lunes, 18 de mayo de 2015

LA LECCION DE LUCSIK

"Más que mostrar la falta de probidad de los políticos, es un síntoma de que se ha descuidado a esas fuentes de poder extraestatal que son a veces más grandes y más influyentes que el Estado..."


CONSEJOS NO SOLICITADOS

Este fin de semana Francisco Varela Opinologo de el Mercurio
"La reforma laboral es mala para el empleo porque es mala para la inversión. Dé más libertad a las materias de negociación colectiva, eso fomenta la sindicalización y mejora las relaciones laborales, pero no permita que un sindicato pueda tomar de rehén a la empresa..."

Aconsejaba de esta manera a la Srta. Michael Bachalet y el muy suelto de huesos le manifestaba " los abogados vamos por la vida aconsejando al prójimo y por eso aconsejaré a nuestra Presidenta sobre cómo reflotar nuestro Chile querido que dejó de navegar hace 18 meses.
Desde la distancia se aprecia que Ud. tiene tres problemas, uno personal, uno político y uno económico. En la administración de cualquier cosa, uno tiene que tratar de lidiar con un problema a la vez. Los chilenos sufrimos el síndrome del garzón nacional, que cuando simultáneamente tiene tres mesas que atender, se pasma y atiende mal las tres. Ud. debe evitar ese defecto, recapitular y priorizar.

Lo primero es olvidarse elegantemente del programa. Es un arma de destrucción masiva de la armonía social y la prosperidad económica. En estos 18 meses ya ha visto una sinopsis de la película, que es un poco más larga pero de final conocido. Yo sugiero que sin ceremonias ni estridencias relegue el "programa" a algún rincón de su biblioteca, donde están arrumbados el "Libro Rojo" de Mao, "Eel capital" de Marx y las teorías "científicas" de Lysenko.
El problema más fácil es el económico. Ya sacó a Arenas. Nómbrelo embajador en Venezuela, para que vea cómo termina lo que empezó. La ciencia económica y la historia muestran claro el camino hacia el desarrollo. Ahora tiene que recuperar la inversión que se le cayó como piano. Sin inversión no hay crecimiento y sin crecimiento no hay empleo. Es fácil y escríbaselo a los ministros: "Sin inversión no hay crecimiento y sin crecimiento no hay empleo". Respete la institucionalidad, agilice la burocracia y no debilite los derechos de propiedad, porque a nadie le gusta invertir en bienes ajenos o en un derecho precario. Las personas privilegian lo propio y explotan lo ajeno. Por eso nadie depreda su jardín y todos depredan el medio ambiente.
La reforma tributaria mándela al mismo lugar donde dejó el programa. Usted se ganó en las urnas el derecho de subir impuestos, pero la reforma tributaria está mal hecha. Vuelva atrás, mantenga el sistema antiguo, cierre un par de forados y deje la tasa en 25%. El DL600 consérvelo. Es muy importante para los extranjeros e irrelevante para Chile. No se crea eso que ya somos serios y no se necesita. Por mi escritorio pasan muchos inversionistas que, después de escuchar sobre la retroexcavadora, se llevan la plata a otra parte y me felicitan desde Pudahuel por la seriedad del país.
La reforma laboral es mala para el empleo porque es mala para la inversión. Dé más libertad a las materias de negociación colectiva, eso fomenta la sindicalización y mejora las relaciones laborales, pero no permita que un sindicato pueda tomar de rehén a la empresa, porque lo va a hacer una sola vez y hay empresas que nunca van a nacer ante el riesgo que se lo hagan.
Gobernar tiene más que ver con el sentido común femenino que con los delirios ideológicos masculinos. Despida a los ideólogos que nunca han trabajado y que prometen un futuro paradisíaco mientras crean un presente infernal y a los burócratas que quieren hacerse famosos regulando o destapando escándalos mediáticos sin sustancia jurídica. No en vano Sartre, que no era precisamente momio, decía que "solo los que no reman pueden dedicarse a mover el bote".
Ahora la política. Aquí hay dos temas que molestan a la gente. Primero: la seguridad. El robo campea; los carabineros no tienen respaldo político; cualquiera que proteste se siente en el derecho de restringir la paz y libertad del resto. Ninguna democracia se ha quejado por el exceso de orden y seguridad, y es lo primero que se aprecia cuando uno viaja al Primer Mundo.
A continuación, la reforma educacional. Uno tiene que escuchar a los niños, pero después pasar sus ideas por el cedazo de la experiencia. La reforma educacional es mala en su mejor día. Limita las libertades de elegir y de emprender, le quita poder a la gente y se lo pasa a la burocracia y no mejora la calidad. Otro proyecto para el rincón del olvido.
Finalmente, respecto de sus temas personales, yo siempre les digo a mis clientes que para eso están los amigos, la familia o los curas, así que mientras no me honre con su amistad no puedo ayudarla.

GOBERNAR TIENE MÁS QUE VER CON EL SENTIDO COMÚN FEMENINO QUE CON LOS DELIRIOS IDEOLÓGICOS MASCULINOS.

UNA FUERZA TRANQUILA

Leia este fin de semana a dos conocidos Opinologos politicos sobre el momento politido en Chile y baya que gran verdad,
Jorge Correa Sutil decia : Que la ciudadanía demostró que tiene un bajo umbral de tolerancia ante la corrupción y que es indócil a explicaciones inverosímiles..Entre otras de las cosas decia que la opinión pública acabada de dar una demostración elocuente de su dignidad y sensatez, pero, sobre todo, de su enorme fuerza. Sin necesidad de salir a la calle, sin moverse de su escritorio, le bastó con contestar encuestas para derribar un gabinete y renovar el aire de la política venida muy abajo en estas ultimos dos meses-
El cambio no se hizo necesario por maniobras de la derecha, ni por peleas internas, menos aún por la desabrida explicación de que es necesario renovar equipos ante nuevos desafíos. Lo que pasó es que cualquier gobierno, pero particularmente uno que se propone hacer cambios profundos, no puede hacerlo con un tercio o un cuarto de apoyo ciudadano y un rechazo mayoritario. Las elecciones son periódicas, pero la confianza ciudadana, capital indispensable de todo actor político, es batalla diaria. El cambio de gabinete se hizo indispensable para intentar recuperarla, y lograrlo será su difícil tarea.
La ciudadanía demostró que tiene un bajo umbral de tolerancia ante la corrupción y que es indócil a explicaciones inverosímiles, incluso respecto de autoridades políticas en quienes, no hace mucho, depositaba una enorme confianza y esperanza. El mismo país que eligió por abrumadora mayoría a una coalición que enarbola las banderas de la igualdad le ha recordado el trato respetuoso que es exigible entre iguales. Una opinión pública sensata y crítica es el principal capital político del país, y su presencia permite tener optimismo ante esta y otras crisis.
Como un reconocimiento y un tributo a esta fuerza se instala en el Gobierno, y en la coalición que lo acompaña, la idea de comunicar bien lo que se hace. Nadie podría discutir esa tarea, pero hay que tener cuidado con dos variantes que pueden perder este propósito.
La primera es considerar que el problema radica en el auditorio; que la gente no capta bien o rápido lo que en la política pasa. Asumirlo sería otra falta de respeto que puede pagarse cara. Si las promesas son claras y los planes y metas coherentes y precisos, el castellano que las explique fluirá fácil y sencillo y la gente no necesitará que se las reiteren muchas veces para adherir a ellas.
La segunda es salir a comunicar deseos. Lo que debe comunicar un gobierno no son propósitos, buenas intenciones o intuiciones, sino metas, una vez que estén bien y precisamente elaboradas. Aún menos bueno para una coalición política gobernante es comunicar frases altisonantes, desafiantes y pendencieras (la retroexcavadora, la más notable, desgraciadamente no la única que registró el primer año). A la gente puede entretenerla la reyerta política, pero está más que demostrado que es uno de los caracteres que más repudia de ella.
Si no leo mal el resultado de las últimas elecciones, el sueño y el afán que debiera orientarnos es el de un país más inclusivo e igualitario. Reiterar esa finalidad una y mil veces será necesario, pero no bastará con ello, pues lo que la ciudadanía juzga de un gobierno son sus logros, aquellos que impactan su vida o la de próximas generaciones. Entonces, para recuperar la confianza, este gobierno necesita comunicar planes y proyectos prolijamente urdidos que parezcan eficaces para alcanzar la promesa de igualdad en que funda su mandato. Ni el proceso constituyente debe librarse de este requerimiento.
Ni la invocación del épico triunfo electoral de ayer, ni los retóricos recuerdos del programa fueron suficientes para mantener un apoyo popular a las reformas del primer año. Conforme a las encuestas, la mayoría las juzgó improvisadas. ¿Lo fueron o fueron mal comunicadas? La segunda explicación me parece una ofensa a la opinión pública y una trampa en el solitario.
Para gobernar bien en el segundo tiempo habrá que tomarse muy en serio la tranquila pero arrolladora fuerza de la opinión pública.
UNA OPINIÓN PÚBLICA SENSATA Y CRÍTICA ES EL PRINCIPAL CAPITAL POLÍTICO DEL PAÍS Y SU PRESENCIA PERMITE TENER OPTIMISMO ANTE ESTA Y OTRAS CRISIS.

jueves, 14 de mayo de 2015

EL TRIUNFO DE LOS PEÑA Y LILLO



"Peñailillo pensó que podía volar más alto, cada vez más cerca del sol. Pero no se dio cuenta de que, como Ícaro, sus alas eran de cera..."




Escribo esta columna antes del cambio de gabinete. No tengo idea cómo quedará configurado el Gobierno, pero podría apostar que Rodrigo Peñailillo dejará de ser el ministro del Interior.

Y lo vamos a extrañar. Nos habíamos acostumbrado a su tono de voz aflautado, a su risa impostada, a su movimiento de cejas veloz e intermitente, a los ojos chinos que ponía cuando pensaba. Se van a acabar las bromas sobre sus ternos (que siempre le lucieron ajenos) y sobre su peinado (demasiado moderno para ejercer un cargo tan anticuado).

Algunos dirán que Peñailillo cayó porque le tocó pagar los platos rotos por la crisis política que vive el Gobierno y que se selló con las encuestas CEP y Adimark de esta semana. Peñailillo habría saltado, como un fusible, para evitar que el cortocircuito entre La Moneda y la gente terminara fulminando a la propia Mandataria.

Pero yo tengo una tesis ligeramente distinta.

Yo creo que Peñailillo cayó porque él es "un Peñailillo de la política" y no "un Peña y Lillo de la política", que es el grupo que ganó en esta vuelta.

"Los Peñailillo" son los novatos temerarios, los que creyeron que teniendo un poco de desplante y de arrojo, unas pocas horas de vuelo, un traje caro y algunos padrinos o madrinas con poder podrían hacerse cargo del buque. Y hacerlo bien.

Pero el pobre Peñailillo lo hizo todo mal. O permitió que se le dejara ante la opinión pública como el que hizo todo mal. Veamos:

1.- Se le responsabilizó por el mal manejo del caso Caval. ¿Pero qué culpa tenía Peñailillo de que los familiares de la Presidenta hicieran lo que hicieron? ¿Cómo vamos a culpar a Peñailillo de no informar bien a la Presidenta de lo que pasaba cuando ella tenía a su lado en Caburgua a la mejor fuente de información posible? ¿Por qué va a ser responsabilidad de Peñailillo que ella decidiera hablar muchos días después del estallido del caso? ¿Él tenía poder sobre ella?

2.- Se le puso como el niño símbolo del escándalo de las boletas a Giorgio Martelli. ¿Y por qué el responsable de eso es Peñailillo, si él fue apenas uno más de los actuales funcionarios del Gobierno que fueron financiados por Martelli? ¿Acaso fue Peñailillo el que inventó a Martelli? Martelli existe desde hace por lo menos tres campañas presidenciales de la Concertación y su "modelo" ha financiado a decenas de jerarcas oficialistas. Martelli ayudaba a financiar campañas cuando Peñailillo aún no aprendía a anudarse una corbata ni a cerrar los puños de una camisa con colleras.

Pues bien. Ahora Peñailillo se va y se quedan los de siempre, "los Peña y Lillo". Probablemente los que inventaron a los Martelli, los que en el pasado hicieron muchos negocios al modo de Caval, los que han gozado durante años de los beneficios de la inexistencia de un límite entre el dinero y la política.

Peñailillo pensó que podía volar cada vez más alto, cada vez más cerca del sol, sin quemarse. Pero no se dio cuenta de que, como Ícaro, sus alas eran de cera. Peñailillo, quien se imaginó a sí mismo incluso como candidato presidencial, se desplomó y, así como van las cosas, tendrá que dedicarse a buscar abogado para enfrentar el caso SQM.

Veremos si los Peña y Lillo lo dejarán solo también en eso.

Cortinas de humo

"Cuando es la honestidad de diversos políticos la que está cuestionada, las maniobras distractoras y las cortinas de humo no pueden hacer ningún bien..."



Se esperaba que, con el Informe Engel en la mano, la Presidenta diera a conocer medidas convincentes para superar la crisis de confianza que nos ha azotado. En lugar de ello, y como si el Calbuco no hubiese emitido ya bastante humo y cenizas, su discurso más bien ha tendido cortinas de humo sobre los escándalos políticos. Habrá quienes celebren la audacia de la jugada política, pero en mi opinión ella pondría a Chile en una situación de alerta roja.

"No podemos tolerar" -ha sentenciado la Presidenta- que la democracia y la política "sean capturadas por el poder del dinero", dando a entender así -convenientemente- que las faltas denunciadas no habrían sido responsabilidad de los políticos involucrados, sino de los empresarios que financiaron sus campañas. Aunque la sospecha pueda ser explicable, hasta ahora no hay mayores evidencias que los receptores de los cuestionados aportes hayan servido los intereses particulares de sus donantes. Al avalar esa hipótesis, la Presidenta se suma a una campaña orquestada desde la izquierda que cuestiona la legitimidad del sistema económico y político imperante.

Coherente con ello es el distractor anuncio de un "proceso constituyente" para una nueva Carta Fundamental, "plenamente democrática y ciudadana". Propiciar un debate constructivo sobre cómo mejorar nuestro ordenamiento constitucional puede ser muy positivo. Pero, promoverlo desde el Gobierno puede servir para avivar toda suerte de presiones sobre el Congreso, el que hoy detenta el poder constituyente. Las consecuencias políticas son difíciles de prever pero no así las económicas: dejar en compás de espera las nuevas inversiones y los nuevos puestos de trabajo que Chile necesita.

La Comisión Engel ha propuesto sensatas ideas para fortalecer la probidad del servicio público, que la Presidenta hace suyas. Pero, en lo que creo un retroceso, la Mandataria se ha inclinado por abolir los aportes reservados a las campañas, prohibir las contribuciones de las empresas y hacer que sea "el Estado el que financie el trabajo de los partidos", materias que no reunieron consenso en la comisión. Extinguir las donaciones de los particulares y estatizar el financiamiento de la política limitará seriamente la competencia y la renovación de sus líderes.

Estimo que el camino para reconstruir la confianza ciudadana es otro. Exige por parte de todos los actores políticos una voluntad real de dejar trabajar a la justicia y su decisión personal de transparentar la verdad. Gestos como asumir las faltas cometidas, divulgar la contabilidad de los partidos y dar a conocer las rentas declaradas ante Impuestos Internos por los involucrados, ayudarían mucho más que los cambios legales o constitucionales propuestos. Cuando es la honestidad de diversos políticos la que está cuestionada, las maniobras distractoras y las cortinas de humo no pueden hacer ningún bien. 

La semana política


La semana política

"La tesis de no dar "ningún paso atrás" en el programa reformista parece otra vez imponerse. Poco imaginable resulta que quienes aparecen involucrados directamente en un problema puedan ser los que construyan su solución..."



Confusión peligrosa 

Independientemente del análisis ponderado que sus propuestas requieren, el país debe agradecer la rigurosidad del trabajo efectuado por los miembros de la llamada Comisión Engel. Es de lamentar, en cambio, que el modo escogido por el Gobierno para dar a conocer sus conclusiones no haya estado a la necesaria altura republicana. Desde luego, parece impropio el lapso que medió entre la entrega del respectivo informe -en una ceremonia vistosa, pero sin contenidos- y su difusión a la ciudadanía, efectuada varios días después. Si esto ha dificultado la evaluación de dicho informe en su propio mérito, más complejo aún es el que la Mandataria haya aprovechado la ocasión para anunciar el inicio de un proceso constituyente que nada tiene que ver con el trabajo realizado por esa comisión. Es legítima la decisión de abordar este último tema, pero resulta de dudosa lógica vincularlo con la solución a los muy concretos problemas en el financiamiento de la política y en las conductas de ciertos actores públicos que han inquietado al país. Antes bien, dicha confusión desvía el foco del verdadero debate y, por lo mismo, dificulta la adopción de medidas eficaces.

Curioso, por lo demás, es que las mismas autoridades que han alabado el funcionamiento de las instituciones planteen la revisión completa de la estructura que les ha permitido operar. Y es sorprendente que se afirme que el referido proceso constitucional permitirá finalmente "desembocar en la nueva Carta Fundamental, plenamente democrática y ciudadana, que todos nos merecemos", cual si hace 10 años el Presidente Lagos no hubiera usado similares palabras al poner su rúbrica a la actual Constitución. Así, la tesis de no dar "ningún paso atrás" en el programa reformista del Gobierno parece otra vez imponerse.

¿Hacia un congelamiento del cuadro político?

El reconocimiento al trabajo de la Comisión Engel no ha de confundirse con su idealización. Se ha hablado del pluralismo de su composición, obviándose el que solo cuatro de sus quince miembros podrían ser adscritos a líneas de pensamiento distintas de la centroizquierda. Tratándose de un grupo asesor convocado bajo premisas técnicas, no cabe cuestionar aquello, pero sí ha de tenerse presente en el análisis de sus conclusiones. En muchos casos estas suponen decisiones de política pública perfectamente debatibles. Por lo mismo, resulta desafortunado el que se pretenda descalificar cualquier oposición o matiz respecto de ellas, atribuyéndolo a la "resistencia" de quienes quieren que las cosas "queden igual" y que la democracia y la política sean "capturadas por el poder del dinero". Expresiones como esas parecen más propias de un cierto lenguaje bolivariano que de un genuino espíritu democrático.

Una evaluación desapasionada de las propuestas podrá valorar las fórmulas para una mejor regulación de los conflictos de interés y de la llamada "puerta giratoria", el fortalecimiento de la Alta Dirección Pública o los incentivos para la democracia interna de los partidos. Debatible es, sin embargo, la necesidad de reconocer autonomía constitucional al Servicio Electoral, obligar en los hechos a la reinscripción de los militantes de todas las colectividades o imponerles por ley la paridad de género a sus dirigencias. Tampoco es obvio que la reducción de los límites en el gasto de campaña, precisamente cuando acaba de aprobarse la ampliación territorial de los distritos, sea una medida realista, ni que convenga proscribir los aportes económicos de personas jurídicas (permitidos en algunas de las principales democracias del mundo) o eliminar cualquier protección para las personas naturales que efectúan donaciones por montos pequeños. La experiencia muestra que limitaciones de este tipo -así como en general las restricciones a la propaganda electoral- reducen las opciones de candidatos desafiantes y favorecen la perpetuación de una cierta correlación de fuerzas. Si tal puede ser ya uno de los efectos de la reciente reforma del sistema electoral, resultaría nefasto agravarlo por esta otra vía, a menos que lo que se pretenda no sea un mejoramiento institucional, sino el congelamiento del cuadro político resultante de los comicios de 2013.

Corresponde también precisar el alcance de la alusión en el discurso presidencial a superar los "vacíos de la ley actual" y así asegurar "sanciones efectivas" a la facilitación y aprovechamiento de facturas y boletas ideológicamente falsas.

Credibilidad en juego

Es importante, en cualquier caso, que la Presidenta haya acogido los transversales llamados a ejercer su liderazgo en un momento crítico. Difícil será su tarea, sin embargo, mientras no se despejen los cuestionamientos que pesan sobre su propio equipo. Corresponde en particular al ministro del Interior aclarar cada una de las interrogantes respecto de las boletas emitidas por él y algunos de sus más cercanos colaboradores a la empresa de Giorgio Martelli. Mientras ello no ocurra, los esfuerzos gubernamentales por establecer un nuevo estándar en materia de transparencia y financiamiento de la política seguirán enfrentando un severo déficit de credibilidad: poco imaginable resulta que quienes aparecen involucrados directamente en un problema puedan ser los que construyan su solución






Urge formar profesores de excelencia



Víctor Pérez: "La formación inicial y desarrollo profesional de profesores de excelencia tiene la máxima prioridad, pero requiere voluntad política, oficio y recursos, nada de lo cual pareciera estar disponible...".







El proyecto de ley sobre carrera docente busca mejorar la calidad de la educación escolar al aumentar significativamente las remuneraciones de los profesores y los estímulos para su desarrollo profesional, así como las exigencias académicas a quienes ingresan a estudiar Pedagogía, a quienes se titulan como profesores, y a las universidades que los forman.

Esto es necesario, pero no es suficiente. Si se quiere que la calidad de la educación escolar no siga siendo mediocre, y la inequidad y desigualdad, intolerables, Chile necesita un cambio radical y urgente en la manera como forma a sus profesores. Ellos son el factor diferenciador para mejorar en el aula la calidad de la educación.

Es un craso error seguir creyendo que formar profesores de excelencia es un proceso simple y barato -las mejores prácticas internacionales reconocen que es complejo y caro-, y que mejorar la formación docente se obtendrá principalmente con mayores exigencias y controles sobre los estudiantes y las instituciones que los forman.

Actualmente hay más de cien mil estudiantes de Pedagogía, y una fracción no menor estudia en instituciones con acreditaciones mediocres y que los aceptaron con puntajes menores a 500 puntos en la PSU. Esto es una bomba de tiempo. ¿Cuántos recursos de todo tipo, y por cuánto tiempo, habrá que destinar a perfeccionarlos una vez que estén en el aula para que se desempeñen razonablemente?

Es increíble que no se reconozca que las facultades de Educación tienen en general presupuestos escasos -a menudo solo los aranceles de sus estudiantes- que impiden cualquier inversión y desarrollo. Como consecuencia, tienen cuerpos académicos con formación y desempeños heterogéneos, mal remunerados y trabajando en ambientes con pocas oportunidades y oficio para la docencia e investigación de calidad. Además de agudas carencias y obsolescencias en infraestructura, laboratorios docentes, recursos didácticos y metodologías pedagógicas. Es cosa de visitarlas para darse cuenta de que, por más que se las controle y exija, y por más esfuerzos que ellas hagan, con los recursos disponibles es bien poco más lo que se puede obtener de ellas para mejorar la calidad de la formación que entregan y la investigación que realizan. Lo único que puede hacer la diferencia es apoyarlas con exigentes convenios de desempeño.

Es urgente establecer un fondo de US$ 500 millones en 10 años para financiar propuestas de universidades con reconocimiento académico, distribuidas en todo el territorio, que se comprometan institucionalmente a través de sus facultades de Educación a colocar la formación inicial y desarrollo profesional de profesores y la investigación en educación -según estándares de calidad internacionales- en el centro de su quehacer, con la participación de todas las disciplinas y académicos en esta tarea.

Estas facultades debieran convertirse en nodos articuladores de una Red Nacional de Facultades de Educación, comprometiéndose a: i) basar la formación inicial de profesores en modelos educativos acordes con el desarrollo humano, cognitivo, afectivo y valorativo de los alumnos en una sociedad democrática, diversa, pluralista, multicultural y libre intelectualmente; ii) contratar en conjunto a 200 académicos con doctorado en el período -en las diferentes áreas de la educación y disciplinas a enseñar-, que hayan trabajado en el aula, bien remunerados y con amplias oportunidades de perfeccionamiento; iii) incorporar profesores de colegio con experiencia exitosa en el aula; iv) crear programas de calidad para el desarrollo docente y liderazgo educativo y pedagógico; v) invertir en infraestructura y laboratorios docentes modernos; vi) establecer alianzas estratégicas con facultades de Educación de prestigio mundial; vii) trabajar en prácticas docentes e investigación en el aula con redes de establecimientos escolares y jardines infantiles en sectores sociales vulnerables, comprometiéndose a mejorar la calidad educacional de estos; viii) establecer centros de experimentación de metodologías pedagógicas y recursos didácticos; ix) crear centros de investigación en educación; x) desarrollar plataformas virtuales que pongan a disposición de todos los educadores del país los resultados obtenidos.

La formación inicial y desarrollo profesional de profesores de excelencia tiene la máxima prioridad y urgencia nacional, pero requiere voluntad política, oficio y recursos, nada de lo cual pareciera estar disponible.

Víctor Pérez Vera
Ex rector Universidad de Chile