E. Sommella, R. Poblete, P. Jaramillo y R. Garay: "Hay mucho por hacer en el área de la rehabilitación, pero no lo vamos a lograr descalificando a quienes están haciendo una labor tan importante por nuestros niños con discapacitacion.
Nadie puede desconocer la tremenda labor que ha realizado la Teletón, durante sus 36 años de existencia. Además de los niños que ha rehabilitado, ha contribuido a cambiar la imagen que la sociedad tenía de las personas con discapacidad, sacando a la luz una realidad que permanecía oculta. No olvidemos que, antiguamente, a estas personas se las escondía en las casas o en instituciones, no se las sacaba a la calle, se las consideraba una vergüenza, un castigo de Dios. Ni hablar de derechos o integración: se las veía con lástima.
Gracias al esfuerzo y la perseverancia de muchas organizaciones esto fue cambiando; pero es indudable que la televisión es una gran ventana que la campaña de las 27 horas de amor utilizó muy bien para decirnos que había miles de niños que necesitaban urgente una oportunidad para mejorar su calidad de vida.
Hay quienes dicen que la Teletón utiliza las historias de los niños para causar lástima. Muy por el contrario, cada historia es una lección de valor, de esfuerzo, de esperanza, de superación, de familias que logran salir adelante porque existe un lugar en donde se las acoge y se les brinda un tratamiento de rehabilitación de primer nivel. Y provocan admiración, jamás lástima. Quienes sienten lástima al conocer estos testimonios de vida no entienden que, a través de la solidaridad, podemos entregar lo que por justicia puede tardar mucho tiempo en llegar. Y si nos hacen llorar, ¡qué bueno!, las emociones son parte de la vida. El día que el dolor de nuestro prójimo no nos afecte, no nos emocione, estaremos perdidos. Las 27 horas de amor de la Teletón son una inyección de humanidad, que nos hace sentir mejores personas, nos mueve hacia los demás, y nos da la oportunidad de hacer algo por quienes enfrentan una vida más difícil.
Otros afirman que la campaña de la Teletón refuerza la idea de que las personas con discapacidad son enfermos e incapaces de desarrollarse y aportar a la sociedad. Bueno, para que las personas con discapacidad puedan aportar al desarrollo de la sociedad, tienen que recibir primero una rehabilitación de calidad, y eso es lo que reciben los niños en la Teletón; solo así se convertirán en jóvenes, y luego en adultos, con una mejor calidad de vida, más seguros de sí mismos, muchos integrados laboralmente, que han formado familia, capaces de tomar sus propias decisiones.
Hay mucho por hacer, todavía, en el área de la rehabilitación, especialmente en el segmento desde los 24 años hacia arriba; pero no lo vamos a lograr descalificando a quienes están haciendo una labor tan importante por nuestros niños con discapacidad, los que no pueden esperar a que el Estado se haga cargo, porque es el Estado el que está en deuda con ellos en el tema de la rehabilitación. No responsabilizando a la Teletón por lo que no hace el Estado. Ahora, ¿podría el Estado hacerse cargo de los 13 Centros de Rehabilitación que se han creado a lo largo del país? Por supuesto que no. Si no se realiza más la Teletón, como exigen algunos, ¿cómo se sostienen entonces los 13 centros distribuidos por el país?
Como Fundación Esperanza Nuestra, organización de y para personas con discapacidad física, llevamos 44 años trabajando por sus necesidades. No recibimos apoyo ni aportes del Estado, pero seguimos entregando este servicio porque es necesario y muchas personas se rehabilitan cada año en nuestras instalaciones.
Ya es hora de que las organizaciones de y para personas con discapacidad comencemos a trabajar unidas, dejando de lado los personalismos, las críticas destructivas, el individualismo, la mala onda. Si no nos presentamos ante las autoridades como una sola fuerza, reivindicadora de nuestros derechos, exigiendo el cumplimiento de la ley y las convenciones, la inclusión que todos anhelamos tardará mucho más en hacerse realidad.
Siempre es mejor sumar que restar. Todos los esfuerzos y acciones que se realicen en pos de la rehabilitación, la integración y la inclusión de las personas con discapacidad de nuestro país son importantes y necesarios. Basta de cuestionar la solidaridad de la mayoría de los chilenos que, afortunadamente, se sienten comprometidos con los niños de la Teletón y orgullosos de poder contribuir a su rehabilitación.
Eugenio Sommella Vargas
Presidente
P. Renato Poblete Ilharreborde S. J.
Capellán
Patricio Jaramillo Fuentes
Director ejecutivo
Fundación Esperanza Nuestra
Rossana Garay Klaasen
Coordinadora jefe
Movimiento Esperanza Nuestra
Gracias al esfuerzo y la perseverancia de muchas organizaciones esto fue cambiando; pero es indudable que la televisión es una gran ventana que la campaña de las 27 horas de amor utilizó muy bien para decirnos que había miles de niños que necesitaban urgente una oportunidad para mejorar su calidad de vida.
Hay quienes dicen que la Teletón utiliza las historias de los niños para causar lástima. Muy por el contrario, cada historia es una lección de valor, de esfuerzo, de esperanza, de superación, de familias que logran salir adelante porque existe un lugar en donde se las acoge y se les brinda un tratamiento de rehabilitación de primer nivel. Y provocan admiración, jamás lástima. Quienes sienten lástima al conocer estos testimonios de vida no entienden que, a través de la solidaridad, podemos entregar lo que por justicia puede tardar mucho tiempo en llegar. Y si nos hacen llorar, ¡qué bueno!, las emociones son parte de la vida. El día que el dolor de nuestro prójimo no nos afecte, no nos emocione, estaremos perdidos. Las 27 horas de amor de la Teletón son una inyección de humanidad, que nos hace sentir mejores personas, nos mueve hacia los demás, y nos da la oportunidad de hacer algo por quienes enfrentan una vida más difícil.
Otros afirman que la campaña de la Teletón refuerza la idea de que las personas con discapacidad son enfermos e incapaces de desarrollarse y aportar a la sociedad. Bueno, para que las personas con discapacidad puedan aportar al desarrollo de la sociedad, tienen que recibir primero una rehabilitación de calidad, y eso es lo que reciben los niños en la Teletón; solo así se convertirán en jóvenes, y luego en adultos, con una mejor calidad de vida, más seguros de sí mismos, muchos integrados laboralmente, que han formado familia, capaces de tomar sus propias decisiones.
Hay mucho por hacer, todavía, en el área de la rehabilitación, especialmente en el segmento desde los 24 años hacia arriba; pero no lo vamos a lograr descalificando a quienes están haciendo una labor tan importante por nuestros niños con discapacidad, los que no pueden esperar a que el Estado se haga cargo, porque es el Estado el que está en deuda con ellos en el tema de la rehabilitación. No responsabilizando a la Teletón por lo que no hace el Estado. Ahora, ¿podría el Estado hacerse cargo de los 13 Centros de Rehabilitación que se han creado a lo largo del país? Por supuesto que no. Si no se realiza más la Teletón, como exigen algunos, ¿cómo se sostienen entonces los 13 centros distribuidos por el país?
Como Fundación Esperanza Nuestra, organización de y para personas con discapacidad física, llevamos 44 años trabajando por sus necesidades. No recibimos apoyo ni aportes del Estado, pero seguimos entregando este servicio porque es necesario y muchas personas se rehabilitan cada año en nuestras instalaciones.
Ya es hora de que las organizaciones de y para personas con discapacidad comencemos a trabajar unidas, dejando de lado los personalismos, las críticas destructivas, el individualismo, la mala onda. Si no nos presentamos ante las autoridades como una sola fuerza, reivindicadora de nuestros derechos, exigiendo el cumplimiento de la ley y las convenciones, la inclusión que todos anhelamos tardará mucho más en hacerse realidad.
Siempre es mejor sumar que restar. Todos los esfuerzos y acciones que se realicen en pos de la rehabilitación, la integración y la inclusión de las personas con discapacidad de nuestro país son importantes y necesarios. Basta de cuestionar la solidaridad de la mayoría de los chilenos que, afortunadamente, se sienten comprometidos con los niños de la Teletón y orgullosos de poder contribuir a su rehabilitación.
Eugenio Sommella Vargas
Presidente
P. Renato Poblete Ilharreborde S. J.
Capellán
Patricio Jaramillo Fuentes
Director ejecutivo
Fundación Esperanza Nuestra
Rossana Garay Klaasen
Coordinadora jefe
Movimiento Esperanza Nuestra
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