domingo, 17 de julio de 2016

LA COBARDÍA.

" NADA es más cobarde que fingirse valiente delante de Dios"
                                                                                                          BLAS PASCAL.

Cobardía y valentía son nociones enfrentadas y antagónicas. La primera es despreciada y censurable ( Ap. 21:8). La segunda es elogiada y deseable (Jos 1:7 -9). Con todo, a no ser que esten en juego asuntos de vida o muerte,  el cobarde no suele generar más que algo de fastidio en los que lo rodean , sobre  todo si su cobardia  se limita a asuntos triviales como por ejemplo, el miedo a los ratones o el temor a las inyecciones, entre otras tantos. Pero lo que si se puede agravar la cobardia  y la percepción que otros tienen del cobarde es el fingimiento ostentoso y desafiante por el cual este presume ser valiente sin serlo. Podemos tolerar la cobardia por si sola, pero no la cobardia unida a la hipocresía( Le. 12:1) . Y esto es así porque sabemos a qué atenernos con un cobarde en una situación extrema, pero no con el que además de cobarde, es hipócrita. En otras palabras, no edtamos engañados ni con expectativas irreales respecto del cobarde manifiesto, pero sí lo solemos estar en el caso del cobarde encubierto que presume de valentía , con evidente riesgo para nuestra vida sí, engañados, hemos depositado nuestra confianza en quien creíamos valiente. Por eso la cobárdia maxima es la del cobarede que se finge valiente. Porque aun para reconocerse cobarde se requiere algún grado de humilde valentía . Valentía mínima de ña que carece el cobarde que finge. Ahora bien, el ser confrontados personalmente por un Dios justo y santo debería ser algo intimidante en grado sumo para toda persona consciente de su pecado . Aquí la cobardía estaría más que justificada para todos los seres humanosy debería  incluso ser la norma. Ante Dios el tratar de huir por nuestra vid a sería algo de simple sentido común. Es, pues, inútil pretender resisrirnos y luchar contra Dios finguiendo valentía y la única manera de triunfar cuando nos enfrentamos a Dios es, entonces, rindiéndonos por completo a Él . Porque lo único que se logra al fingir valentia ante Dios es, como en el caso del emperador romano Juliano, apodado "El  Apostata", o el más recientd de José Stalin, un puño inpunemente kevantado al cielo , en postrero y desesperado  gesto   de fingida pero totalmente infructuosa valentía :
                                    El impio se ve atormentado toda su vida, el desalmado tiene los años
                                         contados[...] y todo por levantar el puño contra Dios y atreverse
                                                                      a desafiar al Todopoderoso.
                                                        ,                                                                ^Job 15: 20, 25 NVI.  

            

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