23 de octubre de 2016

LOS ALCALDES QUE QUIEREN LOS CHILENOS .

Ignacio Irarrázaval:

"Así, pareciera que un buen alcalde será aquel que sea capaz de conjugar la probidad y la capacidad técnica, que ajuste las expectativas de los vecinos con las atribuciones reales que tiene..."

¿Honesto, cercano, buen administrador, que sea de la comuna, que represente mis ideas o que tenga experiencia? Al preguntarles a los chilenos cuál de estos atributos es el más importante para ser un buen alcalde o alcaldesa, el 40% priorizó la honestidad, según la Encuesta Nacional de Percepciones Ciudadanas sobre Municipios realizada por el Centro de Políticas Públicas UC y BCI. La grave crisis de confianza que atraviesa nuestro país explica que esta virtud, que debería ser lo mínimo esperado y exigido de los alcaldes, cobre tal relevancia y valoración.

Sin embargo, para recuperar la confianza, no basta la honestidad, porque junto con la probidad hay otro eje clave: el de la capacidad técnica. Se requiere una buena gestión, que dé respuesta a las necesidades de la comunidad. Los plazos se deben cumplir, las obras deben terminarse, el diseño acordado con los vecinos debe respetarse para que la confianza se mantenga. El problema es que en el actual escenario hay altas expectativas de las personas y poca claridad respecto de las funciones y atribuciones del municipio. Según la misma encuesta, 67% dice conocer poco o nada los servicios, actividades y labores que estos realizan. La ciudadanía tiende a exigir a la municipalidad lo que el gobierno central no cumple, lo que perjudica la percepción de esta en cuanto a su capacidad técnica. Es lo que ocurre con la seguridad ciudadana, que no compete exclusivamente al municipio, pero que los vecinos evalúan como la peor área, con nota 4,0.

Otro aspecto clave para evaluar la labor de un buen alcalde o alcaldesa es la corresponsabilidad de los vecinos. Si la autoridad comunal no cuenta con la colaboración de los vecinos, no se valorará todo lo que intente hacer por su cuenta, porque ni aunque sea un "superalcalde", será efectivo. Para lograr la corresponsabilidad se necesita confianza, porque desde ahí se puede concitar la colaboración de los ciudadanos, de forma que estén comprometidos en la construcción de una mejor comuna. Si la municipalidad tiene la mejor tecnología para recolectar la basura, pero los vecinos la sacan en un día y hora que no corresponde, entonces no hay forma de tener una comuna limpia.

Un buen alcalde debe estar atento a las demandas, los intereses y las preocupaciones de los vecinos, porque es capaz de influir en diversos aspectos de su vida diaria. Fomentar la coordinación de los vecinos para prevenir delitos, contar con médicos suficientes en los consultorios, controlar a los perros abandonados y mejorar el estado de las calles y veredas son algunas de las acciones que ellos mismos priorizan en el último estudio de la UC. Las autoridades locales deben estar atentas para responder a estas necesidades: la seguridad ciudadana se percibe como el problema más relevante en todos los niveles socioeconómicos y su importancia aumenta en las comunas de mayor tamaño; mientras que el problema de los centros de salud primaria y consultorios es más relevante en las comunas más pequeñas, de menos de 20.000 habitantes. Las personas reconocen que la institución que tiene más capacidad de ayudar a solucionar los problemas de calidad de vida que las afectan es, justamente, el municipio, tal como ha mostrado la Encuesta Bicentenario UC-Adimark. Se acercan a este para realizar trámites, para solicitar información y también para reclamar.

En este sentido es muy importante igualmente la participación. Lo que revela la Encuesta de Percepciones Ciudadanas sobre Municipios es que el 75% de los chilenos cree que es importante para la gestión municipal que se considere la opinión de los vecinos y 70% dice haber participado en alguna instancia de opinión local, pero lo que refleja la medición es que esta participación no se ha dado en los canales tradicionales. Es un desafío para la autoridad municipal ser capaz de establecer espacios de participación que sean cómodos para los vecinos, que los motive a seguir involucrándose con el municipio y que sea capaz de canalizar sus opiniones e inquietudes, porque esto también fomentará la confianza. Las largas reuniones que antaño eran anheladas por los vecinos, en tiempos de redes sociales ya no son lo que las personas demandan.

Así, pareciera que un buen alcalde será aquel que sea capaz de conjugar la probidad y la capacidad técnica, que ajuste las expectativas de los vecinos con las atribuciones reales que tiene, que sepa escuchar las necesidades de las personas de su comuna y que pueda contar con ellas para ayudarlo en su labor durante los cuatro años en el cargo. En definitiva, alcaldes y alcaldesas que sean capaces de construir una relación de confianza con sus vecinos para que en 2020 la honestidad se dé por hecho y no sea la principal característica que tengamos que buscar en nuestras autoridades.

ANALISIS ELECTORAL EN FRÍO

Los análisis electorales post-elecciones suelen ser apasionados. Hay una tendencia generalizada a dar como ganadora, de una forma u otra, a la coalición de preferencia, o bien a encontrar que los resultados confirman la teoría política que se viene afirmando hace tiempo.

Con esto en mente, decidimos definir los criterios en base a los cuales analizaremos la próxima elección ex ante, de modo de no sesgar nuestra visión de los resultados por lo que suceda el domingo 23. Hacemos esto para siete preguntas que a nuestro juicio serán las más relevantes tras esta elección: tres relativas a participación electoral, tres a resultados políticos y una sobre la ventaja de los alcaldes que buscan la reelección.

Por ejemplo: 1) ¿Fue la participación electoral baja? Mirando los datos históricos de Chile y algunos datos de otros países, diremos que sí lo fue si es menor a 40%, pero medida sobre la población en edad de votar (para soslayar los problemas que ha tenido el padrón electoral, sobre todo durante el último tiempo); 2) Pensando en el fin de la lógica del binominal, ¿observamos un menor peso de las dos coaliciones tradicionales? Basado en un análisis de las últimas elecciones, diremos que efectivamente las coaliciones "binominales" perdieron fuerza si juntas obtienen menos que el 70% de los votos de concejales o que el 72% de los votos de alcalde. (Ver documento completo en www.cepchile.cl).

Estos criterios, por cierto, son arbitrarios. Pero al menos lo son ex ante, y no ex post. Invitamos a los analistas que difieran de nuestros criterios a plantear los propios, pero antes de la elección. Esto contribuirá a un análisis más objetivo y razonado de cómo se manifiesta el pueblo el próximo domingo 23 de octubre.

Loreto Cox A.
Ricardo González T.
CEP

sábado, 22 de octubre de 2016

¿ POR QUE LA MUNICIPALIDAF ES DECISIVA .?

José Miguel Insulza :

De las instituciones públicas del régimen democrático, el municipio es la más cercana a la vida cotidiana de la gente. Los estudios más modernos consistentemente identifican al alcalde, en el espacio de cada comuna, como uno de los dos personajes más conocidos por la población.

De las instituciones públicas del régimen democrático, el municipio es la más cercana a la vida cotidiana de la gente. Los estudios más modernos sobre la relación entre ciudadanos y autoridades consistentemente identifican al alcalde, en el espacio de cada comuna, como uno de los dos personajes públicos más conocidos por la población, casi en el mismo nivel del Presidente de la República.

La razón es obvia. El municipio es, por su situación territorial y por su entidad institucional, la institución más directamente ligada a la vida cotidiana de las personas. Cosas tan esenciales y diarias, como la limpieza y el alumbrado en las veredas, los espacios recreativos, el estado del pavimento, se unen a aspectos tan esenciales como los consultorios de salud, la calidad de las escuelas e incluso la seguridad, como exigencias dirigidas al municipio y al alcalde, que es visto como principal responsable, incluso de asuntos que no dependen solamente de él. El juicio sobre los ediles se hace día a día: las exigencias de pronta atención, calidad de servicios, atención de necesidades urgentes y transparencia en la gestión son severas, porque al fin y al cabo los representantes municipales están a la mano y la gente lo sabe.

En un tiempo en que la exigencia de descentralización del poder en la República es vista como un aspecto esencial de la democracia, un buen municipio es la forma de descentralización más antigua y más cercana al ciudadano de a pie. Si los municipios funcionan bien, muchos de los problemas que serían a primera vista locales o regionales ni siquiera llegan a ese nivel. La democracia, a nivel regional y nacional, descansa sobre estructuras comunitarias capaces de gestionar. Y, para quienes quieren fortalecer la participación, no cabe duda de que el municipio proporciona las mejores condiciones para la práctica de formas más directas de democracia.

Si estamos de acuerdo en todo lo anterior, es difícil entender la falta de atención efectiva que se presta, en un período de elecciones comunales, a los problemas reales del municipio. Solo esporádicamente los dirigentes nacionales se refieren a los temas del municipio: a la falta de urbanización que afecta a vastos sectores de las ciudades; al funcionamiento y recursos de los consultorios de salud, a la educación aún municipalizada, a las actividades de los municipios para beneficio del adulto mayor y tantos otros. Muchos dirigentes nacionales han preferido interpretar la próxima elección comunal como un preludio a las campañas presidenciales y parlamentarias de 2017.

Sin embargo, son muchos los alcaldes y los nuevos candidatos los que han formulado nuevas propuestas audaces, y obtenido resultados importantes para sus ciudadanos. El ejercicio que concluye será recordado entre otras cosas por las farmacias y ópticas populares nacidas en Recoleta y extendidas a muchas otras comunas, por el éxito de San Ramón, que saltó 20 lugares en el Índice de Calidad de Vida y, en general, por las numerosas muestras de iniciativa y creatividad que han dado nuestros alcaldes en gran número de municipios del país; así como por las ideas novedosas que se proponen hoy al calor de la elección. Para ser alcalde o concejal, ya no basta con administrar, hay que ser capaz de crear, de tener iniciativa, y muchos lo están demostrando.

Por cierto, el endémico desfinanciamiento de las comunas -a la gran mayoría de las cuales la ley asigna una cantidad de tareas muy por encima de los recursos de que dispone para cumplirlas- sigue siendo un problema principal. El Fondo Común Municipal, dispositivo que permite transferir fondos excedentes de un pequeño puñado de comunas de muy altos ingresos a un largo número de municipios con déficits endémicos, no es respuesta suficiente a las condiciones de desigualdad en que se desarrollan las comunas del país. Baste recordar que muchas, con mucho esfuerzo, apenas consiguen dotar a sus escuelas de un presupuesto por alumno que no alcanza a la décima parte de lo que destinan las comunas más ricas. Algo similar ocurre con la salud e incluso con la seguridad pública, tema en que algunos municipios pueden dotar a Carabineros de otros elementos con sus propios recursos y crear sistemas adicionales de vigilancia, mientras otros carecen de elementos de protección suficientes.

En suma, esta campaña municipal no es un simple preludio para otras batallas electorales. Concurrir a votar y elegir a los mejores no es solo una obligación democrática, es también una necesidad para los ciudadanos y ciudadanas de las comunas del país que requieren imperiosamente los mejores gobiernos comunales para el mejoramiento de su condición de vida.